OPINIÓN
Duque: el maestro
La claridad y profundidad con que expresa sus ideas, es el reflejo de una vocación pedagógica que el candidato presidencial del Centro Democrático alimenta con la cátedra universitaria.
A comienzos del año 2007 un inquieto y entusiasta egresado de la Universidad Sergio Arboleda me llamó por teléfono desde Washington, ciudad en la que trabajaba como parte del equipo de Luis Guillermo Echeverri, en ese entonces Director de la Oficina Principal de Colombia y Ecuador en el Banco Interamericano de Desarrollo. Se trataba de Iván Duque Márquez, quien una vez terminó sus estudios de Derecho, comenzó en 1999 una larga y exitosa carrera que iniciaría como consultor del Banco de Desarrollo de América Latina en la Corporación Andina de Fomento.
La llamada de Duque tenía un objetivo claro, proponer que la Universidad, a través de su Escuela de Política y Relaciones Internacionales, editara y publicara una antología de textos políticos acerca de Nicolás de Maquiavelo, escritos por distintos pensadores colombianos, quienes se habían aproximado desde distintas orillas ideológicas a la obra del inmortal pensador florentino.
Fruto de la sana terquedad y disciplina de Duque, el libro salió a la luz en agosto de 2007 con el título “Maquiavelo en Colombia”, incluyendo ilustrativos textos de Marco Fidel Suárez, Luis Vidales, Fray Luis Alberto Alfonso, Fray Gabriel Flórez, Francisco Posada, Jorge Padilla, Alfonso López Michelsen, Alfonso Hanssen y Jorge Restrepo.
Sería este el comienzo de un ininterrumpido esfuerzo por escribir, tanto en columnas de opinión en el periódico Portafolio, como en obras y trabajos de investigación a través de los cuales daría a conocer sus opiniones, ideas y propuestas, las cuales madurarían en las más recientes obras relacionadas con la Economía Naranja, con los “Pecados Monetarios” y con las ideas de construcción de futuro, en su libro “IndignAcción”.
Pero su faceta como maestro, tomaría cuerpo una vez regresó a Colombia en 2014, después de trabajar en el Banco Interamericano de Desarrollo. Elegido senador, volvió a su Universidad para ofrecerse como profesor, insistiendo en enseñar a los estudiantes de Política y Relaciones Internacionales la cátedra de “Historia Política de las Civilizaciones”, y a los estudiantes de Derecho, la cátedra de “Hacienda Pública”. Cómo cualquier otro profesor tuvo que demostrar sus pergaminos académicos, que incluían una Maestría en Derecho Internacional Económico de la American University y otra maestría en Gerencia de Políticas Públicas de la Georgetown University, ambas con sede en la capital de Estados Unidos.
Durante los últimos años Duque alternó su intensa actividad política con sus clases en la Sergio Arboleda, siempre muy temprano en las mañanas, incluso insistió en dictar otra clase para los alumnos de último semestre de Política sobre las “Relaciones Ejecutivo-Legislativo”, llevando a sus estudiantes al recinto mismo del Congreso, para evitar que su agenda perturbara su asistencia a las clases.
Su vocación como maestro hoy se ve reflejada en la facilidad y coherencia con la que, como candidato presidencial, explica hasta las más complicadas teorías económicas y los más complejos argumentos jurídicos. Como bien le recordaban a Sergio Fajardo todos los candidatos a la presidencia, él no es el único “profe”. Por ello he querido compartir con los lectores este aspecto de la vida del maestro Iván Duque, quien con seguridad nunca dejará las aulas, aun cuando llegue a convertirse en el nuevo Presidente de Colombia, sus estudiantes lo seguirán esperando para recibir su clase tempranito en la mañana.
En un reciente homenaje que le rindió su Universidad, Duque recordó las palabras del fundador de la Sergio Arboleda: “Nunca olvidaré el discurso de bienvenida que dio el doctor Rodrigo Noguera Laborde, sus palabras fueron claras: ‘esta Universidad no es un fábrica de abogados sino una incubadora de humanistas‘".
Este domingo, Colombia tiene la oportunidad de elegir como su presidente, a Iván Duque Márquez, un humanista formado para este siglo, un hombre con la calidad humana, la profundidad académica y la sencillez que solo da la sabiduría, para devolverle a Colombia la esperanza y la tranquilidad de estar bien gobernada.
@ceballosarevalo