OpiNión
Carta al criminal (y futuro senador) Antonio García, capo del ELN
Resulta fácil hablar de paz, con las manos chorreantes de sangre, meciéndose en una hamaca y tomando mojitos en Cuba.
Celebre, si quiere, que el mismo día en que el Gobierno se reúne en La Habana con ustedes, Petro descabeza a 25 generales. La decisión que beneficia al ELN tendrá consecuencias para la seguridad nacional.
Pero no se equivoque. No crea que esas victorias pírricas equiparan a su banda armada con las fuerzas legítimas del Estado, como hizo la Comisión de la Verdad. Para millones de compatriotas, usted solo es un criminal. Y un cobarde.
Resulta fácil hablar de paz, con las manos chorreantes de sangre, meciéndose en una hamaca y tomando mojitos en Cuba. Antes se la pasaba en la Caracas chavista, abanicándose feliz con los fajos de billetes de los secuestros de colombianos.
Mientras que ustedes se mantienen a salvo en el exterior, los niños que reclutan mueren en enfrentamientos contra los cuerpos de seguridad estatales, pero, sobre todo, en guerras territoriales de narcos contra narcos, de matones contra matones. Porque todos los grupos mafiosos, guerrillas y Gaitanistas, todos, el suyo incluido, son siameses y van detrás de un único objetivo: la plata. Lo demás, alias Antonio García, es carreta barata.
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Es evidente que tiene usted alma de asesino despiadado. No solo por masacrar miles de colombianos, sino porque aniquilar la adolescencia y juventud de menores de edad es un crimen de lesa humanidad que jamás deberían perdonarles. Pero usted adivinó que esa batalla la tienen ganada, que habrá otros comisionados dispuestos a escribir una verdad sesgada, otra JEP para cubrir de impunidad su barbarie. Y otras curules regaladas. Este fin de semana estarán aplaudiendo que el Gobierno Petro esté dispuesto a entregarles todo lo que exijan a cambio de casi nada. De otra manera, no se entiende su empeño en mostrar tanta debilidad antes de arrancar la farsa. Porque se bajaron los pantalones, pareciera que están siguiendo un manual que lleva el sello de De la Calle.
Nadie experimentado en negociar con criminales echa a más generales que nunca en la historia preciso en esa fecha, ni tampoco enviaría a Cuba al canciller, al comisionado de paz y a Iván Cepeda, un trío de alto perfil, cercanos todos a las guerrillas, para explorar si están dispuestos a reanudar el fallido proceso que iniciaron con Santos.
Es obvio que el único con afanes es el Gobierno Petro. Para el ELN nunca hay prisa, dejar pasar tiempo le beneficia, tanto como a la dictadura castrista. Volverse anfitrión de la nueva mascarada lava la cara de los violadores de derechos humanos, Raúl Castro y su lacayo Díaz-Canel. Fue patético observar al ministro Leyva poco menos que besándoles la mano.
Y usted sabe que a ustedes habrá que regalarles mucho más que a las Farc, porque la misma izquierda, Noruega y otras naciones le otorgan una condición política superior que no merece. Ni decir del exarzobispo de Cali Darío de Jesús Monsalve, un religioso que siempre los apoya y hará lo que sea para favorecerlos. Estos días recordé la llamada Caravana Humanitaria por la Vida, de agosto del 2001. Subió por el Magdalena hasta Morales, sur de Bolívar, cruzó luego a Micoahumado y siguió hasta la serranía de San Lucas. La componían 60 delegados de más de 200 ONG de izquierda europea, junto con alguna colombiana, como Minga. La senadora Gloria Flórez puede corroborarlo.
El ELN obligó a los lugareños a costear los gastos de la visita y desplazamientos, y pusieron la logística en manos de un comandante eleno. Yo misma tuve que pedirle transporte para regresar a Morales antes de tiempo.
En esas mismas fechas, el ELN asesinó a tres niños en San Francisco, Antioquia. Pero la caravana prefirió ignorar la matanza y abrazar a los matones.
Y este viernes escuché en Blu a un columnista afirmar que “es un grupo político”. Se olvidó agregar que entre discurso y discurso matan con bombas a cadetes y asesinan líderes sociales a bala.
También el nuevo Gobierno, que afirma que fracasó la lucha contra las drogas, olvida que lo mismo podría decirse de los más de 30 años de negociaciones con las guerrillas. Da igual las paces que selles, siempre aparecerán nuevas bandas porque ya conocen la fragilidad de una sociedad dispuesta a perdonarles todo una y cien veces.
Por eso, el ELN no ha hecho nada distinto a tomar el pelo al pueblo colombiano, solo practicó el diálogo de sordos, nunca hubo avances que mostrar en sus procesos. Y no los habrá mientras los capos como usted insistan en que “darle un tratamiento equivocado a los conflictos sociales seguirá conduciéndonos al alzamiento armado” (CM&).
En cuanto al posible cese al fuego bilateral, ¿cómo lo harán en Arauca, donde llevan más de 200 muertos en su guerra con las Farc? ¿Y en Argelia, Cauca, donde se matan con esos mismos? ¿Y en Chocó, donde disputan con los Gaitanistas las rutas del narco?¿Cuántas mentiras de ustedes y de este Gobierno tendremos que tragarnos?