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Cielo Rusinque: un rottweiler para morder empresarios díscolos
Todo el remolino alrededor de la salida de María del Socorro Pimienta y el aterrizaje de Cielo Rusinque refleja la falta de escrúpulos de este Gobierno.
Sustituyen a una tecnócrata de vasta trayectoria por un fiero rottweiler de colmillos afilados. Que se preparen los empresarios grandes y medianos, y las multinacionales. Si no hincan la rodilla ante el emperador, si son díscolos, le echan encima a la fiera.
Y no sean ingenuos. Un Gobierno no designa a una abogada, sin experiencia en el ramo, pero con un rico historial de furibundo activismo petrista, para que dirija con neutralidad una entidad de enorme incidencia en el mundo empresarial. Ni emplea métodos turbios para deshacerse de la titular que ellos mismos escogieron poco antes.
Todo el remolino alrededor de la salida de María del Socorro Pimienta y el aterrizaje de Cielo Rusinque refleja la falta de escrúpulos de este Gobierno. No respetan ni a quienes creen en ellos, además de que patean sus principios, si es que alguna vez los tuvieron.
Pimienta quedó convencida de que su nombramiento al frente de la SIC (Superintendencia de Industria y Comercio) encarnaba el compromiso petrista de transformar las pútridas costumbres de siempre. Que sus 30 años de servicio, sin una sola investigación y con dilatada experiencia por la multiplicidad de cargos que ocupó en la SIC, sumado a su condición de mujer, fueron las razones de otorgarle las riendas del importante organismo. Que, por fin, un funcionario sin padrinos políticos podía ascender a la cúpula con el único poder emanado de su hoja de vida.
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También creyó que el concurso para escogerla no fue la farsa habitual, sino una selección transparente. Entre otras cosas, por la Ocde que, al igual que la Ompi (Organización Mundial de Propiedad Intelectual), requiere que los países miembros designen de manera transparente profesionales apolíticos. Y por los tres meses que dispuso Casa Nariño para realizar el proceso al que se presentaron más de cien ilusos aspirantes. Tuvo la impresión, por tanto, de que se trataba de una escogencia meditada y de fondo.
Nunca adivinó Pimienta lo equivocada que estaba.
En octubre empezaron a circular rumores de su inminente salida para meter a Cielo Rusinque, petrista pura cepa a la que habían desairado dos veces.
El ministro de Comercio le pedía el puesto con la excusa de que el presidente lo necesitaba para otra recomposición de altos cargos. Nada señalaba de malos manejos.
Pimienta rechazaba irse mientras no solucionara el futuro de su hijo, de 26 años, con discapacidad total, como aseguró tras su polémica despido. Las ayudas que recibía su vástago estaban ligadas a la SIC y a una aseguradora, y las perdería en cuanto dejara la entidad. Si apenas le faltaban ocho meses para la jubilación y no había cometido ninguna irregularidad, ¿por qué no aguardaban?
Ante la persistente negativa, entra en juego el hombre fuerte de Casa Nariño, Carlos Ramón González, otro ex-M-19 y un politiquero que domina el juego de la fontanería palaciega. Le propuso consulado en la FAO, con sede en Roma, en Nueva York, en Miami. Luego añadió Paraguay, República Dominicana y Cuba.
Como Pimienta seguía sin entender que la orden presidencial se cumple y ya, comenzó el ataque de las pestilentes bodegas petristas. Con la ayuda de su sórdido entramado virtual, lograron que el hashtag #CorruptaSIC se hiciera viral. El lenguaje se tornó amenazador: o renuncia o la declaran insubsistente.
Ya no era una funcionaria pulcra, llegada al puesto por méritos propios y enviada después al servicio diplomático, sino una torcida que resolvía casos de manera fraudulenta.
Agobiada por los constantes ataques y consciente de que no había marcha atrás, Socorro Pimienta claudicó. Aceptaría República Dominicana en un escalón inferior a su nivel en la SIC. Solo pidió unos días para solucionar lo relativo a su hijo, solicitud que Casa Nariño ignoró. Sacaron el decreto de insubsistente sin importarles desamparar a un discapacitado que requiere asistencia las 24 horas y, de paso, hicieron un gran favor a sus odiadas aseguradoras.
Eliminado el primer obstáculo, siguieron revistiendo de falsa pulcritud su burda artimaña. Convocaron un nuevo concurso para el remplazo. Otro centenar de incautos mandaron hojas de vida a la presidencia del cambio, aunque Cielo Rusinque era la directora de la SIC in pectore sin cumplir los requisitos. No tiene los estudios ni los diez años de experiencia en áreas afines a las funciones que desempeñará, como exige el reglamento.
Pero posee lo más relevante para Gustavo Petro: fidelidad a prueba de desprecios; odio visceral hacia lo que huela a derecha y a capitalismo; obediencia sumisa y un activismo sincero, radical, abierto, sin complejos. “Tras de ladrón, bufón. ¿Será que vamos a resistir hasta el 2022 a este imbécil?”, escribió en Twitter, en diciembre de 2022, sobre Iván Duque, en el tono institucional, sereno, que suele adornar sus intervenciones.
Que tomen nota los empresarios.