OPINIÓN

El narcotráfico en Colombia. Una realidad compleja

Ha salido el último informe del gobierno de los Estados Unidos sobre la situación de los cultivos de uso ilícito en Colombia, la cifra es histórica, cerca de 209.000 hectáreas de hoja de coca sembradas en el país.

Ariel Ávila, Ariel Ávila
27 de junio de 2018

Una vez conocidos los datos, se han dado todo tipo de interpretaciones y análisis, como siempre han primado los análisis ideológicos y simples. Pero la realidad es muchos más compleja. A continuación se mostrarán las cifras.

Son cinco las causas que explican el aumento de los cultivos de hoja de coca en Colombia. La primera se refiere a la fluctuación del precio de la onza del oro. La situación es sencilla: mucha población fluctúa entre la minería ilegal del oro y los cultivos de coca, de tal forma que cuando el precio del oro cae, se van a sembrar coca y a la inversa. Véase en la siguiente gráfica la evolución del precio de la onza de oro.   

Para 2012 se llegó a la cifra más baja en materia de cultivos de hoja de coca, lo que coincide con el aumento acelerado de los precios del oro y con el incremento de la minería criminal en el país. Luego, en 2013,  el precio del oro se contrae y es el año en que comienzan a subir los cultivos de hoja de coca en las zonas de minería criminal en varias zonas de Colombia.

La segunda explicación es la revaluación del dólar, hace algunos años el precio del dólar estaba en 1.800 pesos, actualmente está cerca a los 2.900 pesos, como en cualquier mercado, esto tuvo un impacto dinamizador en esta economía ilegal. Sumado a lo anterior, coincidió con esta revaluación un tercer factor y es que se dio un aumento del consumo de cocaína en varios países. Estados Unidos volvió a aumentar el consumo, Brasil es hoy el segundo consumidor de mundo, Argentina y varios países europeos han elevado la demanda de cocaína, de hecho, el gramo de cocaína en calle aumentó el precio en los años  2012 y 2013. Por ejemplo, según la Unodc, la cocaína cortada o sin pureza costaba 84 dólares el gramo en 2011 y en 2013 pasó a 91 dólares. Actualmente estaría en 93 dólares. La cocaína sin cortar o con grados altos de pureza estaba en 2011 en 179 dólares el gramo en calle, para 2013 pasó a 190 dólares y actualmente estaría en 165 dólares. Tanto la revaluación del dólar como el aumento de los precios en Estados Unidos dinamizaron el mercado.

De hecho, según investigaciones de la Fundación Paz y Reconciliación el precio de la pasta base de coca llegó a estar a 1.200 pesos en zonas como el Putumayo y desde 2013 comenzó a aumentar el precio, actualmente está cercano a los 1.900 pesos, incluso en zonas como Guaviare en 2017 se pagó a 2.400 pesos el gramo de pasta base de coca. Era obvio esperar un aumento de los cultivos con esta dinámica en el mercado. La economía del narcotráfico funciona bajo las reglas de cualquier mercado mundial.

Una cuarta explicación es el vacío de poder que se generó con la salida de las Farc de sus zonas de operación y ello llevó al surgimiento y llegada de diferentes estructuras criminales, quienes aumentaron la presión para que los campesinos sembraran más hoja de coca. Sumado a ello, en varias regiones del país, pero no en todas, familias de cocaleros aumentaron la siembra ante la expectativa de recibir beneficios en el marco del acuerdo de paz. Como se ve, las razones son múltiples, pero resulta claro que mientras los precios estén altos y la demanda aumente, será difícil doblegar este mercado ilegal.

Otra de las hipótesis que sonó bastante en las últimas horas es que la fuerza pública y el gobierno en general bajaron la guardia en materia de lucha contra las drogas. Lo cual también es absolutamente falso, el siguiente mapa muestra las incautaciones de cocaína por distribución geográfica en el año 2017.

El siguiente mapa muestra la destrucción de laboratorios de clorhidrato de cocaína en 2017.

Los datos son sencillamente increíbles. Cerca de 435 toneladas de cocaína incautadas en 2017 y 323 laboratorios de clorhidrato de cocaína destruidos en el mismo año. México apenas si llega al 10 por ciento de esa cifra de incautaciones.

Pero otra de las situaciones que llama la atención es  que de las cerca de 200.000 hectáreas de hoja de coca, el 49 por ciento  se concentra en 10 municipios de los 1.122 que tiene el país. Estos municipios, en los últimos años, han estado en los primeros lugares con hectáreas de coca, lo que varía es el número de hectáreas, pero el bajo Putumayo y el Pacífico nariñense siempre han punteado. La conclusión es también simple: a pesar del Plan Colombia, el Plan Consolidación y las últimas estrategias como el PNIS, la situación no ha cambiado. El siguiente cuadro muestra los 10 municipios con mayor concentración de cultivos de hoja de coca.   

Aquellos que creen que la fumigación es la solución están equivocados, la situación es mucho más compleja y el reto es crear una estrategia de lucha contra las drogas que involucre la persecución y seguimiento al lavado de activos, al tráfico de insumos para el procesamiento de la cocaína y a los agentes estatales corruptos, pero fumigar y encarcelar campesinos lo hemos hecho los últimos 20 años y no ha funcionado. Como lo muestra la siguiente gráfica, en los últimos años se han fumigado más de 1 millón de hectáreas, se han erradicado cerca de 500.000 hectáreas de hoja de coca y estamos casi en el mismo punto que hace 20 años en materia de cultivos de coca.

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