OPINIÓN

El panorama político para el 2022

El país se va a enfrentar a dos escenarios claves. Por un lado, terminar de regresar al pasado, a la vieja clase política, el mundo de los miedos y las violencias. O, el país, apuesta a sectores progresistas, al futuro, a la paz.

Ariel Ávila
27 de agosto de 2020

Haciendo las cuentas, la derecha tiene más posibilidades que, la izquierda o el centro, de ganar las elecciones de 2022. La cuestión es bastante sencilla, se hace sumando votos. En la actualidad, hay 21 precandidatos presidenciales, ubicados en, al menos, cinco bloques políticos. De esos cinco bloques, hay cuatro que, hasta el momento, representan las principales opciones políticas. Por un lado, a la izquierda, está Gustavo Petro. Recogiendo parte del centro Izquierda, el centro y parte del centro derecha, estaría Sergio Fajardo. En un pedazo del centro derecha y la derecha, estaría Alex Char, quien además representa la cuestionada clase política regional. En la extrema derecha, estaría Federico Gutiérrez, el exalcalde de Medellín.

Tanto Char como Gutiérrez se disputan el favoritismo del uribismo. Ellos, aspiran a que el uribismo les coloque la fórmula vicepresidencial, con eso agruparían por lo menos 6 millones de votos de arranque. Todo esto, lo que quiere decir es que nadie gana solo, se requieren alianzas, no solo para la segunda vuelta, sino incluso desde la primera vuelta.

Si bien, luego del mal y complicado gobierno de Iván Duque, muchos creerían que la victoria de la izquierda o el centro sería lo obvio, lo cierto es que al sumar, esta situación no es tan clara. Del anterior partidor electoral, se concluye que son más fáciles las alianzas en la derecha que en la izquierda. Es claro que Federico Gutiérrez no tendría ningún problema en aliarse con Alex Char y al revés. Incluso, durante un tiempo se habló de que ellos podrían crear una fórmula presidencial y vicepresidencial. Mientras que la unidad entre Fajardo y Petro es cada día más improbable.

La pregunta obvia es si Fajardo puede repetir el escenario de Claudia López en Bogotá, es decir, ganar sin Petro y sin Uribe. La respuesta es que es complicado: Colombia no es Bogotá. De tal forma que Fajardo puede no necesitar a Petro, pero necesita buena parte de los votos petristas. Igual pasa con Petro, su estrategia de radicalización y atacar al uribismo y a los verdes, en fin, a todo el mundo, le puede salir bien en la polarización, pero sin los votos del centro izquierda y el centro, no gana. Entonces, la estrategia de estos dos sectores será la de rechazar al otro candidato, pero no a sus bases políticas.

En la derecha, ante la crisis del uribismo, los dos candidatos saben que es mejor pactar entre ellos ante un bajonazo en las encuestas, es decir, las alianzas son más fáciles de hacer. Incluso, al consultar fuentes de estos sectores, ellos dicen que los partidos radicales cristianos pondrán 2 millones de votos, el uribismo por mal que esté pondrá 1.8 millones y el resto de los sectores  2 millones de votos. Esto significa que la carrera presidencial la arrancan con un case de casi 6 millones de votos. Lo importante, dicen las fuentes consultadas, es lograr repetir el escenario de 2018. Es decir, ellos creen que es más fácil ganarle a Petro en segunda vuelta que a Fajardo.

El país se va a enfrentar en 2022 a dos escenarios claves. Por un lado, terminar de regresar al pasado, a la vieja clase política, la política tradicional, el mundo de los miedos y las violencias. O, el país, apuesta a sectores progresistas, al futuro, a la paz, a los derechos de las mujeres, de las minorías sexuales y étnicas. La definición es bastante clara. Pero esta definición, no solo depende de los ciudadanos, es también claro que se requiere un esfuerzo, humildad y pensamiento crítico por parte de los alternativos, de no ser así, hay que cambiarlos y pensar en otro tipo de candidatos. En fin, como dijo Gaitán: "Los pueblos tienen que ser superiores a sus dirigentes".   

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