OPINIÓN

Conejazo a la movilidad de Bogotá

Es tiempo de construir y no de destruir. La movilidad de Bogotá requiere soluciones e inversión.

10 de noviembre de 2022

El Gobierno Nacional busca que la obsesión y el capricho del Presidente Gustavo Petro de un metro bajo tierra para Bogotá sea una realidad por encima de los estudios e implicaciones técnicas, jurídicas y financieras. Es un conejazo a la movilidad de Bogotá auspiciado por la Presidencia y el Ministerio de Transporte.

En la rueda de prensa, dónde la Alcaldesa Claudia López acompañada del Ministro de Transporte Guillermo Reyes, dieron a conocer que el Primer Mandatario se reunió primero con el Gobierno Chino, luego con el consorcio chino y la interventoría, encargados de la primera línea de metro, para solicitar la evaluación, estimación de costos e implicaciones de enterrar total o parcialmente la primera línea del metro en el tramo de la Avenida Caracas entre la calle 1 y la calle 72. Son 9,1 kilómetros que podrían costar $5,5 billones de pesos adicionales.

El gobierno chino y el consorcio, indicaron que el 8 de enero entregarán la estimación solicitada por el Ejecutivo, junto con los diseños de detalle. La alcaldesa aprovechó para señalar que la reunión la sostuvo únicamente el Gobierno Petro, sin invitar al Distrito. El Gobierno de la ciudad fue informado por el Nacional, desconociendo que también financia la obra.

Los argumentos esgrimidos para solicitar el entierro del Metro en ese tramo que el petrismo reitera como si fuera un mantra es que el metro subterráneo “tiene estudios más avanzados” que el elevado y llegaron a nivel de ingeniería de detalle. Lo cierto es que Petro recibió de la alcaldía de Samuel Moreno los primeros estudios, llamados conceptuales y conocidos como Fase I, y contrató estudios más avanzados que medían la factibilidad del proyecto (si se podía hacer y cómo), que eran los de Fase II.

Los estudios que alcanzaron Fase III fueron los estudios de suelos, una parte muy importante de una obra subterránea, que siguen siendo insuficientes, pues faltaron el diseño del puesto central de operaciones o el sistema de alimentación eléctrica que no llegaron a esa fase.

La Primera Línea de Metro de Bogotá – PLMB elevada fue contratada pidiendo que el consorcio chino desarrolle los estudios de detalle y asume sus diseños de construcción, como sugirió en el informe de Sumatoria en 2015, contratada por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, para analizar los estudios del subterráneo cuando la Alcaldía de Petro se los entregó a la Nación en ese momento.

Terminar los estudios del metro subterráneo requería invertir $211.497 millones de pesos adicionales, cuatro veces más de lo que costó la ingeniería básica avanzada. De los estudios realizados de las perforaciones, se elaboró el estudio de microzonificación sísmica de Bogotá, con el cual se elaboró el decreto 523 de 2010. En ese momento los mexicanos evaluaron la alternativa elevada y después de una prefactilibilidad se encontró que resultaba en un costo cercano a una tercera parte.

Especialistas confirman que las características del suelo de la ciudad en un 90% son arcillas lacustres blandas de espesores entre 100 y 500 metros, para las cuales es necesario el diseño y elaboración especial de tuneladoras de frente de escudo. Con este tipo de máquina se construyó el interceptor del Río Bogotá. Este tipo de tuneladora excava y el escudo presurizado evita que falle el frente de excavación. De forma simultánea en la parte posterior se va instalando el recubrimiento prefabricado.

Para la obra del metro, el sistema es más complejo por las redes que requiere para su funcionamiento, el tamaño de la excavación y el refuerzo de las paredes. Por lo que resulta mucho más costoso que la excavación con maquinaria convencional. Otro aspecto a tener en cuenta es que la Bogotá no cuenta con información precisa de las redes existentes para tener certeza de dónde excavar. Expertos del Metro de Medellín aconsejaron que la PLMB debía ser elevada y no bajo tierra, entendiendo también los riesgos del suelo.

El Presidente, por cumplir con su obsesión, prefiere poner en riesgo el avance de la Primera Línea de Metro y desconocer lo que expertos y la Empresa Metro de Bogotá ha indicado a gritos: “No es técnica, ni económicamente factible volver al proyecto metro subterráneo, los costos resultarían insostenibles y el atraso y efectos negativos para la ciudad incalculables” como ha expresado Leónidas Narváez, actual gerente de la empresa.

El Distrito, en cabeza del exalcalde Enrique Peñalosa cumplió con todos los requisitos para sacar adelante la PLMB. Los requerimientos de 8 Conpes, lo establecido en la ley de infraestructura (Ley 1682 de 2013), lo señalado con la Ley de Metros (Ley 310 de 1996), la aprobación de créditos por parte de organismos multilaterales, creó la Empresa Metro, logró declaración de Proyecto de Interés Nacional y Estratégico, el Consejo Superior de Política Fiscal – CONFIS de la Nación autorizó la actualización al aval fiscal, el Consejo Distrital de Política Económica y Fiscal – CONFIS autorizó la solicitud con cargo a vigencias futuras ordinarias $6,08 billones constantes de 2017, el Concejo de Bogotá aprobó las vigencias futuras y el cupo de endeudamiento.

La PLMB ha cumplido 93 pasos para llegar a su construcción y contar hoy con un avance ejecutado del 16,30% del total del proyecto con las actividades de traslado anticipado de redes, gestión predial, traslado de Bolívar Ecuestre y galería monumento a los héroes, adecuación de suelos del patio taller con una ejecución del 54,54% y el intercambiador vial de la calle 72 con un avance del 4,82%.

La inversión de $340.000 millones que la Empresa Metro de Bogotá realizó para el traslado de 115 redes matrices o principales, de servicios públicos, ya cuenta con avances en las obras de gas natural (VANTI), telefonía e internet (Telefónica y ETB). A corte del 31 de agosto de 2022, el avance total es el 86,12%, los frentes activos corresponden a obras de acueducto, alcantarillado y energía eléctrica, con una ejecución del 83,17% (EAAB) y del 76,7% (ENEL Colombia).

Es tiempo de construir y no de destruir. La movilidad de Bogotá requiere soluciones e inversión. El Gobierno Nacional debe incluir el financiamiento de los Sistemas de Transporte Masivo en su Plan Nacional de Desarrollo y garantizar que Bogotá cuente con la Segunda Línea de Metro e incluso con una posible tercera. Presidente Petro el vagón de la PLMB ya está en la ciudad, es un sueño que ya está en construcción, no destruya el sueño de los bogotanos.

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