Opinión
Cuando el mundo nos asusta, la esperanza nos abraza
¡Recibe el año nuevo 2025 con ilusión, a pesar de todo!
Hoy más que nunca evoco el pensamiento de Viktor Frankl, quien nos sostiene en esperanza y libertad interior: “Te pueden quitar todo, excepto la libertad de elegir la actitud con la que enfrentas aquello que no puedes cambiar”.
Hay situaciones personales de este año que termina que son inmodificables y otras que, si lo decides y te haces responsable, podrías transformar, aun cuando leer o escuchar las noticias cada día puede llegar a ser una de las experiencias más vertiginosas y amenazantes en la actualidad.
Esta sensación de incertidumbre te puede generar una angustia paralizante, acompañada de temor y ansiedad; más cuando quizá tu hogar y tu familia a veces se convierten en un campo de batalla, que refleja las mismas discordias y conflictos que tanto te asombran del mundo exterior.
Te quedas perplejo del desorden mundial, sin detenerte a pensar que muchas veces es un espejo de las guerras que vives en tu interior.
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Son pocas las parejas, las familias y los núcleos sociales que hoy gozan de relaciones amorosas, pacíficas y cordiales. Por esta razón, soy una fiel creyente de que no habrá paz en el mundo hasta que no haya paz en los corazones de los hombres, en tu corazón y en el interior de tus relaciones más íntimas.
Pareciera que el mundo está viviendo una nueva guerra mundial, pero esta vez la pelea es entre dos protagonistas. Los dos contrincantes enfrentados en el campo de batalla, entre las naciones y los corazones, son el ego y el espíritu.
La violencia, la vanidad, el egoísmo, las ansias de poder, el placer sin reglas morales, la ira, la envidia, son armas letales con las que el ego intenta dar esta batalla para dominar al espíritu.
En el otro bando se encuentran los valores espirituales, la fraternidad, la generosidad, la tolerancia, el perdón, la reconciliación, la ética del comportamiento, la moral y la quietud interior, entre otros. Su comandante es el espíritu, es decir, el alma, la que te levanta y te sostiene año tras año.
Se termina otro año, sin embargo, pareciera que, en algunos aspectos, repites los mismos errores, tomas las mismas decisiones equivocadas y te quedas preso de aquellas cárceles emocionales que no te permiten liberarte.
¡Tu libertad será real cuando sueltes el peso que no necesitas!
Vuelves a hacer un inventario de todo el equipaje emocional que quieres soltar, haces una lista de aquello que no quieres llevar al nuevo año, pero te quedas otra vez encerrado en tu ego, sin lograr esos cambios, esos perdones, esas transformaciones y esas decisiones que necesitas para dejar que sea tu espíritu el que tome el control de tu vida y la restaure.
¿Qué estás esperando para vivir un año nuevo diferente?
¿Cuáles son las acciones y decisiones que debes tomar para no seguir viviendo en la manera robótica que quizá no te hace del todo feliz?
Hoy te invito a que tu fin de año no sea uno sumergido en la anestesia de la fiesta y el alcohol, intenta aquietarte en la reflexión del silencio. Esta vez da una mirada a tu interior y sé capaz de cambiar, de modo real, todo aquello que necesita ser transformado.
Mi píldora para el alma
Haz un inventario de tus heridas, de tus caídas y levantadas, pisa de nuevo cada huella, para que no olvides jamás como se alcanza la meta.
Pregúntate hoy, ¿quién toma tus decisiones, tu ego o tu espíritu?