OPINIÓN

El retorno de Palacino

El mismo día que el Gobierno de Colombia ordenaba la intervención de Saludcoop, la sociedad panameña de Palacino y Barrero aumentaba el capital de la compañía, que hoy supera los 6 millones de dólares.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
28 de octubre de 2017

Es un genio de las maniobras financieras y de la construcción de sociedades. Carlos Gustavo Palacino Antía fue el creador de Saludcoop, el gigantesco pulpo que creció exponencialmente mientras desecaba al sistema de salud en Colombia. Las empresas IPS del conglomerado prosperaban, mientras los hospitales y médicos se empobrecían o se iban a la bancarrota. La peor parte la llevaban los pacientes que recibían un servicio cada vez más deficiente, cuando sobrevivían. Usando los dineros públicos de la salud y dilatando los pagos a terceros, Palacino se daba vida de magnate y no sentía la obligación de dar explicaciones sobre su fortuna.

Hay indicios claros de dos temas igualmente graves: primero, Palacino es socio de socios de Medimás, la compañía que vino a ocupar el lugar de la malograda Saludcoop. Segundo, los procedimientos de Medimás se están pareciendo cada día más a los que aplicó Palacino en Saludcoop.

En marzo del año 2006, dos discretas abogadas panameñas llegaron a una notaría de ese país para registrar la conformación de una empresa llamada Medisalud S. A., con un capital de 2 millones de balboas.

La escritura registra que los miembros de la junta directiva son Carlos Gustavo Palacino Antía, su hijo Carlos Santiago Palacino Puerto y Jaime Eduardo Barrero Fandiño, un antiguo curador urbano de Bogotá que se convirtió en zar de la salud, de la mano de Palacino.

El señor Barrero es también uno de los accionistas de la compañía Medimás que, como resultado de un controvertido proceso, opera ahora los negocios que manejó en su momento la desaparecida Saludcoop.

Otra escritura de Medisalud, de diciembre de 2008, muestra que Barrero y los dos Palacino no eran solo miembros de la junta directiva, sino los reales dueños de la compañía panameña: Barrero está registrado como el propietario del 67 por ciento de las acciones; Carlos Gustavo Palacino, del 25 por ciento; y su hijo Carlos Santiago, del 8 por ciento restante.

El mismo día que el gobierno de Colombia ordenaba la intervención de Saludcoop, la sociedad panameña de Palacino y Barrero aumentaba el capital de la compañía que hoy supera los 6 millones de dólares.

En mayo de 2014 se protocoliza el cambio de la junta directiva sin que se registre ningún cambio en la composición accionaria. Es decir, no hay evidencia de que Palacino haya dejado de ser socio. Al lado de Barrero, que preside la junta, figura como vicepresidenta y tesorera Obanda Mejía Álvarez.

La sociedad súbitamente cambió su nombre de Medisalud a “Administración y Operación de Servicios de Salud Panamá S. A.”. Sin embargo, el número en el registro mercantil panameño sigue siendo el mismo y a su nombre sigue actuando doña Obanda Mejía.

Además, ella ha figurado en diferentes momentos como ejecutiva de Cafesalud y Medplus, siempre cercana a Jaime Eduardo Barrero.

Ahora Medimás, el nuevo pulpo de la salud, está adoptando conductas muy similares a las que bajo el mando de Palacino condujeron tanto al esplendor como al colapso de Saludcoop.

La Procuraduría General investiga ¿por qué Medimás está contratando con sus propios socios sin control de tarifas? ¿Por qué se usa el sistema de referencias para remitir a los pacientes justo a las IPS vinculadas a los accionistas de Medimás? ¿Por qué se demoran más en pagarles cuentas pendientes a los proveedores que no son socios? Y lo más grave, ¿si se están usando dineros públicos de la salud para pagar la compra de la propia EPS?

El país ya conoce el modelo y sabe quién se lo inventó. Está empezando una película cuyo final ya vimos.

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