OPINIÓN
El impune Holger
Una misteriosa mano borró de la hoja de vida del entonces congresista las líneas que indicaban que había sido gerente general de la empresa Salud con Calidad Limitada.
El Consejo de Estado vino a quitarle a Holger Díaz la investidura de congresista cuando ya llevaba tres años sin serlo. La extemporánea sanción le llegó acompañada de “la muerte política”. Eso es lo único que le ha pasado al Representante a la Cámara que tramitó una reforma de la ley para favorecer a Saludcoop mientras le pedía plata al presidente de ese pulpo responsable –en buena parte- del colapso de la salud en Colombia.
La decisión del Consejo de Estado, a pesar de ser tardía, resulta casi ejemplar frente a la impunidad total con que la Procuraduría de Alejandro Ordóñez obsequió a Holger y la morosidad de la Corte Suprema de Justicia que ha tenido el expediente ganando polvo en el despacho del magistrado José Luis Barceló.
La prueba reina contra Holger Díaz fue publicada en esta columna hace más de seis años.
Se trata de un correo electrónico enviado por el entonces representante a la Cámara Holger Díaz al presidente de Saludcoop Carlos Gustavo Palacino que fue encontrado por funcionarios de la Contraloría. El e-mail fue enviado por el usuario holgerdiaz@hotmail.com pasadas las 10 de la noche del 29 de noviembre de 2010 y dice lo siguiente: “Buenas noches, te envío el texto definitivo del proyecto aprobado en las comisiones séptimas, te quiero molestar porque hace 2 meses, no han vuelto a consignar, NIT 804010319-3. Muchas gracias. Holger”.
El número de identificación tributaria corresponde a una empresa llamada Salud con Calidad Limitada, fundada por el propio Holger Díaz, por su esposa Gloría Lucía Quiroz Hernández y por su suegro Franklin Quiroz Díaz.
Holger traspasó sus acciones en esta compañía unos días antes de convertirse en congresista pero la empresa siguió en manos de familiares de su esposa Gloria Lucía Quiroz.
Cuando se conoció el e-mail que mostraba el claro conflicto de intereses y la petición monetaria del congresista a Saludcoop, la primera reacción de Holger fue asegurar que nunca había escrito el mensaje: “Considero que el correo fue clonado. Es absolutamente claro que ese tipo de correo no se ha enviado. Soy alguien que siempre busca hacer las cosas bien”.
Sin embargo a Holger no le quedó más remedio que aceptarlo, un tiempo después, porque existía trazabilidad técnica que demostraba su autoría. El documento con su declaración ante el ministerio público señala: “En su versión libre el disciplinado admitió haber enviado el correo electrónico al otro correo (…) reconociendo su contenido en intervinientes”.
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La operación para ocultar su vinculación con la empresa beneficiada con su solicitud no paró ahí. La hoja de vida oficial del entonces congresista, publicada en su página de internet, fue alterada después de que se conociera el correo electrónico. Una misteriosa manó borró del documento las líneas que indicaban que había sido gerente general de la empresa Salud con Calidad Limitada.
Como si fuera poco, existe una prueba irrebatible de que Holger Díaz sabía que debía recusarse en cualquier discusión que implicara los intereses de Saludcoop. En el registro de intereses privados que suscribió al posesionarse como congresista él mismo escribió a mano: “Mi esposa es gerente regional de Saludcoop en Santander”
Evidentemente Gloria Lucía Quiróz fue la gerente regional de Saludcoop antes y después de la actuación de su esposo para favorecer la compañía. Buscando esconder esa otra razón de impedimento, Gloria renunció cinco días antes del debate de noviembre en el Congreso y recuperó su posición inmediatamente después de las fiestas decembrinas.
A pesar de todas esas evidencias la Procuraduría absolvió a Holger Díaz con la firma de los dos funcionarios de confianza de Alejandro Ordóñez: Juan Carlos Novoa y María Eugenia Carreño.
El señor magistrado de la honorable Corte Suprema de Justicia José Luis Barceló no ha podido formarse un concepto claro en estos años y el proceso sigue sin resolverse.
Mientras tanto Holger pelecha en la impunidad. Su suegro y socio Franklin Quiroz es miembro de la junta directiva de una zona franca concedida para ganar plata sin pagar impuestos y su esposa Gloria pasó de gerente de Saludcoop a gerente de Cafesalud, la entidad que la remplazó para que no vuelva a pasar lo mismo.