Opinión
Danilo Rueda debe renunciar
Su único “logro” ha sido gastarse 2.800 millones de pesos del presupuesto nacional en un servicio privado de helicópteros y aviones de lujo.
Quizás no exista hoy en el gobierno nacional un funcionario que combine tantos escándalos, polémicas e ineficiencias a la vez como el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda. Desde la campaña presidencial su nombre salió a la opinión pública por las cuestionadas visitas que realizó junto a Juan Fernando Petro a delincuentes y parapolíticos en varias cárceles del país en el escándalo que conocimos como el Pacto de la Picota. Rueda en 10 meses solo ha dado titulares y anuncios sin ningún resultado plausible en temas de paz y es el líder de la improvisación y la mentira, dentro de un gobierno lleno de inexpertos.
La llamada Paz Total, que inició como una de las grandes apuestas del gobierno, es hoy uno de sus puntos más débiles. Basta recordar como el propio Presidente le dijo al país en vísperas de año nuevo que había logrado un cese al fuego bilateral con el ELN y luego esa guerrilla y las fuerzas militares lo desmintieron. Un engaño que tenía por objeto vender falsos avances de su bandera de campaña. Pero además de los engaños, las negociaciones de paz fueron estructuradas por Danilo Rueda de una forma que nadie entiende: varios procesos a la vez, una ruta inexistente, falta de planeación, nombramiento de negociadores sin experiencia y una constante improvisación que ha minado la poca confianza que los colombianos tenían en estos procesos.
Rueda ha tenido varias salidas en falso. Lamentó la muerte de alias “Siopas” revictimizando a cientos de personas que lo padecieron; le restó importancia al desplazamiento masivo de excombatientes de las FARC de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) en Mesetas, Meta donde incluso el mismo Timochenko reprochó este actuar y a esto se le acaba de sumar una carta que le envió a alias “Iván Mordisco” en donde le habla de forma blanda y vergonzosa sobre la masacre de cuatro niños indígenas a manos de las disidencias de las FARC en Putumayo. El Alto Comisionado, quien debía hacer un enérgico reclamo por ese delito de lesa humanidad, decidió ser cordial y usar varios eufemismos para hacer menos relevante lo sucedido.
Nadie entiende las razones por las que el Presidente sigue manteniendo a este personaje al frente de las negociaciones de paz en Colombia. Su único “logro” ha sido gastarse 2.800 millones de pesos del presupuesto nacional en un servicio privado de helicópteros y aviones de lujo. Cada decisión que se toma en temas de paz es más torpe que lo anterior ¿Cómo entender que cuando los procesos de negociación con el ELN y las disidencias de las FARC pasan por su más grave crisis se decide abrir siete mesas nuevas con otros grupos delincuenciales?
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La paz es un anhelo de todos los colombianos, pero obtenerla requiere seriedad, experiencia, planeación y método. El país no tiene una política de seguridad ni una política de paz. Estamos en un limbo donde solo respondemos cediendo sin garantizar los derechos de las personas que viven en las zonas más fuertes de conflicto del país. Si el Presidente realmente está comprometido con cumplir su promesa de avanzar en una paz estable y duradera uno de los primeros pasos que debería dar es la de pedirle la renuncia al señor Danilo Rueda.