OPINIÓN

Democracia económica en tiempos de crisis

El desarrollo sostenible, incorporando nuevos modelos socioeconómicos ya no deberían ser un conjunto de metas a las que se aspira en un futuro lejano. Para superar esta crisis, el país debe moverse a un sistema económico verdaderamente democrático y más justo.

15 de enero de 2021

La emergencia sanitaria derivada de la Covid -19, ha ocasionado una urgencia humanitaria y una crisis de desarrollo, que agrava las desigualdades que ya existían previamente en la economía nacional, afectando a todas las clases social, pero con mayor impacto en la población más vulnerable.

Aunque la economía nacional y global se encuentran en crisis, en 2020 no todos los sectores económicos fueron afectados en las mismas proporciones. Algunos informes destacan que, a causa de la pandemia, en promedio los beneficios netos de sectores como: servicio de internet, logístico, electrónico, farmacéutico, entre otros, reportaron incrementos significativos en relación con el año inmediatamente anterior. En el caso de los ODS, las restricciones derivadas de las medidas de cuarenta generaron una mejoría de la calidad del aire en las ciudades, ocasionando un impacto positivo sobre el ODS 13 (Acción por el clima).

Esta crisis genera presiones para implementar cambios que sobrevienen tanto a los individuos como a los grupos que estos conforman en todos los niveles: Las personas, los equipos, las empresas, y el país en su conjunto. En Colombia se debería abordar un debate honesto, donde se evalúen competencias y valores, con el propósito de determinar, que aspectos sociales y económicos funcionan bien y no hay que cambiar, y cuales aspectos a raíz de la pandemia han dejado de funcionar y sí deben modificarse para hacer frente a la nueva situación.

Por la forma como está estructurado el modelo económico actual, la población más vulnerable son los más sensibles y por ende los más afectados ante las restricciones derivadas de la pandemia. Por ejemplo: La alta informalidad en Colombia (62%) y el cuentapropismo, hacen que nuestro mercado laboral sea muy frágil ante cualquier choque. Algunos expertos estiman que la coyuntura actual nos puede hacer retroceder 20 años en pobreza y desigualdad. Sin embargo, esta crisis es también una oportunidad para impulsar un sistema económico más justo y sostenibles que genere una participación más activa y horizontal en las relaciones de poder en los distintos grupos sociales.

La democracia económica, en cierta medida busca que cada individuo económico tenga las mismas oportunidades para decidir sobre los temas más importantes de la economía. Así, los dueños de las grandes corporaciones, los hacendados y los grandes empresarios dejan de tomar la totalidad de las decisiones. De este modo, los individuos que no hacen parte de las élites de poder pueden generar proyectos productivos y empresariales a través de esfuerzos colectivos y comunitarios, donde no solo cumplen el rol de empleados, sino también logren ser socios y tener participación sobre las ganancias netas de la organización.

Algunos ejemplos exitosos a nivel global sobre democracia económica: i) La Corporación Mondragón en España, a través de un proyecto colectivo, lograron que una comunidad muy pobre pasara a ser una de las más prósperas de toda España. Conformaron 100 cooperativas, una universidad, un banco, una agencia de bienestar social, 14 centros de investigación y desarrollo, una fundación filantrópica, un centro de desarrollo microempresarial para inmigrantes de bajos ingresos y actualmente es el octavo grupo empresarial más grande de España y el cuarto banco más grande de ese país.

ii) Plaza Market Creek en San Diego California: Usaron un proceso de planificación comunitaria intensivo para convertir un gran terreno de una antigua fábrica abandonada en un desarrollo urbano a gran escala, propiedad de la comunidad. Esto llevó a la creación de 200 empleos en 11 tiendas. Los miembros de la comunidad han ocupado el 67% de las vacantes de trabajos de construcción y el 91% de los empleos de mercado laboral. Cientos de residentes pobres invirtieron su dinero directamente en el proyecto.

iii) Vivienda Amalgamada en El Bronx, Nueva York: Fundada por un sindicato de trabajadores, como respuesta a la vivienda costosa y de malas condiciones para los trabajadores. Desarrollaron un enfoque que proporciona educación continua y hogar para más de 1400 familias en 11 edificaciones.

El desarrollo sostenible, incorporando nuevos modelos socioeconómicos ya no deberían ser un conjunto de metas a las que se aspira en un futuro lejano. Para superar esta crisis, el país debe moverse a un sistema económico verdaderamente democrático y más justo.

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