Ariel Ávila

OPINIÓN

Duque y la minga: paro nacional del 21 de octubre

La Minga y el Paro Nacional, seguramente, se encontrarán la próxima semana. La protesta social es un derecho y se debe garantizar.

Ariel Ávila
15 de octubre de 2020

La Minga2020 ha comenzado su marcha hacia Bogotá, todo parece indicar que, confluirá para el 21 de octubre en el gran Paro Nacional. La Minga de este año es diferente, no hay pliego de peticiones, no hay puntos a negociar o presupuesto a pedir, la Minga, esta vez, ha pedido un debate político con el presidente en tres puntos. De tal forma que, si el presidente quisiera que la Minga no llegue a Bogotá, que no confluya en el paro del 21 y que el país no comience un nuevo ciclo de movilizaciones, pues debería reunirse con la Minga, pero no, no ha querido. La pregunta es por qué.

La respuesta no es fácil, pero se han tejido dos hipótesis. Por un lado, aquellos que subestiman a Duque, dicen que el presidente no es capaz de ver lo que se le viene encima, que comete errores y sus asesores son muy malos. Todo, por ende, se trataría de una situación de falta de capacidad del presidente. Para otros, hay una lectura más conspirativa y se trataría de una estrategia para provocar que el país de incendie, así, ellos pueden luego, con una estrategia represiva, salir como salvadores y con ello, salvar la terrible crisis en la que Duque sumergido al país y, sobre todo, al Centro democrático.

La primera teoría considera al presidente muy ingenuo, difícil de creer y la segunda es demasiado conspirativa, tal vez sea una mezcla de ambas. Lo cierto es que el presidente tiene la posibilidad de evitar que la Minga confluya con el Paro, solo necita dialogar y hablar con la sociedad. El año pasado, dejó la silla vacía en La Minga del 2019, hace unas semanas dejó plantadas a las víctimas en la Plaza del Bolívar, y, ahora, está haciendo lo mismo. Duque es un presidente que no le gusta el diálogo, no le gusta la democracia y no le gusta la concertación. En cambio, reuniones para conspirar para tumbar a Maduro o reuniones para salvar al senador Uribe y conspirar contra el Estado de Derecho, eso si lo hace y gusta ir. Tal vez, el presidente no entiende las prioridades.

La próxima semana, es posible que Colombia inicie un nuevo ciclo de movilizaciones con el Paro Nacional del 21 de octubre, todo dependerá de que tanto exista miedo al virus y a la violencia policial. Lo cierto es que, si el presidente no se pone a gobernar, a intentar encuadernar este descuadernado país, el próximo año será bastante convulsionado. La situación del país es insostenible, la crisis social, política, de seguridad y económica es de las peores en más de 20 años.

Sin embargo, a pesar de toda esta crisis, el presidente parece estar preso de un sector de su partido político, piensa es en la defensa de Uribe, en gobernar para un sector de la sociedad y no para el país. Por ejemplo, a pesar del desastre económico, de las malas, tardías y pocas medidas económicas y de sus escándalos, aun mantiene a Carrasquilla como Ministro de Hacienda. Igual pasa con Carlos Holmes Trujillo, a pesar de todo, lo sigue manteniendo en el cargo. El problema en Colombia es que los cuatro años de Iván Duque han sido un completo fracaso y ahora, intentan culpar a la izquierda de toda la crisis, pero la izquierda nunca ha gobernado. Su teoría es absurda.

La Minga y el Paro Nacional, seguramente, se encontrarán la próxima semana. La protesta social es un derecho y se debe garantizar. No hay que tenerle miedo a la democracia y al ejercicio democrático en las calles. La protesta social es lo normal en un régimen democrático.

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