OpiNión
Edith Camerano
Las dos organizaciones indígenas, la ONIC y el CRIC, con 21 contratos que suman 95.000 millones de pesos que les ha dado Petro, muestran su costosa gratitud.
¿Quién diablos es Edith Camerano, se preguntarán? Pues fue un personaje muy importante durante el gobierno de Ernesto Samper que hoy adquiere relevancia precisamente por lo que el presidente Gustavo Petro quiere hacer en la calle para lograr apoyo para su gobierno. Si me tienen un poco de paciencia verán por qué.
Tan grave es su situación política o tan débil está que tiene que traer indígenas con todos los gastos pagos desde el Cauca para lograr mostrar algo de fuerza. Ya en ocasiones pasadas pidió en la ciudad apoyos públicos y fue tan escuálida la presencia –incluso con el respaldo de las centrales obreras– que le tocó recurrir a unos contratistas pagados que se ganan una platica, vienen y gritan Petro, Petro, Petro, rompen unos vidrios y se van.
Cuando Samper estaba en su peor momento por el proceso 8.000, así se llamaba la investigación de la entrada de 5 millones de dólares de los hermanos narcotraficantes Rodríguez Orejuela a la campaña, pues hizo lo mismo que Petro, buscar apoyo en la calle.
Samper, hay que ser sinceros, finalmente fue respetuoso de la democracia y tuvo el decoro de no pagarles de manera descarada a unos indígenas que están a 1.000 kilómetros de distancia miles de millones de nuestros impuestos para tratar de mostrar fuerza. Hacía las manifestaciones en la Plaza de Armas o en la séptima con la calle cerrada porque no llegaba gente e iban los mismos y las mismas a gritar Samper, Samper, Samper. El presidente, desde el balcón de la casa de Nariño que da a la Séptima –o sétima, como decía mi padre–, lleno de valor les respondía: “Acá se siente la verdadera Colombia, esta es la Colombia espontánea que muestra su rostro de apoyo al Gobierno”. En ese momento su operador político de marchas, ese gran ser humano que era Carlos Julio Gaitán, decía: “Nada sale más costoso que una manifestación espontánea”.
La desfachatez de este presidente –que ha roto todo el sentido del decoro pues deja metidos a alcaldes, gobernadores, presidentes y primeros ministros, se pierde y nadie sabe de él y nombra de manera descarada a su investigada secretaria privada Laura Sarabia, para solo mencionar unos casos– no tiene límites. Que entraron dineros de los narcos a mi campaña, no importa. Que mi hijo recibió dineros de los narcos, no importa no lo crie. Que se perdieron 15.000 millones de pesos que Armando Benedetti, exembajador en Venezuela, consiguió, no importa, nombro a la receptora de ese dinero en un cargo importantísimo en el DPS.
Por eso no nos debe sorprender que, como cualquier político corrupto tradicional de Colombia, le pague a un sector indígena minoritario –no se puede generalizar– para que vengan a prestar su apoyo. Y claro, las dos organizaciones indígenas, la ONIC y el CRIC, con 21 contratos que suman 95.000 millones de pesos que les ha dado Petro, muestran su costosa gratitud, que no me cabe duda van a continuar cobrando a costa de todos los colombianos. Finalmente, esa plata la paga usted, señor lector, y ni yo ni nadie sabe qué se hace, pues a esas organizaciones indígenas nadie las vigila y todos les temen. El político más corrupto de Colombia quisiera tener esa fortuna, y con estas organizaciones indígenas la profética frase de Gaitán de nuevo se hace realidad: nada es más costoso que una manifestación ‘espontánea’.
¿Y la señora Edith Camerano qué? Pues ella es una mujer que entonces era una liberal rabiosa y siempre salía a las manifestaciones. Los paperos de Boyacá apoyan a Samper, Edith Camerano en primera fila. Los taxistas de Bogotá apoyan a Samper, Edith Camerano firme, al frente de la manifestación. Finalmente, Samper tuvo que decirle a Gaitán que por favor no siempre estuviera Edith Camerano en primera fila, que el público se podía dar cuenta.
Aún no sabemos si Cielo Rusinque es la Edith Camerano de Gustavo Petro. Toca mirar entre los videos y fotos de los manifestantes a ver si hay alguna dirigente petrista disfrazada de indígena o infiltrada en estos manifestantes pagos. No me extrañaría, pues su servitud no solo es flagrante, sino desvergonzada y aunque aún no la encontramos vamos a seguir buscando.
Mientras tanto, la historia de Edith Camerano tiene un final feliz. Busqué su perfil en Twitter y lo encontré. La descripción de quién es valida esta gran historia. “Codirectora, Vicepresidenta del Partido Liberal, 40 años construyendo Poder Popular Pre Samper, politóloga, decana de Gobierno, RR. II., hoy Pacto Histórico Liberal Libre”. ¿Pacto histórico?, ¿se nos entregó doña Edith? Pues también me enteré de que sí, y que no solo fue así sino además fue una de las personas que más le insistió a Ernesto Samper para que apoyara a Gustavo Petro. Lograr ese apoyo no le costó mucho esfuerzo tampoco. Dios los hace y ellos se juntan.
Ahora, tendremos que buscar a Edith en las marchas del petrismo. Pagan bien, doña Edith, pagan bien.