OPINIÓN
El gustico diario
Con base en la protección la “moral y buenas costumbres” el gobierno envía mensajes públicos sobre cuándo, cómo y para qué tener relaciones sexuales.
Dos noticias me hacen pensar que la sociedad colombiana se está volviendo más papista que el papa. La primera viene de la confesional y tradicionalista Inglaterra, y la segunda de la vibrante y liberal Pereira.
Por un lado, la administración municipal de Sheffield, una ciudad de poco más de medio millón de habitantes, acaba de ser centro de escándalos en la supuestamente flemática y aburrida Inglaterra (dicen por ahí que los ingleses son tan aburridos que de una vez nacen viejos). La razón: el equivalente a la secretaría de salud de esa ciudad (el “NHS”) está distribuyendo entre los estudiantes de secundaria un panfleto denominado “Placer” (Pleasure), en donde asegura que los adolescentes tienen “el derecho a un orgasmo diario”.
El panfleto está destinado a actualizar los conceptos de educación sexual, contando a los estudiantes sobre los beneficios de una vida sexual placentera. Según el volante, la educación sexual se ha concentrado exclusivamente en la necesidad de informar sobre el sexo seguro, ignorando así la razón principal por la cual la gente tiene relaciones sexuales. Además, aseguran estos médicos, el buen sexo es beneficioso para la salud cardiovascular.
Al mismo tiempo, en latitudes más criollas, la corporación encargada de los reinados en Risaralda acaba de descalificar a la candidata más opcionada para representar a ese departamento en el reinado de Cartagena. La razón: descubrieron que la joven había hecho unos viajes acompañada por su novio cuando ella vivía en los Estados Unidos.
Según la organización del certamen, la señorita debía ser descartada, pues la representante debe ser “una dama risaraldense de una conducta pública intachable, que se ajusta a las normas de la moral y de las buenas costumbres”. La decisión estuvo tan fuera de lugar que el propio Gobernador de Risaralda, en declaraciones a la W de Julito, se opuso categóricamente a ella.
No voy a defender aquí el reinado de Cartagena, no faltaba más (y no porque esté o no en contra de los reinados de belleza, sino por la jartera que me da la lagartería y el arribismo que pulula en la Heroica para la fecha del reinado). Mi intención tampoco es criticar a quienes comulgan con la abstinencia y la virginidad hasta el matrimonio - o incluso de por vida. El punto no es ese. El problema surge cuando esa pretensión de corrección moral se traslada del fuero interno de cada quien y se transforma en paternalismo estatal, tal como parece que está sucediendo en Colombia.
Con base en la protección de esta “moral y buenas costumbres” se están enviando mensajes públicos desde el gobierno sobre cuándo, cómo y para qué tener relaciones sexuales; se busca perseguir a quienes consumen cierto tipo de drogas; y hasta se busca mantener encamados (pero solitos) a los menores de edad, mediante toques de queda y otras medidas policivas. Tantos problemas en el país y esas son las discusiones que por estos días se adelantan en el Congreso.
Así, con esta batería de reformas se busca terminar de desmantelar el espíritu pluralista de la Constitución del 1991. Especialmente, ese derecho al libre desarrollo de la personalidad que se basa en la concepción de que, mediante la protección a la autonomía personal, una Constitución debe aspirar a ser un marco en el cual puedan coexistir las más diversas formas de vida humana, frente a las cuales el Estado debería ser neutral. Es que el Estado no está para escoger por uno como hacen los padres con los hijos.
Pueda ser que en esta legislatura que empieza nuestros parlamentarios defiendan más la concepción de Estado como gobernante y la Constitución del 91 que aquella de la corporación del reinado. Por mi parte, me declaro a favor del derecho al orgasmo diario y en contra de los moralismos anacrónicos. Es mejor no contradecir las recomendaciones médicas.
*Nelson Camilo Sánchez es investigador de DeJuSticia. El Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad -DeJuSticia-(www.dejusticia.org) fue creado en 2003 por un grupo de profesores universitarios, con el fin de contribuir a debates sobre el derecho, las instituciones y las políticas públicas, con base en estudios rigurosos que promuevan la formación de una ciudadanía sin exclusiones y la vigencia de la democracia, el Estado social de derecho y los derechos humanos.