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Julio Londoño Paredes Columna Semana

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El incidente de Guaidó y algunos interrogantes futuros

Maduro ha iniciado la campaña para su reelección en 2024, a la que Colombia no será ajena.

28 de abril de 2023

En el marco de la conferencia internacional convocada por Petro para tratar la situación de Venezuela, la aparición y posterior salida de Juan Guaidó estuvo a punto de poner en un segundo plano la publicitada reunión.

Las versiones sobre las incidencias que rodearon el caso no son coincidentes. Parece ser que todos y cada uno de los invitados a la reunión, incluyendo los miembros de los grupos opositores venezolanos, fueron consultados previamente con Maduro. Ni el partido Voluntad Popular de Leopoldo López y Juan Guaidó, ni el de María Corina Machado Vente Venezuela fueron invitados.

Se preparaba simultáneamente un “plantón” de grupos opositores a Maduro que se encuentran en Colombia, para protestar contra el régimen venezolano y de pasada afectar la reunión internacional que se estaba celebrando. Según señaló el canciller colombiano, Guaidó proyectaba participar en el plantón.

No es explicable que alguien como él, ingresara al país sin haber al menos informado al Gobierno colombiano. Que tal que un expresidente de Colombia hubiera intentado sumarse a un mitin de esta clase y con ese propósito en Venezuela o en cualquier otro país.

Eso no significa que el procedimiento que se siguió por Migración Colombia fuera el adecuado. Menos aún, con la condición que precisamente tiene Guaidó.

El incidente lleva a algunas reflexiones. Todos los que fueron candidatos y precandidatos a la Presidencia de Colombia en el pasado debate electoral, con excepción de uno de ellos, estuvieron de acuerdo con el restablecimiento de las relaciones con Venezuela. No obstante, en el caso de Petro, hubo algo más que una simple identidad política: una auténtica simpatía por Maduro.

Una demostración de ello fue el envío a Caracas de un embajador muy cercano a él que se ha constituido en un personaje de confianza del Gobierno de Venezuela.

Sin embargo, el restablecimiento integral de los consulados en ambos países está muy distante, entre otras razones por el inmenso costo que implica. Además, ¿los centenares de venezolanos que aquí se encuentran, regularizados o no, podrían votar en las elecciones de Venezuela de 2024?

Se supone que, para ese efecto, debían registrarse en un consulado venezolano en Colombia. Pero ¿si no hay consulados? Tanto más si se parte de la base de que buena parte de los venezolanos que se encuentran en nuestro país podrían votar por un candidato diferente de Maduro.

En esas condiciones, Venezuela podría evitar el restablecimiento de todos los consulados venezolanos en Colombia, al menos hasta después de las elecciones 2024, con todos los inconvenientes que eso implicaría para las relaciones bilaterales.

Amanecerá y veremos.

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