OPINIÓN
Su señoría
La notificación a los coreanos se cumplió ágilmente, el lunes 11 de abril. Un día después, el martes 12, el juez Huertas fue a comprarse su carro.
El juez Reinaldo Huertas, acusado formalmente de recibir sobornos para dictar una medida cautelar que favoreció los intereses de Carlos Mattos en su pleito con Hyundai, salió de la cárcel al estrado. Le dicen “su señoría” y tiene más de 500 casos civiles por resolver. El juez, señalado por testigos y pruebas como receptor de millonarias coimas, está impartiendo justicia vestido de toga.
Huertas quedó libre hace unos meses por una controversial decisión de vencimiento de términos. Esto no quiere decir que esté exonerado de cargos, ni que el proceso haya terminado a su favor. Por el contrario, un escrito de acusación de la Fiscalía General establece que Reinaldo Huertas estuvo involucrado desde las primeras fases del delito. El sistema de reparto electrónico fue alterado justamente para que el caso llegara a su juzgado:
“El señor Carlos José Mattos Barrero quería manipular el sistema de reparto, con la finalidad de que la demanda fuera conocida específicamente por el Juzgado Sexto Civil del Circuito de Bogotá. Lo anterior, porque ya había acordado con el juez titular de ese despacho, Reinaldo Huertas, y su oficial mayor, Dagoberto Rodríguez Niño, el pago de coimas, con la finalidad de que, al interior del proceso civil a iniciarse, el despacho decretara una medida cautelar favorable a los intereses económicos del señor Carlos José Mattos Barrero”.
Es decir que no fue el azar lo que llevó el caso Hyundai al conocimiento del juez Huertas. Los técnicos involucrados en la manipulación del reparto reconocieron ya su responsabilidad en el delito y aceptaron que les pagaron para eso. Tampoco fue desinteresada la participación de Reinaldo Huertas:
“Reinaldo Huertas: titular del Juzgado Sexto Civil del Circuito para el momento de la comisión de los hechos. Tras ser presentado por Dagoberto Rodríguez a Luis Durán y Carlos Mattos, se comprometió a decretar una medida cautelar favorable a los intereses económicos de este último al interior del proceso a iniciarse por su demanda en contra de Hyundai Motor Company. A cambio de remuneración ilícita se comprometió a adoptar medida cautelar mediante auto y a sostener su vigencia en el tiempo”.
El caso salió a la luz pública gracias a una de estas columnas llamada ‘Sobre Ruedas’, publicada en el año 2016. Allí fue descubierto que el juez Huertas compró un automóvil Mazda y lo pagó en el concesionario en efectivo, un billete sobre otro.
Y así, sin explanaciones, Su Señoría Reinaldo Huertas sigue impartiendo justicia a nombre de la República de Colombia.
Lo más curioso es el cronograma de los hechos: la demanda de Mattos fue radicada el martes 15 de marzo de 2016. El reparto manipulado la asignó al juzgado de Huertas y a los tres días, el viernes 18, el juez resolvió admitirla. Apenas diez días hábiles después, el miércoles 6 de abril, el juez Huertas ordenó la medida cautelar prohibiéndole a Hyundai la venta de sus automóviles en Colombia y dándole así a Mattos toda la ventaja para negociar un jugoso acuerdo con la multinacional coreana.
La notificación a los coreanos también se cumplió ágilmente, el lunes 11 de abril. Un día después, el martes 12, el juez Huertas fue a comprarse su carro.
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Huertas pasó algún tiempo detenido y como queda dicho, salió por un polémico vencimiento de términos concedido en segunda instancia. Pese al conocimiento público y notorio de las pruebas contra él, el Consejo Superior de la Judicatura no ha tomado medidas en su contra. Esa es la razón por la que este juez cuestionado volvió al despacho, para vergüenza de la justicia colombiana.
Hace unos días el periodista Guillermo Gómez de Noticias Uno encontró al juez Reinaldo Huertas. Estaba fresco como una lechuga vestido de toga y sentado en el lugar del juez y no en el banquillo del acusado: “He regresado para cumplir lo que constitucionalmente juré cumplir que es administrar justicia”, dijo Huertas sin sonrojarse.
Se dice que usted llegó a un concesionario con una tula llena de plata a comprar un vehículo –le dijo el reportero– ¿Cuál es la historia de eso?
Ehhh –respondió el juez Huertas– mira ya considero que en este momento no resulta ni adecuado, ni apropiado hacer mayores “explanaciones” acerca de la temática.
Y así, sin explanaciones, Su Señoría Reinaldo Huertas sigue impartiendo justicia a nombre de la República de Colombia.
El mayor beneficiario de su medida cautelar Carlos Mattos, ha dilatado exitosamente su extradición desde España donde sigue dándose la gran vida.