OPINIÓN

El pobre muchacho

Varios beneficiarios de los programas del Ministerio de Agricultura de Arias se convirtieron en financiadores de su campaña.

Daniel Coronell
13 de octubre de 2012

Una campaña espesa recorre las redes sociales y las redacciones de algunos medios. Una fuerza descomunal intenta reescribir la historia para presentar como víctima al ex ministro Andrés Felipe Arias. El detenido –por cierto en condiciones bastante cómodas- (Ver vínculo) es presentado como un chivo expiatorio de la seguridad democrática y no como el hombre que repartió subsidios entre ricos, algunos de los cuales financiaron su campaña e incluso le vendieron a precio de ganga su exclusivo apartamento en Bogotá.

Andrés Felipe Arias sabía lo que estaba haciendo. Dos años y medio antes de que estallara el escándalo entregó una reveladora declaración. El escenario fue la revista Caras de febrero del año 2007. Allí le preguntaron: “¿Cuándo ha dado papaya?”. Su respuesta fue: “Cuando he querido dar subsidios y ayudas a los que no lo necesitan”. (Ver CarasFebrero2007)

Uno de los menos necesitados era el senador conservador Alirio Villamizar. En agosto de 2009, fue uno de los invitados al acto de renuncia al ministerio y lanzamiento de la precandidatura de Andrés Felipe Arias. (Ver La Renuncia)

Unos meses después su casa en Bucaramanga fue allanada buscando evidencias de corrupción en el caso de las notarías. Allí encontraron 800 millones de pesos en efectivo, evidencias de lo que le cobraba a sus ahijados políticos y la aprobación de un Agro Ingreso Seguro para su hijo Danny Alirio Villamizar por 496 millones de pesos. (Ver AIS-Villamizar)

Para los que aún no lo sepan, Agro Ingreso Seguro es un subsidio no reembolsable. En pocas palabras, un dinero que el estado le regalaba al beneficiario. Como si les faltaran ventajas a los favorecidos, el senador Villamizar le colgó un mico al estatuto tributario. Allí quedo establecido que esa plata regalada a través de AIS y otros programas del ministerio de agricultura, no tenía que pagar impuesto sobre la renta, ni ganancia ocasional. (Ver Mico estatuto tributario)

En ese punto empezó la investigación de la desaparecida Revista Cambio, con un artículo titulado ‘Programa Agro Ingreso Seguro ha beneficiado a hijos de políticos y reinas de belleza’. (Ver vínculo)

Muy pronto salió a flote que muchos beneficiarios de estos dineros habían sido financiadores de las campañas políticas del entonces presidente Álvaro Uribe y del referendo que buscaba un tercer período para él.

Entre los aportantes de Uribe que recibieron ese dinero público regalado están: Alberto Francisco Dávila, cabeza del grupo Daabon (Ver aporte Davila), Silvestre Dangond Lacouture (Ver aporte Silvestre), Harold Abadía Campo (Ver aporte Abadia)y Alfredo Lacouture Dangond, padre de la actual directora de Proexport y cabeza de la ya archivada campaña “Colombia es Pasión”. (Ver aporte Lacouture)

El modelo fue replicado exitosamente y varios beneficiarios de los programas del ministerio de Agricultura de Arias se convirtieron en financiadores de su campaña.

El poderoso y subsidiado grupo Mayaguez remitió aportes de accionistas suyos a la campaña (Ver carta Mayaguez). Otros como Riopaila, Manuelita y Pollos Bucanero le entregaron dinero a la ‘Fundación Colombia Cambió’ que funcionaba paralela a la campaña y compartía directivos con ella, entre otros el suegro del candidato. (Ver correo sobre donantes)

También beneficiarios de créditos gigantescos del Banco Agrario, que nunca fueron pagados, fueron donantes de la causa proselitista de Arias. Entre muchos ejemplos está el señor Jaime Restrepo de Falcon Farms empresa que recibió más de 12 mil millones en créditos incumplidos a BanAgrario antes de declararse en insolvencia. (Ver desembolso FalconFarms)

En documentos de la campaña se revela que 43 aportes fueron gestionados por Asocolflores. (Ver planilla de recaudos) Una circular del capítulo Antioquia de ese gremio ordena efectuar donaciones a Arias de grupos y empresas bajo nombres de personas naturales. (Ver circular Asocolflores Antioquia)

Incluso Diego Llorente y su familia, vendedores del elegante apartamento de Arias, fueron beneficiarios de Agro Ingreso Seguro y de incentivos fitosanitarios que suman más de 800 millones de pesos.

Luego como ex ministro les compró a precio de ganga un apartamento en el que le rebajaron 500 millones de pesos sobre el valor comercial, el 45 por ciento del costo de la propiedad. (Ver vínculo)

Ese es el hombre que ahora nos quieren presentar como desvalida víctima de una persecución política.

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