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Jorge Enrique Vélez, columnista invitado

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El segundo tiempo de Bukele

Con el apoyo de la asamblea mayoritaria, es probable que Bukele continúe realizando cambios en los estamentos políticos y administrativos del país para hacerlos más eficientes y transparentes.

Jorge Enrique Vélez
12 de junio de 2024

Sin lugar a duda, el pasado 1 de junio, día de la toma de posesión del segundo mandato presidencial de Nayib Bukele como presidente de la República de El Salvador, marcó un hito. Este evento es el resultado, en primer lugar, del reconocimiento de los salvadoreños que, en una mayoría absoluta, lo reeligieron como presidente del pequeño país centroamericano. Cuando Bukele asumió el cargo, El Salvador era un país inviable, en manos de políticos que, en su mayoría, se habían repartido el país tras un fallido proceso de paz, centrados únicamente en su beneficio y el de sus aliados. Permitieron que las pandillas, o maras, se apoderaran de la institucionalidad y la gobernabilidad del país. Nunca imaginaron que, con la llegada de Bukele a la Presidencia, se lograría recuperar la seguridad del país.

Bajo su liderazgo, El Salvador pasó de ser uno de los países más inseguros del mundo a un lugar donde las famosas maras, hoy con un número de 70,000 pandilleros, están bajo control en las cárceles del país, un modelo carcelario que está siendo copiado por muchos otros países. (Lamentablemente, en nuestro país, la política es todo lo contrario; los delincuentes son la prioridad del Gobierno).

Hoy, El Salvador es visto como uno de los países más seguros, lo que ha atraído a muchos inversionistas del mundo y a la misma diáspora salvadoreña que emigró masivamente a Estados Unidos. Ven a El Salvador como una prioridad de inversión futura debido a las garantías y oportunidades que ofrece.

Por eso, el presidente Bukele, el día de su toma de posesión, resumió contundentemente lo que será su segundo mandato: “Ya curé a El Salvador de las pandillas, ahora lo vamos a curar de la mala economía.” Es evidente que su nuevo periodo presidencial está enfocado en llevar a El Salvador a un crecimiento económico. La Asamblea Nacional entendió esto claramente cuando, a finales del periodo anterior de Bukele y bajo el liderazgo de su presidente, Ernesto Castro, reformaron la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) para incorporar exenciones fiscales a favor de inversores, tanto nacionales como extranjeros.

La modificación de la ley amplía la lista de actividades, productos y utilidades exentos del pago de este impuesto, lo cual atraerá grandes capitales, estimulará la inversión extranjera y fomentará la llegada de empresas de tecnología, turismo y construcción, como una de las prioridades en los próximos cinco años del segundo mandato de Bukele. Esta nueva transición fue avalada por delegaciones de más de 110 países que asistieron a la toma de posesión del presidente el pasado 1 de junio.

El presidente Bukele sabe que el próximo reto es el más importante y difícil de alcanzar, por lo que ha sido muy cuidadoso al manifestar cuáles serán sus prioridades en esta materia. Sin embargo, su compromiso sigue siendo “curar la economía de su país”. Después de escuchar muchas de sus entrevistas y discursos durante la campaña, y especialmente los realizados en ocasión de su toma de posesión, queda claro que los próximos cinco años estarán priorizados en las siguientes actividades:

La principal apuesta será la continuación de políticas anticorrupción y contra la criminalidad. Bukele ha sido coherente con su política de cero tolerancia, destacándose en su lucha contra la corrupción y las pandillas. Seguramente implementará nuevas estrategias para continuar de forma estricta con estos esfuerzos, mejorando así la seguridad en el país. Con estas garantías, el crecimiento de la inversión y la economía tendrá una base sólida.

El presidente Bukele ha sido uno de los líderes en el continente, desde ese pequeño país centroamericano, en el uso de tecnología e innovación. Aunque fue muy criticado durante su mandato anterior por mostrar interés en tecnologías emergentes y adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, su enfoque ha comenzado a dar frutos. Con la llegada de compañías como Google, se enmarca en su política para la modernización digital del estado, abarcando tres pilares fundamentales: gobierno digital, salud y educación. Seguramente continuará promoviendo la innovación tecnológica y la digitalización en diversos sectores económicos del país, demostrando una apertura encomiable en esta materia con cualquier país del mundo.

Con las leyes ya aprobadas por la Asamblea Nacional y con la elección de una asamblea mayoritaria, la prioridad es fortalecer la legislación para lograr el desarrollo económico, fomentando inversiones extranjeras, desarrollo de infraestructura y mejora del clima de negocios.

En el periodo anterior, se lograron dos reformas fundamentales para hacer más efectivos y equitativos los costos presupuestales de la nación: la reducción de los miembros de la Asamblea Nacional de 84 a 60 y la disminución de las alcaldías y concejos municipales de 262 a 44. Será en este periodo cuando esa política dé resultados, permitiendo destinar más fondos públicos a obras y mejorar la calidad de vida de los salvadoreños.

Con el apoyo de la asamblea mayoritaria, es probable que Bukele continúe realizando cambios en los estamentos políticos y administrativos del país para hacerlos más eficientes y transparentes, su prioridad. Esto permitirá fortalecer los proyectos sociales que el país necesita, mejorando la educación, la salud y los servicios básicos para la población más vulnerable, después de tantos años de guerra y pobreza.

En materia de relaciones internacionales, Bukele podría seguir fortaleciendo las relaciones, especialmente después del gran apoyo recibido en su toma de posesión el pasado 1 de junio, donde muchos líderes mundiales de más de un centenar de países lo acompañaron. Estas alianzas estratégicas traerán beneficios significativos en términos de crecimiento, solidificación del comercio, inversión y cooperación para la República de El Salvador.

Es evidente que, con el liderazgo del presidente Nayib Bukele, El Salvador afrontará un segundo mandato con más éxitos que el primero.

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