Opinión
El silencio del pesebre
A pesar del caos habitual, en Navidad siempre resaltan historias conmovedoras. La sencillez y humildad de sus protagonistas, como en el pesebre, son características que hacen de estos testimonios de humanidad algo especial.
Alrededor del mundo, miles de niños pasan Navidad sin sus papás. Son diversos los motivos por los cuales ocurren este tipo de separaciones. En el caso de Santi, un niño colombiano, tanto su mamá como su papá son miembros de la Policía Nacional y esa situación implica sacrificios. En el 2022, este hijo de policías no pudo pasar Navidad con sus papás por motivos propios del servicio que ellos realizan. No obstante, este año sería distinto. Antes del 24 de diciembre, el pequeño recibió una notica que lo llenó de gozo y emoción.
El general Salamanca, director de la Policía Nacional, llamó a Santi para comunicarle la razón por la cual se iba a emocionar tanto: sus papás estarían junto a él en Nochebuena. Sin conocer la particularidad de la misión de estos policías, ellos podrían gozar de su hijo lejos de cualquier peligro, al que muchos de los miembros de la fuerza pública se enfrentan constantemente. Esta familia podría estar reunida en torno a esta festividad y eso conmovió tanto a Santi como al general, que expresó, ante el llanto de alegría del niño, que desearía que “todos los policías lloraran de felicidad”.
El agradecimiento de Santi no tiene precio, así como el que tuvo Luisa, la niña de 18 años que vende frituras de plátanos en las calles de Venezuela para poder pagarse el colegio y terminar sus estudios. Su historia se viralizó gracias a una primera publicación del influencer Manuel Alejandro Núñez, en la que muestra la reacción de la niña al regalarle 100 dólares para su educación. Una de las miles de personas que se conmovieron por la reacción de la niña fue Radamel Falcao, quien se contactó con el influencer para darle una sorpresa a Luisa.
Antes de darle el regalo de Falcao, el mismo influencer, en un segundo encuentro, le preguntó a Luisa sobre sus deseos. Ella respondió: “Ayudar a la gente que más lo necesita”, siendo ella necesitada, como lo mencionó, en su alimentación: “Me falta comida”. En el silencio de sus necesidades, Luisa piensa en el otro. Después de su respuesta, recibió los mil dólares que Falcao le regaló por su valentía y dedicación para salir adelante.
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Las historias tanto de Luisa como de Santi reflejan el sentido de la Navidad: entregase a los demás, en especial a los más necesitados.
En el silencio del pesebre, un lugar de nacimiento indigno para tan importante persona, se esconde lo más preciado del mundo. Para quienes creen en Jesús, protagonista de esta fiesta, estas historias se unen al deseo de la Navidad: un mundo con más amor, más generosidad, en el que haya paz, orden y tranquilidad.
En un mundo ordenado, una niña no tendría que estar trabajando por dinero para poder sostener sus estudios. En un mundo con paz, un niño no tendría por qué estar separado de sus papás que podrían estar enfrentados a numerosos peligros. Estas situaciones, lamentablemente, siempre van a estar presentes en nuestro mundo de alguna forma u otra.
Ahora bien, ¿solo nos quedaremos en sentimentalismos al leer estos relatos? Testimonios como los de estos dos niños hay por montones y durante todo el año. Es la voluntad, antecedida de los sentimientos, la que debe ser puesta en práctica para que actúe en consecuencia. No sirve de nada quedarse conmovido y con los brazos cruzados.
La repetición anual de las fiestas de Navidad son un recordatorio para poner nuestro corazón al servicio de los demás. Hay que responder ese llamado natural de buscar mejores posibilidades que a veces parecen esconderse entre las dificultades.
¡Próspero año nuevo 2024 para todos!