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Jorge Enrique Vélez, columnista invitado

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El verdadero acuerdo nacional

Este acuerdo se basa en cinco puntos que, según el minInterior, deben guiar el país.

Jorge Enrique Vélez
9 de octubre de 2024

Al igual que los magos en el circo, que guardan su acto más impactante para el final de la función, el Gobierno de Gustavo Petro parece seguir esa lógica. Después de más de dos años dividiendo al país, destruyendo su economía, debilitando la institucionalidad de las fuerzas militares y favoreciendo a los delincuentes —tanto narcoguerrilleros como narcoparamilitares—, ahora su ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, aparece con la propuesta de un gran acuerdo nacional. Este acuerdo se basa en cinco puntos que, según él, deben guiar el país:

1. Seguridad y erradicación de la violencia en el ejercicio de la política.

2. Respeto a las reglas y al calendario electoral.

3. Transformación territorial en los municipios más afectados por el conflicto.

4. Crecimiento económico con equidad y transformación de la economía.

5. Compromiso con la deliberación argumentada y con el trámite en el Congreso de las reformas sociales.

Sin embargo, estas propuestas no son más que el cumplimiento básico de la Constitución y la ley, algo que este gobierno ha ignorado repetidamente. Más bien, parece que el objetivo real del Gobierno de Petro es seguir dividiendo al país con reformas que solo benefician a sus aliados, y no a todos los colombianos.

Es un grave error del ministro del Interior creer que con esta estrategia nos distraerá. Los colombianos no vamos a permitirlo. Cuando Cristo afirma que “El acuerdo nacional va más allá de los trámites legislativos. Es un compromiso con la institucionalidad, el reconocimiento de las realidades territoriales, el respeto a los disensos y la construcción civilizada. Si no podemos ponernos de acuerdo en los grandes temas, pongámonos de acuerdo en los mínimos”, ahí sí estamos de acuerdo. Esa debería ser la base de un verdadero acuerdo nacional. Los colombianos trabajaremos para lograrlo en las elecciones de 2026, cuando elegiremos un candidato único y un Congreso que será el opuesto a lo que este gobierno representa.

Con el actual gobierno, un acuerdo nacional como el que pretende impulsar es inviable debido a razones fundamentales que, hoy en día, parecen imposibles de superar. Nos encontramos bajo un gobierno que, según todas las encuestas, no genera confianza. Es muy difícil, por no decir imposible, que en lo que resta de su mandato, con sus políticas erradas, logre generar el ambiente de confianza y respeto mutuo necesario entre sus aliados y una oposición mayoritaria en el país.

A esto se suman las actitudes, a menudo casi irracionales, del presidente, quien parece comprometido únicamente con sus aliados, lo que no genera la seriedad requerida para un proceso tan importante como el que plantea el ministro Juan Fernando Cristo, bajo el nombre de “gran acuerdo nacional”. La intención del gobierno parece ser más bien asegurar una agenda política que incluye reformas que probablemente solo serán aprobadas en la Cámara de Representantes, gracias a la repartición de prebendas. Sin embargo, el gobierno sabe que en el Senado actual la situación será diferente.

El ministro Cristo intenta aplicar una estrategia que en su momento funcionó para lograr el acuerdo de paz durante el gobierno de Santos. No obstante, en el contexto actual, esta estrategia difícilmente tendrá éxito debido a la profunda polarización que existe en Colombia, tanto en los grupos políticos e ideológicos como en la sociedad civil y los medios de comunicación. Esta división ha llevado al gobierno a cometer errores, como el reciente veto al exdirector de la FM, Luis Carlos Vélez, que representa a la oposición.

Por estas razones, confiamos en que la mayoría de los senadores no se dejarán tentar por este tipo de estrategias desgastadas y que no reflejan la voluntad de un país tan dividido.

No podemos, como colombianos, desaprovechar la oportunidad que nos brinda el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, con su propuesta de un “gran acuerdo nacional”. La mayoría de los colombianos estamos de acuerdo en que el verdadero fin de este acuerdo debe ser unirnos para darle una contundente derrota al actual gobierno y a sus aliados. Para lograrlo es esencial que la oposición trabaje unida, consolidando todas las fuerzas, identificando puntos en común y colaborando en una agenda compartida que se convierta en una alternativa sólida en el escenario político.

A partir de este esfuerzo, es fundamental que surja un candidato único a la presidencia, fruto del consenso entre los diversos sectores de la oposición. Este candidato debe garantizar una amplia participación ciudadana, fomentando una movilización masiva en las próximas elecciones para asegurar que todas las voces sean escuchadas. Así, en este verdadero “gran acuerdo nacional”, los votantes mayoritarios de la oposición se sentirán representados a través de una plataforma ciudadana que integre tanto a la sociedad civil como a los partidos políticos.

Esta plataforma deberá presentar candidatos al Congreso y, lo más importante, un candidato único presidencial que enfrente al actual gobierno y a sus aliados de manera decidida y efectiva.

Trabajemos incansablemente y sin caer en individualismos por ese nuevo gran acuerdo nacional, que debe ser la máxima prioridad de una oposición mayoritaria en Colombia, aunque hoy se encuentre profundamente dividida. Si no establecemos esta prioridad, no solo corremos el riesgo de permitir la reelección del actual y nefasto “gobierno del cambio”, sino que también será imposible evitar que, con otros cuatro años más de este gobierno —cuyos aliados son delincuentes históricos de nuestra reciente historia—, el país caiga inevitablemente en una dictadura, como ha ocurrido con los dictadores Maduro, Ortega y Díaz-Canel, amigos y aliados del presidente Petro.

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