OPINIÓN
Cartagena sitiada
Lo más probable es que Quinto sea elegido y que termine al cabo de un tiempo destituido por el Consejo de Estado. Si eso sucede, Cartagena terminará crucificada.
Cartagena de Indias está a pocas semanas de caer de manera irremediable en las garras de una tenaza corrupta. La toma de la Heroica está planeada para efectuarse el 6 de mayo, fecha en que los cartageneros tienen que elegir su nuevo alcalde para que termine el periodo del alcalde anterior, destituido por la Procuraduría en mayo de 2017 debido a que le encontraron irregularidades en el derrumbe de un edificio.
El candidato más opcionado para ganar estas elecciones atípicas es Quinto Guerra, un exconcejal gris pero astuto que logró inscribir su nombre pese a que tenía un claro impedimento legal. Según la Procuraduría, Quinto tenía vigentes varios contratos con el Estado en el momento en que inscribió su candidatura, contraviniendo la norma que dice que los aspirantes a cargos públicos no pueden inscribir su candidatura si han celebrado contratos con el Estado un año antes de las elecciones. Quinto Guerra no solo pudo inscribir su nombre pese a su impedimento legal, sino que además consiguió el apoyo del 90 por ciento de las casas políticas más poderosas no solo del departamento de Bolívar, sino de la costa.
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Guerra tiene el aval del Partido Conservador, pero también cuenta con el apoyo del liberalismo y de la casa Blel -su jefe, Vicente Blel, condenado por parapolítica, sigue despachando desde la cárcel en cuerpo ajeno, ya que su hija ahora es senadora-; también cuenta con el favor del cuestionado empresario el Turco Hilsaca, quien a pesar de estar llamado a juicio por nexos con paras y por homicidio, sigue teniendo millonarios contratos en Bolívar. La casa García, de La U, manejada por Juan José García, condenado por corrupción, también lo respalda, al igual que Javier Cáceres, otro condenado por parapolítica que está resucitando. Guerra también es apoyado por la casa Char de Barranquilla, que ahora quiere expandir Charlandia a los perímetros de la Heroica -el imperio de los Char ya incluye los departamentos de La Guajira, Sucre, Magdalena y Atlántico-. La encuestadora Datanálisis, que en Barranquilla se le conoce como la encuestadora de los Char, acaba de hacer un sondeo en Cartagena en el que Quinto Guerra arrasa. Guerra no solo tiene el aval del Partido Conservador, sino de la propia Marta Lucía Ramírez (ver foto), fórmula vicepresidencial del candidato del Centro Democrático y del youtuber cristiano Osvaldo Ortiz, que se quemó en las pasadas elecciones del Congreso por el partido de Uribe. “Miles de miembros del Centro Democrático están comprometidos con recuperar el rumbo de Cartagena”, afirmó en unos de sus trinos en los que anunciaba su respaldo al candidato.
Fíjense ustedes: mucha polarización política en la cúspide de la pirámide y mucho odio en las redes, pero en la base las diferencias quedan disipadas cuando se trata de repartirse la marrana.
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A ninguno de estos políticos les importa que esta ciudad ya sitiada por la corrupción y por el desgreño administrativo, que ha tenido en los últimos cinco años ocho alcaldes, elija otro burgomaestre que puede ser destituido. Lo que les interesa es que tenga tiempo de repartirles la marrana y que les entregue una tajada de los grandes proyectos antes de que caiga en desgracia.
El impedimento legal de Quinto Guerra es tan claro que la semana pasada el procurador Fernando Carrillo le solicitó al Consejo Nacional Electoral (CNE) revocar la inscripción de Guerra como candidato, pero esta es la hora en que el CNE no se ha movido. Alexánder Vega, su presidente, es ficha de Roy Barreras y de los Ñoños, y la posibilidad de que la CNE actúe antes del 6 de mayo es muy remota. Lo más probable es que Quinto sea elegido y que termine al cabo de un tiempo destituido por el Consejo de Estado. Si eso sucede, Cartagena terminará crucificada.
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Viendo lo que está a punto de sucederle a la Heroica, tiendo a creer que esta polarización es más postiza que las canas de Iván Duque y más falsa que el apoyo del expresidente César Gaviria al solitario Humberto de la Calle.
PREGUNTAS SIN RESPUESTA:
-¿Por qué la circular roja de Interpol que notificó el pedido en extradición de Santrich por parte de la justicia norteamericana no se tramitó a través de la Policía -como es usual en estos casos-, sino por medio de la Fiscalía?
-¿Por qué la Fiscalía colombiana entregó a la DEA a Marlon Marín si días antes lo había sindicado de ser el jefe del complot en el desvío de los fondos de paz, hechos que se habrían sucedido en suelo colombiano?
-¿Por qué el fiscal NHM no le informó al presidente Santos sobre la existencia de un proceso que iba a tener un gran impacto en el manejo del orden público? ¿Fue una sugerencia de los gringos o una demostración de poder?
-Si somos el aliado más importante de la región, ¿por qué los gringos no le informaron al presidente Santos que la DEA tenía en curso una operación de entrampamiento contra Santrich?
-¿Deberíamos llamar a NHM “Mister Attorney General”?