RAÚL ÁVILA FORERO
Empresas pierden / empresas ganan. ¿Qué más hará el gobierno colombiano?
El 2020 comenzó con tendencias positivas para el sector empresarial colombiano. Infortunadamente, ad-portas de cerrar el primer trimestre del año todas las empresas se vieron afectadas por un cese temporal de operaciones que ha venido afectando cada vez más sus utilidades.
Como era de esperarse, en los informes del primer trimestre de 2020 la mayoría de las empresas colombianas empezaron a registrar una caída importante en sus utilidades. Prácticamente, será una constante de los próximos meses ante la cuarentena que sigue vigente y que, si bien permitirá abrir más sectores desde inicios de junio, no permitirá recuperar la dinámica de consumo que se tenía a inicio de año. De hecho, ya algunas previsiones hablan de una caída del PIB trimestral para el segundo trimestre de 2020 de hasta -10%.
Esto refleja una fuerte asfixia empresarial que, aunque no se presenta con la misma profundidad en todos los sectores, es una preocupación latente en cada una de ellas. En días recientes, al Ministerio de Trabajo llegó un paquete de 14 propuestas sobre temas laborales que pretende darle un alivio al sector empresarial, al parecer, cueste lo que cueste.
El rescate y apoyo a las empresas colombianas no es tarea fácil. La situación se complica mucho más cuando se evalúa el panorama para las pequeñas y medianas empresas y, como bien sabemos, existen medidas para intentarlo que son totalmente debatibles. Pero, por lo pronto, es posible discutir la dura situación a nivel general sobre los resultados financieros de algunas empresas representativas de la economía durante el primer trimestre de este año.
De algunas cifras empresariales ya publicadas, una de las compañías que más contrajo su beneficio es Movistar del sector telecomunicaciones con pérdidas que rondan los $107.600 millones. A nivel mundial, Telefónica ha experimentado pérdidas por gastos de reestructuración y factores adicionales como las inversiones en derechos deportivos que no retornaron beneficios por la suspensión de eventos como la Champions League.
Según su reporte de estados financieros intermedios con corte al 31 de marzo, en Colombia dado que los servicios de telecomunicaciones están declarados como servicios públicos esenciales, Movistar activó su Plan de Contingencia y de Continuidad de Negocio que cubre diversos escenarios de indisponibilidad incluyendo, a su vez, todas las medidas pertinentes para dar continuidad a la operación ante la amenaza del coronavirus. Por supuesto, acciones que derivan en más obligaciones financieras.
La segunda empresa que más reportó pérdidas fue Enka, empresa paisa dedicada a la producción y comercialización de polímeros y relacionados, por una suma de $3.032 millones. En su informe de resultados se confirman pérdidas por la suspensión de su operación, la implementación de protocolos para reiniciar sus operaciones de forma gradual y la clara reducción en su demanda.
A Enka le sigue el Grupo Sura con $75.956, cuyo informe afirma que su resultado se vio afectado por la desvalorización en las inversiones Sura, la disminución de ingreso por método de participación en compañías asociadas (como Bancolombia, por mayores provisiones de cartera, y Protección, por menor rendimiento del encaje) y, finalmente, por el impacto contable que tuvo la devaluación del peso colombiano.
No obstante, las empresas relacionadas a sectores como alimentos y elementos de primera necesidad no han percibido un impacto tan negativo en sus utilidades por el momento. Dentro de estas destacan Grupo Éxito con ganancias cercanas a los $21.900 millones, Colombina con $16.545 millones y Grupo Nutresa con $191.300 millones. Todas estas con variaciones positivas respecto al año anterior.
Este breve escenario de resultados de algunas compañías y sectores refleja la difícil situación empresarial colombiana actual. La semana pasada, en un interesante debate desarrollado por el auspicio de Vali Consultores y Asopostal sobre actualidad económica y bioseguridad, se comentaron varias de las acciones que el Gobierno ha venido desplegando dirigiendo el gasto a cuatro frentes principales: (i) recursos para incrementar las capacidades del sector salud; (ii) auxilios para paliar la crisis humanitaria derivada del confinamiento; (iii) mecanismos de crédito, garantía y subsidios a las empresas para evitar el desempleo y (iv) mantenimiento de la estabilidad del sector financiero para proteger el ahorro de los colombianos.
Una de las alternativas que ha causado más polémica ha sido que la prima laboral, según el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, se pueda pagar a cuotas o que, en el más sombrío de los panoramas, se pueda aplazar su desembolso, dada la falta de flujo de efectivo en las empresas, más no suprimirla, al ser un derecho constitucional. Una opción que se ha analizado sólo desde la perspectiva de las empresas, pero que no es nada propicia si se evalúa desde del trabajador que debería usar este dinero con el que futuramente cuenta para posiblemente pagar servicios públicos, liquidar o abonar a deudas adquiridas, compras (más con el cruce de la fecha del primer día sin IVA), luego no veo con buenos ojos esta medida.
Otro frente de análisis destacado en el foro es la titánica tarea que desarrolla el Gobierno de cara a lograr la posibilidad de hacer un tercer giro del programa de Ingreso Solidario y el despliegue de todos los protocolos de bioseguridad para la reactivación empresarial, que haga despegar de nuevo a varios sectores empresariales fuertemente golpeados; medidas tales como la definición de sectores exceptuados, trabajo desde casa, ARL respondiendo por los protocolos de seguridad, digitalización, Mecanismo SURE, y ayuda a Pymes en sectores estratégicos son algunas de las medidas destacadas por el ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera.
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Lastimosamente, aunque se entiende el buen accionar de las medidas gubernamentales, buscar cómo generar de nuevo rentabilidades para las empresas, sin castigar los empleos generados, en un panorama en el que la demanda cumple medidas de confinamiento no es tarea fácil y no se puede asegurar que las medidas sean todas exitosas.
Aún deben ser más los esfuerzos y medidas por implementar en los siguientes días. Muchas empresas han migrado o impulsado los canales e-commerce para intentar continuar su operación. Las más pequeñas se han visto en la necesidad de atender por domicilios, en la medida en que les ha sido posible ir abriendo sus puertas. Lo cierto es que las ayudas del gobierno aun deben desplegar más canales de inversiones, y la amenaza ahora es cómo lograr mitigar una avalancha de insolvencias empresariales, dado lo difícil que es mantener empresas con gastos y sin ingresos, en un escenario donde en lo posible se debe mantener el empleo laboral a toda costa, porque sin estos ingresos, no habrá demanda para reactivar la economía.