OPINIÓN

En el Nudo de Paramillo, los niños hacen la guerra

Los guerrilleros adelantan desde hace varios meses un supuesto censo donde registran los nombres de los jóvenes, hombres y mujeres, potencialmente aptos para ser reclutados.

Semana
10 de agosto de 2010

En el Nudo de Paramillo, donde confluyen los departamentos de Antioquia y Córdoba, el Frente 18 de la guerrilla de las Farc le hace la guerra al Estado con menores de edad reclutados bajo engaño en las veredas donde hace presencia el grupo subversivo. Tras un corto recorrido por la región, tuve la oportunidad de escuchar los testimonios de varias personas que habitan y trabajan en esas montañas y en sus palabras se revelan historias inhumanas y crueles ocurridas entre marzo de 2008 y mayo de 2010.

En aquellos lugares, aún recuerdan la fuga de un menor de 14 años de edad, que fue reclutado a los 12 y preparado para construir e instalar minas antipersonal en una vasta zona montañosa del Nudo de Paramillo. Este joven, cansado de la guerra y en medio de un operativo en el que trasladaban varios cientos de kilos de pasta de coca, engañó a sus mandos superiores convenciéndolos de que estaba enfermo y debía regresar al campamento. Tras recibir la autorización, se fue solo y aprovechó la oportunidad para buscar la salida hacia la población más cercana, donde se entregó a las tropas de la Brigada Móvil 18 del Ejército.

En su relato a los militares, el joven explicó que ingresó a las Farc seducido por un pago mensual y por la promesa de que cada dos meses lo dejarían visitar a sus padres. Su responsabilidad en este Frente era hacer y “sembrar” minas explosivas con otros cuatro menores de edad. Todos ellos recibieron preparación de un miembro de las Farc conocido con el alias de ‘Gelatina’ durante un mes.

Otra historia que se narra en aquellos lugares es la de un menor de ocho años, quien desde los seis había sido utilizado por hombres de las Farc para transportar armas y explosivos en una mula. La historia del niño fue conocida por autoridades civiles de la región, quienes de inmediato iniciaron los trámites para desvincularlo de las filas guerrilleras. En las conversaciones con este chico, se evidenció una profunda agresividad con aquellas personas que representaran al Estado, una circunstancia curiosa para un niño que ni siquiera sabía coger un lápiz.

Una vez entre las autoridades, este chico relató que en el Nudo de Paramillo había más niños como él y dijo que en una ocasión presenció un duro castigo contra uno de sus compañeritos, quien fue golpeado y amarrado a un árbol porque desobedeció una orden.

Los pobladores de aquellas regiones también hacen referencia a una joven de 15 años, desvinculada de las Farc en estado de embarazo. Tras haber sido seducida por el hijo de un jefe guerrillero, la niña se incorporó a las filas insurgentes de 12 años. De inmediato recibió 15 días de entrenamiento al final de los cuales le dieron un fusil AK 47. La instrucción militar le fue dada por una guerrillera conocida con el alias de la ‘Bruja’. Meses después fue llamada a otro entrenamiento y durante tres meses estuvo al lado de diez menores de edad, entre los 14 y 16 años, recibiendo instrucción militar.

Al final de esa fase de adiestramiento, la joven fue trasladada a un campamento conocido como Las Tablas, donde se concentraban 140 guerrilleros, la mayoría de ellos menores de edad. Quienes conocieron de cerca esta historia cuentan que ella dijo haber presenciado la ejecución de cuatro compañeros, tres de ellos menores de edad, que intentaron fugarse. La joven dijo que la ejecución fue grabada por los jefes del frente guerrillero.

Pero no todas las historias hacen referencia a acciones de reclutamiento forzado. Las autoridades conocieron el caso de un menor de 16 años, habitante de uno de los barrios de la comuna 13 de Medellín y con antecedentes judiciales, quien fue llevado en febrero del año pasado al Nudo de Paramillo para que participara en una operación contra un narcotraficante a quien le robarían 90 millones de pesos. Los contactos fueron hechos por un guerrillero conocido con el alias de el ‘Liso’.

La operación falló porque fueron descubiertos en el momento de la incursión a una finca donde estaba supuestamente el dinero. En un intercambio de disparos, fueron asesinados varios de sus compañeros y en la huida se encontró con tropas del Ejército y se entregó. Al explicar por qué había participado en esa incursión, explicó que con la plata que se ganaría, le iba a comprar una lavadora, un televisor y un equipo de sonido a su mamá, una vendedora ambulante del centro de Medellín. Según él, desde los ocho años había aprendido a manejar armas de fuego en las calles de la comuna 13.

Pero las historias no paran allí. Durante este año se ha vivido una situación de zozobra en el Nudo de Paramillo, pues las Farc han intensificado el reclutamiento forzado de menores de edad. Con el argumento de que “la organización necesita sus hijos”, varias familias han sido visitadas por milicianos que les exigen poner a niños y niñas al servicio de la guerrilla. La presión ha generado el desplazamiento de varias familias campesinas, amenazadas porque impidieron que sus hijos integraran las filas guerrilleras.

Adicional a todo ello, los jefes guerrilleros adelantan desde hace varios meses un supuesto censo donde están registrando los nombres de los jóvenes, hombres y mujeres, potencialmente aptos para ser reclutados, lo que podría provocar que a futuro no haya quien trabaje la tierra en esas zonas, altamente productivas, pero hoy día dedicadas buena parte al cultivo de hoja de coca, ya sea porque efectivamente se integran a la guerrilla o porque se ven obligados a desplazarse para evitar la vinculación.

Toda esa estructura de reclutamiento, cuentan en el Nudo de Paramillo, está bajo el mando de un guerrillero conocido con el alias de ‘Molina’, jefe de milicias del Frente 18. Sus acciones tienen atemorizados a niños, niñas y jóvenes que habitan ese enclave natural, quienes hoy se encuentran en un verdadero dilema por cuenta de un hombre que por sus acciones contra los menores de edad y según el Estatuto de Roma se ha convertido en un criminal de guerra.


(*) Periodista y docente universitario

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