OPINIÓN
En un asado con Duque
"Gracias, ministro Lozano: asador sí, pero no así… Quiero uno nuevo. En esto no podemos escatimar."
El Departamento Administrativo de la Presidencia sacó a licitación abierta la compra de un asador de 3,7 millones de pesos porque, según reza el documento público, “Dentro de la verificación efectuada a las casas privadas del señor presidente de la república y la casa de huéspedes ilustres de Cartagena se evidenció la falta de un asador”.
Para que no se diga que el presente es gobierno derrochón, esta columna transcribe un audio que llegó a sus manos (en paquete con el de Paloma Valencia en que monta marrullas politiqueras, y el de Juan Pablo Bieri en que censura al programa Los Puros Criollos). Se trata del momento histórico en que el presidente Duque toma tan importante decisión en un consejo de ministros.
(Algarabía general)
–Bueno, ministros: silencio, se acabó la guachafita…
–Mil disculpas, presidente Uribe (Duque, quise decir Duque).
"Gracias, ministro Lozano: asador sí, pero no así… Quiero uno nuevo. En esto no podemos escatimar."
–Perdón, presidente Uribe (que diga: Duque)…
–Buenas, presidente Uribe… Duque.
–Los cité para que discutamos un asunto muy importante:la compra de un asador para la casa privada.
–Ejem, presidente...
–Dime Gloria María…
–Pero ¿no sería bueno que antes el ministro de Defensa nos cuente en qué va la investigación del atentado?
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–Me da pena despertarlo, Gloria María. Y prefiero que de esos temas se ocupe el presidente Uribe.
–Pero, presidente (inaudible): es el momento perfecto para declarar una confrontación, eso al Gobierno le puede dar foco…
–Foco el del ministro de Defensa, ministro…
–Presidente: me refiero a que necesitamos un enemigo, y nos serviría una guerra.
–Hablando de guerra, ¿han oído esta canción de Juan Luis?... Jorge Mario, la guitarra, por favor…
–Iván: prefería que hablemos antes de Venezuela, Rusia y China…
–Cierto, canciller: nada fácil ese grupo que nos tocó en la Copa América…
–Presidente…
–Recuérdame tu nombre, por favor.
–Soy el ministro de Agricultura.
–Gracias: cuéntame…
–Podemos ir a ver asadores a Home Center. Yo compré uno el sábado.
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–Nosotros tenemos uno en la finca que poco usamos, presidente, si quiere se lo damos…
–Gracias, ministro Lozano: asador sí, pero no así… Quiero uno nuevo. En esto no podemos escatimar.
–Además, con la reforma tributaria podemos comprar el mejor, presidente…
–Gracias, ministro Carrasquilla, y sí: esta es mi gran oportunidad para demostrar que en asados nadie me gana: hago el asado, saco la guitarra, armo el picadito de fútbol… pongo a asar la carne, y la pago, porque el que la ase, la paga.
–Presidente, ¿y si compramos el asador que diga Uribe?
–O hagamos una licitación, presidente, para ser transparentes…
–Me gusta esa idea… ¿tú eres?
–Nancy Patricia: soy de los del presidente Uribe.
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–Como ministra de Justicia, yo aporto mis conocimientos en cortes para este nuevo proyecto, presidente…
–Gracias, Gloria María, podríamos fusionar todos los cortes en un megacorte.
–Presidente: podríamos aprovechar sus conocimientos en economía naranja y hacer pato a la naranja.
–Me gusta, Johnatan…
–Pero, Iván, hijo: sin desconocer la importancia del asador, ¿por qué no hablamos de los protocolos?
–Canciller, el protocolo del asado ordena poner primero las mazorcas, que son las que más se demoran, pero yo los voy a irrespetar y voy a poner el maduro: es un mensaje a Venezuela.
–Presidente, ¿y se imagina ese asador con o sin chimenea?
–Sin, ministro: necesitamos que salga humo para armar cortinas que le ayuden a Luis Carlos, que fue muy generoso en la campaña.
–¿Y sería un asador de qué tamaño, presidente?
–No sé: tendría que tomar medidas. O decirle al Presidente Eterno: prefiero que todas las medidas las tome él.
–Yo me lo imagino grande, presidente: el país debe saber que vamos a meter toda la carne en el asador…
–Así es, Silvia: ¡que sepan que los funcionarios de este gobierno no están crudos!
–Y que tampoco nos quemamos, presidente.
–¡Exacto, Bieri! ¡Y que somos expertos en retirar cualquier cosa de la parrilla, aun programas!
–Paloma y María Fernanda se encargan de incendiar las brasas, yo hablo con ellas.
–Gracias, Nancy Johana.
–Nancy Patricia.
–¡Eso!... Me relamo desde ya: ¡carnitas y huesitos a la brasa!
–Presidente: sugiero que tenga brasero, (soy la de Cultura)….
–Buen aporte, gracias.
–Y que sea grande, para que tengamos dónde cocinar tantos chicharrones…
–Sí, Johnatan, tienes razón: ¡y que le quepan chatas, chorizos, papas!
–Hablando de papas, presidente, ¿cuándo volvemos a donde mi tocayo, el papa?
–Presidente: como consejero para la paz, le pido me permita tener un rol en esta labor porque me sobra el tiempo…
–Presidente: ya está en la línea el Presidente Eterno…
–Perfecto, gracias, edecán: los dejo entonces con él en el speaker para que tomen nota, y me voy a mis labores.
–Cierre pasito, presidente, para no despertar al ministro Botero.