Opinión
Entre conflictos internos y externos, China se perfila
China avanza sutilmente en medio de los conflictos mundiales y de las situaciones angustiosas de algunos estados.
Mientras prosiguen dos conflictos mundiales, que nadie suponía que se iban a presentar, en Colombia ya muy pocas cosas nos inmutan.
Nos aterramos por los locos que en los Estados Unidos asesinan al que se les pongan por delante. Sin embargo, aquí, en medio de la indiferencia, suceden todos los días casos similares en los cuatro puntos cardinales, pero producidos por asesinos que no están locos.
Se sabe cuál es la reacción de las autoridades. El secretario de gobierno, el de seguridad, el comandante de la policía, el alcalde o el gobernador, dicen: “este crimen no quedará impune. Se ofrece una recompensa hasta de veinte millones de pesos por informaciones que conduzcan a la captura de los responsables. Se están examinando las cámaras de seguridad del sector y recogiendo testimonios de varios testigos”. A las veinte y cuatro horas se olvida porque viene otra masacre.
Algunas unidades militares son secuestradas masivamente, e incluso roban a sus integrantes como si estuvieran en la calle 13 con la avenida 68 en Bogotá. Entre tanto, ‘Mordisco’, el cabecilla que está de moda ahora (porque desde hace muchos años siempre ha habido uno que esté de moda), solicita que sean las llamadas “guardias campesinas” y sus “efectivos” los que vigilen el proceso electoral. Jamás se había visto una situación semejante en nuestro país.
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En fin, entre tanto, el presidente Petro desde China ha vuelto a hablar de grandes megaproyectos en Colombia, no simplemente sobre el caso del metro de Bogotá, cuya modificación vale una fortuna. Se refirió también a la red ferroviaria para unir el Atlántico con el Pacífico y a la carretera panamericana, interrumpida por el Tapón del Darién, y que nadie quiere que se termine. Pero no importa, porque somos un estado ricachón: no sabíamos que éramos tan ricos. A menos que se esté pensando que eso se puede hacer a base de impuestos a la gente.
Algunos han pensado que los chinos podrían financiar alguno de esos proyectos de los que se viene hablando desde hace décadas. Una empresa china está construyendo una polémica carretera en medio de la selva que unirá a poblaciones del suroeste brasilero con Pucalpa en el Perú. Como en el metro de Bogotá, es una empresa y no el gobierno chino.
Sin embargo, China está utilizando ese doble estándar capitalista y socialista con sus empresas regadas por todo el mundo para incrementar su influencia. Pero al mismo tiempo, está aumentado progresivamente su capacidad militar, afilando las espadas para un eventual conflicto en gran escala por Taiwán o por las islas Spratly en el Mar del Sur de la China.
Ha sido una sagaz estrategia geopolítica con la que incluso está afectando a los Estados Unidos y a naciones europeas.
Como si fuera poco, resulta curioso que ahora en varios colegios y universidades en Colombia se enseñe mandarín y que a los muchachos les interese aprenderlo. Sería interesante además saber cuántos productos de nuestro uso diario no son hechos en China.
(*) Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario.