OPINIÓN
Entre la democracia y la tiranía
El gobierno Fujimori estuvo lejos de ser perfecto, pero alcanzó metas inimaginables que los peruanos deben agradecer.
Antier falleció el expresidente de Perú Alberto Fujimori. Para muchos, el mandatario, que estuvo en el poder de 1990 al 2000, fue un héroe, y para otros, su gobierno fue controversial. Hay que recalcar los inmensos logros que sucedieron mientras era presidente. Lo más valioso y relevante fue la derrota del grupo guerrillero Sendero Luminoso, conformado por asesinos sanguinarios, que cobró la vida de miles de personas y quien tenía a Perú aterrorizado. Mejoró la economía de manera exponencial, aboliendo una inflación anual del 3.000 %; abrió la inversión extranjera y empujó el libre mercado. Logró finalizar una disputa territorial con Ecuador de la zona de la Cordillera del Cóndor y del río Cenepa. Su gobierno obtuvo resultados realmente fenomenales, pero como cualquier administración, tuvo sus fallas. En el caso de Fujimori, fue haber estado enredado en el escándalo de corrupción de Vladimiro Montesinos, quien era su asesor político y también fue jefe de inteligencia y seguridad nacional, lo que causó que Fujimori renunciara a su cargo desde Japón en el 2000. El gobierno Fujimori se caracterizó por tener mano fuerte en todos los aspectos y también ante sus opositores e hizo cambios cuestionables con la constitución.
En el 2009, Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y malversación de fondos, este segundo el cual aceptó. Fue indultado en 2017 por su frágil estado de salud, pero este indulto fue anulado en 2019 y, finalmente, más adelante quedó en libertad por sus 85 años y su delicado estado de salud. Sus hijos, Keiko y Kenji, han estado en la política desde hace varios años y han apoyado a su padre incansablemente y de manera inquebrantable. La situación de Fujimori es un claro ejemplo de la frase que dice que los pueblos no tienen memoria, pues si bien han sido muchos sus simpatizantes, muchos otros se han dedicado a perseguirlo de manera obsesiva hasta meterlo preso y prácticamente acabar con su vida, es inhumano tener a una persona de esa edad en prisión. Es verdad que el Gobierno hizo cosas indebidas y se le acusó de acciones cuestionables, pero es inaudito pensar que tras los logros de su gobierno algunos sean capaces de sólo ver lo malo; se olvidan de cómo dejó al país en cuestión de economía y sobre todo la paz que sintieron tras la abolición de Sendero Luminoso.
Causa mucha rabia y desconsuelo que lo que le sucedió a Fujimori les ha pasado a varios mandatarios de derecha que han dedicado su vida a la lucha contra el terrorismo, la violencia y el mal. Los ciudadanos no saben agradecer lo que aquellos presidentes han conseguido con mucho esfuerzo. La causa de este grave fenómeno que se ha repetido varias veces en la historia es la falta de información, y más que cualquier cosa, la tergiversación que tienen algunos políticos y sus partidos, que se encargan de contar verdades a medias a su conveniencia para cambiar la historia y generar rabia a los ciudadanos, muchos que ni siquiera habían nacido cuando sucedieron los hechos. Es una narrativa y una persecución llena de odio que divide la derecha y la izquierda, creando una brecha enorme entre los dos. No podemos creer en todo lo que nos vende un grupo político; debemos ver lo bueno y lo malo de cada gobierno de manera objetiva.
El gobierno Fujimori estuvo lejos de ser perfecto, pero alcanzó metas inimaginables que los peruanos deben agradecer. Cada ciudadano hará su balance y lo pondrá del lado de la historia que crea conveniente.
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