Opinión
Entre Ospina Pérez 1949 y Lasso 2023
La situación en el Ecuador y un episodio en la vida política colombiana.
El presidente del Ecuador Guillermo Lasso, en medio de un juicio político que se le seguía por el supuesto delito de corrupción, utilizó una norma constitucional y aduciendo que había una grave crisis política y conmoción interior, cerró la asamblea legislativa y solicitó al consejo electoral que convoque a elecciones anticipadas para presidente y asamblea legislativa.
Esto da lugar a recordar el cierre del congreso en Colombia en 1949. El país había entrado en una etapa de aguda confrontación, derivada de la violencia política oficial emprendida después del asesinato de Gaitán. El gobierno de Mariano Ospina Pérez utilizaba a un grupo de policías politizados venidos de un municipio de Boyacá, para reprimir las reacciones de inconformidad en diferentes regiones y emprender una represión generalizada, en especial en el sur del Tolima y el norte del Huila.
El partido liberal había triunfado en las elecciones para Congreso celebradas en junio de ese año. El 8 de noviembre de 1949 la bancada liberal designó una comisión de la cámara de representantes para estudiar una acusación ante el senado al jefe del estado.
El presidente de la Cámara cándidamente pidió una cita con el ministro de guerra, el general Rafael Sánchez Amaya, para solicitarle “que pusiera a disposición del parlamento la fuerza pública indispensable” para proteger al congreso durante sus deliberaciones sobre la acusación.
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La reunión se celebró en la tarde. Dos horas después el presidente Ospina Pérez, mediante un decreto basado en un artículo de la constitución procedió a cerrar el congreso, las asambleas departamentales y los consejos municipales. El pretexto fue “la grave situación del orden público que existía en todo el territorio nacional”.
Acogiendo la ingenua solicitud que se le había formulado al ministro de Guerra, el gobierno envió a la policía al congreso, no propiamente para “proteger” a la Comisión de la Cámara en sus deliberaciones, sino para expulsar a los parlamentarios que se encontraban en el recinto de la corporación e impedir el acceso de los que pretendían ingresar. Se gobernó por decreto durante ocho años.
En el Ecuador las fuerzas armadas despejaron el recinto de la asamblea: el presidente podrá gobernar por decreto por un período de seis meses.
La permanente confrontación entre el congreso y el ejecutivo en el Ecuador, así como la beligerancia y prevalencia de los grupos indígenas dio lugar a que en diez años el país tuviera doce presidentes. Aquí, ahora las guardias indígenas, con sus palos controlan la plaza de Bolívar, interceptan las carreteras, secuestran unidades militares e imponen su ley en muchos municipios.
En el Ecuador el expresidente Correa intentó perpetuarse en el poder mediante un cambio de la constitución para permitirle aspirar nuevamente a la presidencia. Esas prácticas afectan la democracia.
Ni el mesianismo ni la repartición de prebendas entre los sostenedores de un régimen, pueden ser los parámetros para satisfacer la morbosa atracción de ciertos gobernantes por detentar indefinidamente el poder.