Opinión
Feliz Navidad y próspero año 2024
En esta época de fin de año, en medio de las fiestas, las novenas, los abrazos, la natilla y los buñuelos, los colombianos aprovechamos para reflexionar sobre lo que hicimos este año y fijamos nuestras metas y propósitos para el año por venir.
El 2023 pasará a la historia por haber sido un año de grandes retos. Las reformas del “Gobierno del Cambio” avanzan en el Congreso, al tiempo que la inversión y la economía empiezan a resentir la incertidumbre que las mismas representan.
Las Fuerzas Militares y Policía Nacional han afrontado una crisis sin precedentes en sus filas: primero con la salida de más de 60 generales desde agosto de 2022, la cual sin duda alguna fue el primer error estratégico de este “gobierno”. La cuenta de los otros oficiales y suboficiales es tan larga, que no me atrevo a decir un número, atentando contra lo más importante de una nación, la seguridad; pivote y eje fundamental para proyectar hacia el futuro el país. Segundo, con la falta de gestión desde la cartera ministerial de defensa, lo cual ha contribuido a la pérdida de capacidades, también es un tema muy sensible y que se debe exigir sea revisado. El daño causado al país en esta materia pone en riesgo la soberanía y el control del territorio, así como también el poder ser autosuficientes en caso de cualquier tipo de contingencia, que pueda darse en el país, pues está demostrado a través de la historia, que los primeros respondientes ante cualquier desastre o calamidad son las Fuerzas Militares y Policía Nacional; esto NO es solo en Colombia sino en cualquier país del mundo.
Pero aquí parece que eso no importa. En cambio, los que se han podido fortalecer son las estructuras criminales: disidencias de las FARC, el Clan del Golfo, el ELN y todas las demás estructuras que por falta de visión y madurez estratégica seguiremos viendo emerger de todo este desorden (Ya lo estamos viendo). Cuando terminó el Gobierno del presidente Duque, la mayoría de los cabecillas - o mejor para que me entiendan “Capos” - de estas estructuras estaban escondidos en el vecino país, pero los trajeron para que pudieran reinar bajo el imperio de la “Paz Total”. Todo lo anterior alguien tiene que tomarse la molestia de dejarlo escrito, porque si NO lo hacemos, muy seguramente algún irresponsable nos estará señalando de culpables y promotores de esta nueva historia en la que están embarcando al país y de la que nuevamente los militares NO saldrán bien librados.
Mientras tanto, el presidente Petro anuncia, sin ningún pudor, que este gobierno no va a poder cumplir el acuerdo de paz con las FARC, al tiempo que reconoce que en el territorio el control de las armas está en manos de “los mexicanos”, leemos en las noticias que en lo corrido del año van más de 90 masacres. Y frente a las mismas, aún NO he podido ver el primer debate de moción de censura serio al responsable de la situación actual de seguridad del país, todo esto pasa en sus narices, pero se sigue confundiendo al país con discursos inentendibles y revestidos de odio y distractores.
Los escándalos por la financiación de la campaña presidencial, los abusos de poder, los viajes, los excesos y las diferentes formas de corrupción, colmaron los titulares de las noticias cada día. El papel de la fiscalía general de la Nación ha sido notable, pues con prontitud dio inicio a las investigaciones y con gran tenacidad ha avanzado en las mismas hasta donde ha sido posible. Y se lee en los diferentes medios y redes sociales de todo un poco. Los colombianos confiamos en Dios, que sin duda alguna terminara impartiendo justicia divina y a su vez acompañando y brindando sabiduría a quienes tienen la potestad de impartirla aquí en la tierra.
Las elecciones regionales marcaron un hito importante, pues se logró demostrar al gobierno que los colombianos sí quieren un cambio, pero NO el cambio que ellos representan, que ha sido un verdadero desastre, pero como decían nuestros abuelos; NO hay mal que dure más de cuatro años, ni cuerpo alguno que lo resista. Así pues, colombianos, que lo que hay es trabajo por desarrollar y UNIDOS, debemos iniciar juiciosos a colocar nuestro grano de arena para sumarnos a servir, servir, y servir; es lo que nos enseñaron como soldados y ahora lo haré como un ciudadano más con la firme convicción de darlo todo por nuestra patria.
Entonces, ante todo esto, no queda más que fijar nuestra esperanza en que el 2024, aunque bisiesto, sea el año para que todos los colombianos nos unamos para trabajar por un mejor país. Ya sin el uniforme puesto, pero colgado en un espacio especial de mi closet, me comprometo con todos los colombianos a continuar sirviéndole al país desde mi nueva vida como ciudadano colombiano y desde esta, vislumbrar el futuro de nuestro pueblo; todo lo anterior lo ejerceré desde un ejercicio democrático respetuoso, que me permita seguir sumándole y multiplicándole a tanta gente que espera ansiosa, que quienes juraron defender y trabajar para construir país lo hagan de manera decorosa sin quebrantar las bases fundamentales de toda sociedad, los principios éticos, valores morales y con apego a Dios y a la Constitución.
Será un año en el que tendremos que rodear nuestras instituciones, aferrarnos a las Cortes para que puedan hacer su trabajo con total independencia, no solo al momento de ejercer el control legal y constitucional de los actos administrativos y leyes sometidos a su consideración, si no al momento de cumplir una de sus funciones más importantes: elegir al próximo (o próxima) Fiscal General de la Nación. Aspecto este que todo el país espera con esperanza, para de esta manera mantener un equilibrio proporcional, frente a lo que todos estamos viendo con mucha preocupación.
Rodear al Congreso, para que recuerde que su mandato viene del pueblo, que cada una de las leyes que allí se aprueben debe ser en beneficio de los ciudadanos y no atendiendo intenciones particulares ni enmermeladas ambiciones. Expresarles a los “padres de la Patria”, que quienes le apostaron a cada uno de ustedes con su voto a conciencia, como dignos representantes de todas las regiones del país, esos hombres y mujeres que confiaron en ustedes están esperando el mejor comportamiento y que este solo tenga sentimientos de aspiraciones políticas futuras para seguir sirviendo, más NO sirviéndose de su alta dignidad parlamentaria. Y sumado a lo anterior, rodear a los nuevos gobernadores y alcaldes, para que su mandato sirva para recuperar en algo el rumbo del país, jalonar la economía, generar empleo, y reestablecer la tan anhelada seguridad.
De todos y cada uno de nosotros depende que podamos rescatar al país del caos en que se encuentra, no podemos sentarnos a mirar lo que pasa y criticar cómodamente sentados en el sillón, llegó la hora de remangarnos y juntos empezar a construir el país que han venido destruyendo durante el último año y medio.
No podemos permitir que nos dejen como a Venezuela, y eso que durante mucho tiempo sonaba como un riesgo inmaterializable, cada vez se siente más inminente y cercano, pero para eso, tenemos que trabajar todos de la mano, sin reparos. No podemos seguir como espectadores anestesiados, muertos de espíritu, sin ninguna dosis de sentido de pertenencia por nuestro país. ¡Ánimo mis queridos compatriotas!, que los colombianos estamos hechos de un material especial y este se llama pasión por lo que representamos.
Se los recuerdo … representamos el amarillo de nuestra bandera que simboliza, la abundancia y la riqueza de nuestro suelo. Pero también la soberanía, la armonía y la justicia. El azul que simboliza, el mar, los dos océanos, sobre los que Colombia tiene costas y que nos une a otros pueblos. El rojo que simboliza la sangre, pero NO la sangre que derrama el odio sino la que alimenta el corazón y le da movimiento y vida, significa amor y pasión por nuestra patria, así como poder, fuerza y progreso.
Los invito a que pasemos unas navidades unidas en familia y que sigamos reflexionando en el calor de nuestros hogares lo que cada uno de nosotros podemos hacer por nuestra amada Colombia. Y que pongamos por encima de nuestros intereses personales, los intereses de nuestra nación. Solo de esta manera recibiremos un año nuevo, 2024 venturoso para todas las familias colombianas.
Finalmente, quiero plasmar en esta última columna de opinión del 2023, un saludo muy muy muy especial, para las personas más importantes de esta nación; sí, un abrazo de hermandad e infinita gratitud a todos los soldados de tierra, mar, rio y aire así como a los policías, que en estas épocas del año, mientras muchos colombianos disfrutamos en familia, ellos están vigilantes enfrentando las inclemencias de un día caluroso y una noche lluviosa y friolenta, pero siempre muy orgullosos de estar haciendo lo que más les gusta; servir a la patria.
Fuerte abrazo para todos …
¡AJUA!