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Colombia: especialistas en asesinar mujeres

Cada día son asesinadas entre tres y cuatro mujeres, 156 son víctimas de violencia intrafamiliar y 45 de violencia sexual. El nuestro es el país del mundo con mayor número de ataques con ácido a mujeres

Germán Manga, Germán Manga
3 de diciembre de 2016

Esta semana murió en Buga, Valle del Cauca, Dora Lilia Gálvez, la humilde empleada doméstica de 44 años de edad que el pasado 6 de noviembre fue víctima de un diabólico ataque en esa ciudad. Fue drogada, abusada sexualmente, golpeada, quemada y empalada.

Por la indignante brutalidad con que fue llevado a cabo, el caso logró atención en las redes sociales y en los medios de comunicación. Pero es casi seguro que muy pronto terminará en el olvido y en la indiferencia que rodea a miles de atropellos, como ese, que se cometen a diario contra mujeres en nuestro país.

Según el Instituto de Medicina Legal cada día son asesinadas entre tres y cuatro mujeres en Colombia, 156 son víctimas de “violencia intrafamiliar” y 45 sufren violencia sexual.El año pasado fueron asesinadas 970 en casi todas las regiones del país. 970 historias de terror, de brutalidad y de injusticiaque ilustran una de las peores expresiones de la vorágine de barbarie y de violencia que padecemos.

Un estudio de Profamilia, señala que la violencia de género ha afectado a 74% de las colombianas. Lo más grave es que en la mayoría de los casosocurren en el hogar y la violencia es infligida por la pareja (47.27%) o por la expareja (29.33%), segúnel Forensis de Medicina Legal.

Ese mismo informe confirma que el incremento de las violencias contra las mujeres en Colombia es estremecedor. Cada 32 minutos una mujer fue víctima de violencia intrafamiliar. Cada 12,6 minutos una mujer fue víctima de violencia de pareja.Cada 4 días una mujer fue víctima de feminicidio. Cada 27,5 minutos una mujer fue víctima de violencia sexual.El nuestro es el país del mundo con mayor número de ataques con ácido a mujeres.

El problema, obviamente, no se limita a nuestro país. La violencia contra la mujer es tan generalizada y grave en todo el planeta que pone en duda el verdadero avance de la civilización. En este mundo de la ciencia y la tecnología y de la supuesta consolidación de la democracia y de los derechos humanos, la Organización Mundial de la Salud reporta que una de cada tres mujeres han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros, en algún momento de su vida.

Latinoamérica tiene el mayor índice de feminicidios y la más grave problemática de violencia contra la mujer en el mundo.  En octubre de este año la Cepal reportó que diariamente mueren 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujeres.

Como en los tiempos de las cavernas  esta  misma humanidad que ya llegó a Marte, que superó en los siglos XX y XXI los umbrales de la ciencia y tecnología, más que en todos los siglos anteriores, mantiene al género femenino en subordinación frente a los hombres a través de sistemas patriarcales que ignoran la complementariedad de géneros y en los cuales las mujeres padecen múltiples formas de discriminación y de violencia física y psicológica: feminicidios, violaciones, trata,prostitución forzada, esclavitud sexual, control afectivo y sexual, reclutamiento forzado por grupos armados,  aborto y embarazo forzado, entre muchos otros.

La OMS atribuye el fenómeno a bajos niveles de instrucción, antecedentes de violencia familiar y de maltrato infantil de los victimarios, trastornos de personalidad y consumo inmoderado de alcohol y de drogas, entre otros factores.

El Código Penal colombiano mantuvo hasta hace pocos años “ira e intenso dolor” como atenuante que garantizaba impunidad a los cónyuges que asesinaban a sus esposas, tras sorprenderlas en adulterio. Ese oprobio se superó y nuestro país está ahora en el grupo de los que cuentan con leyes de avanzada contra el feminicidio y la violencia de género, pero la realidad demuestra que no se implementan. El Ministerio de Salud sigue muy rezagado en su obligación de atender a las víctimas,cuando y como lo disponen las Comisarías y los jueces de control de garantías, el Ministerio de Trabajo no avanza en la prevención, investigación y sanción de acoso sexual en el ámbito laboral y la desigualdad salarial. En general, el gobierno incumple gravemente la intervención integral en salud, educación, justicia y trabajo que dispone la ley paramujeres víctimas de violencias. 

Lo peor es queel problema crece y crecerá todos los días, por causa de la impunidad -más de 95% según la Fundación Sisma Mujer-. En 2015 se reportaron 147 feminicidios y se emitieron apenas5 sentencias condenatorias. A septiembre de 2016 se reportaron 157 y sólo 20 sentencias.97% de todas las denuncias por acoso sexual y 78% de las de violencia sexual que llegan a la Fiscalía General de la Nación terminan archivadas.Mientras la inoperancia de la justicia se mantenga en esos niveles y mientras la sociedad siga aferrada a patrones culturales queconsideren aceptable el dominio, opresión y/o explotación de la mujer yel uso habitual de la violencia para resolver los conflictos con ellas, no habrá forma de controlar ni disminuir la pavorosa escalada de violencia degénero que sufre Colombia. Seguiremos llorando, cotidiana e indefinidamente, sin esperanzas y sin remedio, tragedias como la deDora Lilia Gálvez, al menos durante el tiempo que logren estar a salvo del olvido.

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