OPINIÓN

Alcaldía de Bogotá

El Centro Democrático avaló a Miguel Uribe, sumando a apoyos de partidos históricos y de origen cristiano. Claudia López debe definir apoyo de Petro. Últimas elecciones han tenido abstención alrededor del 50%. Inconsistencias y video de Petro podrían ser contraproducentes. Escándalos de alcaldía del Polo defraudó un tercio de seguidores de izquierda. Miguel Uribe podría alcanzar el 45% de los votos. Desde 2011, Galán mantiene 12,7%. Partidos no deben depender de las encuestas ni adherir a personas. Los partidos denotan debilidad extrema.

Juan Manuel Charry Urueña, Juan Manuel Charry Urueña
26 de julio de 2019

El Centro Democrático otorgó aval al candidato Miguel Uribe Turbay para la Alcaldía de Bogotá, por considerar que su nombre tenía más viabilidad política y probabilidades de ganar la elección. La anterior decisión implicó quitar el apoyo a Ángela Garzón, quien lo había obtenido en virtud de una encuesta.

El inesperado apoyo del Centro Democrático que al parecer tomó por sorpresa al candidato Uribe, se suma a los apoyos de los partidos Liberal, Conservador y Colombia Justa Libres. Se trata del respaldo de los partidos históricos, el Centro Democrático y uno de origen cristiano, con lo cual resulta ampliamente favorecido, sin contar el posible respaldo de Cambio Radical y del Partido de la U.

En la otra orilla está la candidata Claudia López, quien en virtud de liderar las encuestas y gozar del soporte de Sergio Fajardo, obtuvo los apoyos de los candidatos de UP, Polo y Activista. Se podría decir que la izquierda se está consolidando alrededor de López, aunque todavía falta el apoyo de Gustavo Petro.

Una encuesta anterior mostraba a Claudia López con 26,2%, a Carlos Fernando Galán con 12,7% y a Miguel Uribe con el 9,7%. Con los nuevos apoyos se perfilan López con un posible 32% y Uribe con 21%, mientras que Galán jugaría una tercería manteniendo su porcentaje.

En las últimas tres elecciones capitalinas, la abstención a rondado el 50%, de ahí que los indecisos jugarán un papel muy importante. Cabe esperar que la izquierda procure nuevos simpatizantes mediante las criticas a la política tradicional, mientras que la derecha mantenga el tono conciliador y técnico. 

Si bien Gustavo Petro, se revela como un nuevo fenómeno político, sus posiciones radicales, su inconsistencia en criticar a los delfines tradicionales y proponer a su hijo como candidato, así como el penoso video donde con avidez acaricia dinero, explican la cautela de López en consolidar esa coalición, que podría resultar contraproducente.

Lucho Garzón ganó la alcaldía en 2003, por el Polo, con el 46,29%. Samuel Moreno también ganó, en 2007, por el mismo partido, con el 47,41%. Sin embargo, el escándalo de esta última administración, defraudó a un tercio de los seguidores de izquierda, como se observa en 2011, con la alcaldía de Gustavo Petro con tan solo el 32, 22%. 

Ahora bien, la elección de 2015, donde resultó elegido Enrique Peñalosa con el 33,18%, muestra que el Partido Liberal y de la U obtuvieron el 28,52% y el Centro Democrático el 11,99%, que si se sumarán a Miguel Uribe le permitirían alcanzar al menos un 45% de los votos.

En el caso de Galán, en 2011, obtuvo el 12,7%, el mismo porcentaje de la encuesta reciente. Este candidato tiene que sopesar muy bien su posición, sus circunstancias personales no lo pueden conducir a hacerle el juego a la izquierda, como algunos entendieron con la elección de Petro.

Dos anotaciones finales. Los partidos no deben depender de las encuestas pues parecieran ir en la corriente de opinión, por el contrario, su función es crear opciones y conseguir adiciones, esto es, crear opinión en lugar de auparse en ella. De otro lado, los partidos deben coordinar el trabajo en equipo, en lugar de adherir a las personas y a sus agendas particulares, en otros términos son ellas las que deben adherir a los partidos y no a la inversa.

En conclusión, los apoyos obtenidos por Miguel Uribe y la posibilidad de que obtenga otros próximamente indicarían que tiene altas probabilidades de ganar la elección. La situación de Claudia López es más difícil pues debe lograr votos del sector abstencionistas, remontar los errores de las administraciones distritales de la izquierda y evaluar el discutible apoyo de Gustavo Petro. Los partidos denotan debilidad extrema y deberían replantear su estrategia.

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