OPINIÓN
Ganando también se pierde
Sería importante que la comunidad venezolana residente en Colombia organizara y convocara una conferencia nacional en favor de la petición de la revisión de cada una de las actas de las elecciones del 28 de julio.
Los cuestionados resultados electorales del pasado 28 de julio en la hermana República Bolivariana de Venezuela, donde de manera tardía y poco creíble, el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró ganador a Nicolás Maduro con el 51.2 % de los votos, proclamándolo de manera apresurada como nuevo presidente de enero del 2025 hasta enero del 2031, nos llevan a afirmar que en este caso nada se ha ganado. Se pierde transparencia, se pierde democracia, se pierde libertad y fundamentalmente, se pierde credibilidad de la población en los gobernantes y en las instituciones del Estado.
Lo que equivocadamente es considerado una victoria por Maduro, en la realidad es una pérdida de democracia y un burdo despliegue de autoritarismo.
Una vez conocido el fallo del CNE en las primeras horas de la madrugada del día 29 de julio, la líder de la Alianza Opositora de Venezuela, María Corina Machado, junto al candidato presidencial opositor Edmundo González manifestaron no reconocer el boletín del CNE y antes, por el contrario, solicitaron que se publicaran las actas de votación de todos los puestos electorales habilitados en Venezuela y en el camino de poder evidenciar el triunfo transparente de Edmundo González; también solicitaron una auditoria internacional de dichas actas.
A esa petición pública de la líder democrática, María Corina Machado, y del candidato de la Mesa Unitaria Democrática, Edmundo González, se han unido millones de venezolanos, un buen número de países y la propia Organización de Estados Americanos (OEA).
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Toda esa realidad política democrática no puede ser opacada por las constantes amenazas del presidente Maduro y de su equipo de gobierno. Podemos decir que hasta del momento es muy difícil prever su desenlace, pero las mismas nos recuerdan el dicho popular de que a veces ganando también se pierde. Las protestas democráticas que están sucediendo en Venezuela, antes y después de las elecciones del 28 de julio, nos recuerdan lo sucedido, en 1989, con la caída del muro de Berlín, en la Alemania comunista y del gobierno de Nicolai Ceausescu, en Rumanía, por la presión de la población en las calles.
Ese canto y lucha por la libertad de nuestros hermanos venezolanos nos corresponde en Colombia acompañarlo sin ninguno tipo de sectarismo político o social.
En tal sentido, sería importante que la comunidad venezolana residente en Colombia organizara y convocara una conferencia nacional en favor de la petición de la revisión de cada una de las actas de las elecciones del 28 de julio y, para que al mismo tiempo fuera una expresión de cariño y solidaridad con el pueblo venezolano, con María Corina Machado y con Edmundo González. Para asegurar su éxito sugiero que se evite mezclar esta conferencia con la realidad política y social de Colombia.
De mi parte, como demócrata y exvicepresidente la República me coloco al servicio de la causa por la libertad y la democracia en Venezuela porque, en mi opinión, las manifestaciones y comportamientos autoritarios del presidente Nicolás Maduro y de sus amigos más cercanos, tanto dentro como por fuera del gobierno, le vienen haciendo un gran daño a las ideas de libertad, solidaridad, fraternidad e igualdad propias de todas las personas que deseamos vivir en democracia, de manera pacífica y justa, y respetando siempre el derecho de las personas a pensar y expresarse de manera libre así sus opiniones sean contrarias a las nuestras.
En esa perspectiva me parecen oportunas y positivas las declaraciones del canciller colombiano Luis Gilberto Murillo de solicitar al Presidente del Consejo Nacional Electoral y al gobierno venezolano que acepten la revisión de cada una de las actas de las elecciones del 28 de julio y una auditoría internacional de las mismas.