Mónica Contreras (Presidente de TGI)

Opinión

Gas Natural para una mejor calidad del aire

La posibilidad de implementar el gas natural en sectores como el transporte significa una mejor calidad del aire, menores emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y la seguridad de apostarle al crecimiento económico y la generación de ingresos para la población.

9 de septiembre de 2022

La calidad del aire, además de ser un tema integral para la salud pública, es un objetivo prioritario en la agenda ambiental del país. El Instituto Nacional de Salud (INS) estimó que la mala calidad del aire causa alrededor de 15.000 muertes al año, con costos asociados al 1,5 % del PIB, según cifras divulgadas por el Gobierno en 2021.

Si bien Colombia es un país productor de oxígeno gracias a sus bosques, las ciudades no cuentan con la misma suerte: el smog y el hollín continúan poniendo ciudades como Bogotá y Medellín en alerta ambiental. Uno de los retos más grandes para el futuro es asegurar la salud urbana, conforme mejoramos la movilidad y fortalecemos las economías que toman lugar dentro de ellas. El vehículo para lograr ambas metas es el gas natural como recurso asequible, masificable y flexible en el marco de la transición energética.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) estimó que el 41 % del material contaminante corresponde a ocho regiones en centros urbanos. Más recientemente, en 2021 el laboratorio de investigación de GreenPeace estimó que los parámetros establecidos por la medición de Bogotá exceden en 150 % los rangos permitidos por la OMS.

Ciertamente, se trata de una problemática que no da espera: la movilidad urbana continuará su curso, pero tenemos la oportunidad de orientarla hacia la sostenibilidad con tecnología para beneficiar la salud respiratoria de millones de personas. El objetivo inicial es claro: renovar nuestro parque automotor para hacer más eficiente el transporte. Sabemos que el transporte público y de carga es uno de los mayores emisores, puesto que aún cuenta con vehículos de altos niveles de emisión y de baja innovación para mitigar las afecciones ambientales que genera. Además, las evasiones a los controles de rodamiento o revisión técnico-mecánica contribuyen a que las reglamentaciones actuales vean limitados sus esfuerzos por un aire limpio y de calidad. La implementación del gas es una solución costo-efectiva para el presente, y el futuro de la movilidad.

Tenemos ciudades más grandes, economías reactivadas, aumento del parque automotor, que nos llevan a un incremento en la magnitud del riesgo en salud de millones de colombianos que, ciertamente, es prevenible con la implementación de prácticas adecuadas. Recientemente, se han puesto en marcha acciones de gobierno que han surtido efecto y comienzan a marcar la pauta hacia un transporte sostenible. La nueva flota de buses TransMilenio introducida en 2019, por ejemplo, mejoró la gestión de calidad del aire en 78 % para la ciudad de Bogotá, según un estudio de la Universidad de los Andes.

Muchos de estos nuevos buses funcionan con estándar de emisión Euro VI con tecnología de gas natural: una posibilidad efectiva gracias a la flexibilidad de este combustible para dar cobertura y seguridad a nuestras ciudades.

Lo anterior, no solo pensando en el futuro, sino también para mejorar la calidad de vida en el aquí y el ahora. Una meta ambiental y de salud pública que también tiene implicaciones sociales fundamentales. Aún hay millones de hogares sin acceso al gas natural e infraestructura a la espera de renovarse. Transporte es solo uno de los múltiples campos en los cuales el gas natural es un aliado manifiesto de la salud pública. En la cocina, en la industria y en la construcción hay eficiencias esperando a llevarse a cabo.

La posibilidad de implementar el gas natural en sectores como el transporte significa una mejor calidad del aire, menores emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y la seguridad de apostarle al crecimiento económico y la generación de ingresos para la población. Economía y salud no tienen por qué ser un dilema cuando se tiene un recurso con la capacidad de abastecer sosteniblemente la actividad de nuestras ciudades. Como sector energético y como servicio público esencial tenemos la responsabilidad de aportar, a partir de nuestras operaciones, al proceso de desarrollo y prosperidad de nuestro país.

Desde TGI contamos con la experiencia liderando el proceso de transporte de gas natural con más de 4.000 km de gasoductos. Diariamente, movilizamos una solución energética que contribuye a mejorar la salud de los colombianos. En movilidad de bajas emisiones, solo a 2020 se alcanzaron más de 600.000 conversiones vehiculares en livianos y la operación de más de 4.000 unidades de carga y pasajeros cuyo consumo energético es dedicado exclusivamente a gas natural vehicular – GNV, bajo estándares Euro V y Euro VI.

Marcas como Scania, Faw, Sinotruk, Dong Feng, Kenworth de la Montaña, Fiat, entre otros, hoy tienen un portafolio que cubre las necesidades de transporte de carga y pasajeros para Colombia. Actualmente, seguimos avanzando en incrementar el abastecimiento de gas para lograr sustituir el diésel y la gasolina por GNV.

El crecimiento del segmento se trabaja a través de alianzas con otros agentes de la cadena del gas natural, en donde la suma de esfuerzos incentiva a los transportadores a materializar el ascenso tecnológico de sus equipos, gozando además de los beneficios del gobierno en la implementación de este tipo de tecnología de bajas emisiones como son la exención del IVA (19 %) y la disminución del impuesto de renta al 5 %.

La implementación de esta tecnología continúa contribuyendo a la sostenibilidad del país, impactando de manera positiva y directa la modernización del parque automotor y generando eficiencias en su logística, además de mejorar el aire que todos respiramos.

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