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Gobierno autocrático

Quienes le dieron su voto al actual gobierno deben exigirle que cumpla lo prometido, que se acaben las mentiras.

David René Moreno Moreno
18 de junio de 2024

Es claro que el país está inmerso en una debacle por culpa de políticos corruptos e inescrupulosos que –a través del tiempo– han desangrado las arcas del Estado, han engañado a quienes confiaron en sus promesas de campaña y han desprestigiado esa actividad de representación política. Recientes hechos execrables denunciados ante la opinión pública son el testimonio de la descomposición de varios políticos de carrera y de muchos políticos a la carrera, afines al actual gobierno.

A pesar de las denuncias por la posible compra de conciencias en el poder legislativo para lograr votos favorables a proyectos gubernamentales, las personas señaladas siguen impávidas actuando desde sus cargos y aplicando toda suerte de triquiñuelas para manejar las decisiones al interior del parlamento. Esto es indigno y siembra profundamente el recelo y la duda sobre todo tipo de actuación, especialmente cuando se trata de decisiones desafortunadas que afectan a la mayoría de los colombianos.

Actuaciones disfrazadas con el manto de la legalidad, como la reciente aprobación de la reforma pensional del Gobierno, en que se violó el debido proceso. Integrantes del Pacto Histórico le dieron su aval, así como militantes de otros partidos prodigaron su beneplácito, mostrando, de una parte, que no hay verdaderos partidos políticos dirigidos y orientados por principios éticos, sino más bien personajes guiados por intereses personales a quienes poco les importa el país; y de otra parte, la gente se pregunta cuánto ha podido costar esta decisión y quién ha podido llevar las ‘bolsas negras’.

No se puede ignorar que estamos sufriendo los embates de un gobierno autocrático que maneja el país a su acomodo y según sus intereses; no en beneficio de los ciudadanos, sino favoreciendo a los integrantes de su entorno político y familiar. La ideología del actual régimen continúa con la estatización de los diferentes sistemas para poder controlar los recursos públicos y privados, así como para generar dependencia del Estado de todos los ciudadanos a quienes en el futuro los mantendrá de su lado entregándoles unas cuantas migajas para su subsistencia.

Muchos connacionales no se quieren dar cuenta de que el Gobierno poco a poco está imponiendo a la brava sus desafortunadas reformas, afectando profundamente al pueblo colombiano. La economía está en sus peores momentos, muchos negocios fracasando, el desempleo creciendo sin misericordia, la pobreza multiplicándose por doquier, el valor de nuestra moneda rodando por el abismo y la polarización política creciendo. El impacto fiscal de las reformas aprobadas es inmenso y los jóvenes serán frustrados ciudadanos al no poder lograr una pensión, mientras que el dinero de las arcas públicas lo distribuye el Gobierno entre integrantes de la primera línea para mantenerse en el poder.

Estamos frente a un gobierno autocrático que toma decisiones dignas del castrochavismo puro, como la de utilizar arbitrariamente el Hospital Militar, construido para atender la salud de los héroes de la patria y sus familias, para que preste servicio a quienes han causado dolor y sangre a Colombia, a quienes han colocado las minas antipersona, a quienes han colocado los carros y burros bomba, a quienes han asesinado colombianos y extranjeros, a quienes han secuestrado, a quienes han afectado en su integridad física a soldados, policías y personal civil. Esto es una afrenta al estamento militar y policial, es un ultraje a Colombia. Parece que quieren humillar a los militares y no se escuchan las voces de protesta de los representantes legales de las instituciones castrenses.

La última decisión del capataz de la finca es la de traer niños de Palestina para que sean atendidos en el mismo Hospital Militar. ¿Será que el presidente no sabe que en Chocó, Nariño, Cauca, Arauca o en el Catatumbo, hay niños colombianos que han sido afectados por los grupos delincuenciales con los que está negociando, niños que también requieren atención médica? O ¿posiblemente es el camino para traer delicadamente a miembros de Hamás o para justificar la llegada de cuasiparamédicos a los que quieren hacer pasar como médicos provenientes de Cuba o Venezuela?

El que hayan votado en forma responsable, irresponsable o engañados por la verborrea de la izquierda en favor del actual gobierno durante las pasadas elecciones presidenciales no implica que le hayan otorgado licencia para acabar con el país, para acabar con la salud, para acabar con las pensiones o con el empleo; le dieron su aval para que trabajara por Colombia, para que el país pudiera progresar, salir adelante, desarrollarse, generar bienestar y prosperidad.

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