OPINIÓN

¡Acuerdo YA!

El país que malvive en los extramuros de las regiones está viviendo una situación más difícil de lo que se informa y de lo que se piensa en Bogotá.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
24 de julio de 2018

Hay que insistir hasta que alguno escuche, hasta que todos escuchen y decidan ejercer su condición de líderes para construir unos mínimos comunes.

Se necesita un acuerdo general sobre temas concretos.

El país que malvive en los extramuros de las regiones está viviendo una situación más difícil de lo que se informa y de lo que se piensa en Bogotá.

Ni el discurso del gobierno nuevo, ni el de la vieja oposición de izquierda, ni el de la nueva que se llama de centro, sirven para enfrentar de manera independiente los retos que se plantean hoy como los más urgentes y graves y que podrían agruparse en tres grandes bloques así:

- El poder armado de los narcos y sus bandas, las disidencias que son y no son lo mismo que las Farc, pero tampoco son lo mismo que los narcos.

- La corrupción de la policía y de actores institucionales en las áreas donde los cultivos ilícitos han crecido, el reto de la minería de oro no licenciada actuando libremente debido a esa corrupción, al igual que quienes se vienen apropiando de extensiones de tierra mediante la quema de vastas regiones en la Amazonía y la tala de bosques en zonas de parques nacionales.

- La división de criterios en las FFMM sobre el quehacer, la definición de su nuevo enemigo y la incapacidad de control real sobre el espacio geográfico.

Esos temas tienen el agregado de un ELN que no ha definido el fin de su guerra mientras continúa en la mesa de negociación esperando que el gobierno firme con ellos un acuerdo que garantice la solución de los problemas de inequidad social y económica del país de manera cierta.

Esos retos podrían englobarse en tres grandes conceptos así: uno que puede denominarse regiones e institucionalidad democrática ya que el nombre de paz territorial fue abandonado por el propio gobierno Santos, que se deshizo de la formulación que hiciera Sergio Jaramillo en su momento.

Un segundo tema que tiene que ver con el control físico territorial en el que comunidades locales, movimientos sociales y partidos políticos pueden jugar un papel relevante. Este aspecto es vital para la protección del liderazgo social en las regiones.

Como tercer tema, el control a la corrupción priorizando no tanto el tema de la contratación, como el castigo al ejercicio abusivo de la autoridad por parte de la Fiscalía, Policía, Ejército, alcaldes y gobernadores en las regiones.

La corrupción en la contratación es el resultado de la práctica de gobierno antidemocrático que preservan y preserva las roscas de poder que excluyen a gran número de actores de la sociedad de las decisiones públicas en las regiones.

Se trata de construir un acuerdo de voluntad política con un plan que contemple indicadores de gestión, evaluaciones en tiempo y forma que públicamente se puedan monitorear, un plan con etapas de control político incluidas con compromiso territorial donde las emisoras locales, los canales regionales de televisión jueguen un rol importante.

No se trata de ejercer co-gobierno, se trata de construir acuerdo político sobre esos temas y control político a la implementación de este plan como el que se ejercerá a los demás procesos de gobierno.

Los colombianos a punta de golpes hicimos de la desconfianza un valor para sobrevivir y protegernos. Revertir ello, requiere un acuerdo de mínimos que vaya entregando resultados fiables y reconstruya la confianza, pues en medio de la desconfianza la democracia no florece.

Duque sólo, así sea el presidente, no es suficiente, el momento es de liderazgos múltiples.

Duque no puede repetir los consejos comunitarios de Uribe, el país es otro.

Uribe ganó las elecciones, pero no podrá por más que quiera repetir la historia, es una falsedad que eso pueda hacerse.

Un acuerdo puede lograrse: Duque, Petro, Fajardo, Robledo, Navarro, Claudia, Antanas, Uribe deben darse el tiempo para crear esa posibilidad junto a diversos sectores de la sociedad. No hay tiempo que perder. Sólo como información, constaten y podrán confirmar que hay vastas zonas del campo colombiano sometidas hoy a la incertidumbre por las extorsiones y por la presencia de grupos de actores armados no estatales.

Está claro que lo importante es reducir la amenaza, pero quienes estamos trabajando en terreno observamos cómo en regiones del Putumayo, en el Cauca, en el Guaviare, en Nariño, en Norte de Santander, en Arauca, en Caquetá, en el bajo Cauca Antioqueño y zonas del Sur de Córdoba, hay fenómenos y movimientos que aprovechan la debilidad del régimen político para consolidar su fuerza y lo van logrando.

Esos fenómenos crecen mientras el debate bogotano continúa centrado en la protesta “cula” de Antanas, en la llegada de las Farc sin Iván Márquez y Santrich al Congreso, entre otros énfasis noticiosos que han corrido por estos días.

Produce desolación ver que mientras se discute la polarización política, no se defina un plan de país para enfrentar de manera efectiva el desorden institucional que está profundizándose en parte de los territorios.

¿Podrá lograr el liderazgo actual del país un acuerdo sobre estas líneas fundamentales de acción?

No basta con decir que los carteles mexicanos son la nueva amenaza o prometer que el que la haga la paga. No basta sólo con eso. Lo que esta en riesgo es el control territorial en democracia y ello es un asunto de todos. Habrá que repetir hasta el cansancio ¡Acuerdo Ya!

Posdatas:

  1. Juan Manuel Santos, nuestro presidente, debe cumplir su compromiso de firmar la Convención de Prohibición de Armas Nucleares antes de cerrar su gobierno.

Así se comprometió ante los representantes en Colombia de la Campaña Internacional de prohibición de las Armas Nucleares -ICAN-, organización que obtuvo el premio Nobel de Paz 2017.

  1. Produce tristeza y enojo, recordar los muertos y los esfuerzos de tantos en la lucha contra el somocismo en Nicaragua. Su memoria es humillada por los actos de un liderazgo decrépito y asesino de su propio pueblo. La ausencia de alternancia en el liderazgo han mostrado ser el camino más claro para reafirmar espíritus dictatoriales que violentan la esperanza de los pueblos por un mejor destino. Ortega debió irse hace años.
  2. Los asesinatos de líderes se frenarán cuando logremos un acuerdo político de todas las fuerzas políticas, económicas y sociales sobre mínimos fundamentales. Ni las declaraciones, ni las marchas paran las balas. Habrá que repetir a la dirigencia del país: ¡Acuerdo Ya!

@alvarojimenezmi

ajimillan@gmail.com

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