OPINIÓN

Importancia de mantener las prohibiciones a los plásticos de un solo uso

La industria plástica, en Colombia y en el mundo, lleva 50 años argumentando que los plásticos de un solo uso son la mejor opción en términos de salud pública. Pero, ¿son la alternativa más segura para evitar el contagio de covid-19? No hay evidencia científica que lo demuestre.

Angélica Raigoso Rubio
21 de julio de 2020

Recientemente, las industrias productoras de plástico en el mundo han solicitado que se retiren las prohibiciones y regulaciones que múltiples países han impuesto a los plásticos de un solo uso. La Asociación de la Industria del Plástico de Estados Unidos envió una comunicación al Departamento de Salud y Servicios Humanos, solicitando ignorar las iniciativas existentes para prohibir los plásticos de un solo uso en este país. Los Convertidores Europeos de Plástico solicitaron que la Comisión Europea retirara las prohibiciones. Italia, Turquía y Alemania están levantando sus prohibiciones debido a requerimientos de la industria plástica. La razón: argumentan que los plásticos de un solo uso son  la “opción más segura” en tiempos de la covid-19. 

Es de conocimiento común que el plástico es un problema. Es prácticamente imposible de reciclar (en Colombia, el 93 % de los plásticos de un solo uso no se reciclan), no es biodegradable, ha ingresado a nuestra cadena alimenticia y tiene impactos negativos en el cambio climático. La industria plástica, en Colombia y en el mundo, lleva 50 años argumentando que son la mejor opción en términos de salud pública. Pero, ¿son la opción más segura para evitar el contagio de covid-19? No hay evidencia científica que lo demuestre.

Por el contrario, la evidencia que hay hasta el momento, según investigaciones científicas publicadas en el Journal of Hospital Infection y en The New England Journal of Medicine, muestra que la covid-19 persiste más tiempo en el plástico que en otras superficies. Tampoco hay evidencia científica contundente que muestre que la covid-19 se transmite a través de las superficies. No podemos caer en los argumentos de la industria; sigue siendo necesario mantener e implementar prohibiciones y regulaciones a los plásticos de un solo uso. 

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Nuestro consumo del plástico de un solo uso está en aumento. En Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social estableció que los alimentos que se entreguen a domicilio deben ir empacados en doble bolsa. Incluso los alimentos que vienen en empaques y bolsas biodegradables en ambientes naturales (de cartón o aluminio) se entregan dentro de una bolsa plástica. Múltiples establecimientos comerciales han incrementado su uso de icopor (imposible de reciclar cuando está sucio), film, bolsas, vasos y cubiertos desechables. La consecuencia: aún sin evidencia científica de soporte, estamos aumentando un problema gravísimo que no hemos podido solucionar. Estamos poniendo en el ambiente cantidades espeluznantes de plástico que no se reciclan ni tienen una disposición final adecuada y que, eventualmente, terminarán contaminando nuestros océanos. 

Los elementos de protección personal, que son fundamentales para detener el avance de la pandemia, también están aumentando la cantidad de desechos y contaminación que producimos. Ojo, estos son indispensables y no podemos dejar de usarlos por ahora. Lo que sí podemos hacer es reducir nuestro consumo de plásticos de un solo uso que no son indispensables, como el icopor, las dobles bolsas, los cubiertos y vajillas desechables, etc.; y para esto, mantener las iniciativas que establecen prohibiciones es fundamental. Actualmente, en Colombia tenemos más de diez normativas o proyectos de ley que buscan prohibir o reemplazar los plásticos de un solo uso en el nivel local y nacional. Es importante no dejar que la tendencia mundial nos alcance.

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Esta pandemia ha puesto al mundo entero en una posición en la que es necesario repensar las formas de vida que llevamos. Cuando la tormenta pase, nuestra única opción será emprender un camino contundente hacia un mundo más sostenible. Esto, sin duda, debe incluir un cambio de enfoque en la forma en la que hemos gestionado el problema de contaminación. Seguir consumiendo plásticos de un solo uso, confiados en que el reciclaje es la solución, ha probado ser un abordaje ineficiente. Nuestro único camino es rechazar y decir chao plástico desechable.