Opinión
Integración entre la Comunidad Andina y Venezuela
Estamos en el mejor momento de hacer una gran integración entre los países que fueron miembros del Pacto Andino para aplicar las buenas prácticas que hoy se utilizan en la Comunidad Económica Europea.
Desde el 1 de enero de 2022, mediante Decisión 854-2020 y de la Resolución 2232-2021 de la Comunidad Andina de Naciones, se acordó que el servicio de roaming internacional en los países que la componen estará basado en una integración y un esquema tarifario para la prestación de un servicio unificado para garantizar un tratamiento armónico en la subregión.
Desde la vigencia de estas medidas, los resultados han sido extraordinarios, no solo en temas comerciales, sino que han sido aprovechados, en mayor medida, por ejecutivos y turistas que viajan permanentemente por estos países, en los que desarrollan sus actividades profesionales y turísticas, lo que significa un aumento en el desarrollo económico y la capacidad instalada para su potenciamiento.
Es importante anotar que esta posibilidad se dio por la aplicación del artículo 104 del Acuerdo de Cartagena, en el que se establece en alguno de sus apartes que los países miembros podrán desarrollar acciones conjuntas para la integración económica de la región que se ejercerían prioritariamente en los campos de la energía, el transporte y las telecomunicaciones.
Basados en las facilidades que podría brindar el articulado de los Convenios entre países de la CAN, el gobierno actual puede tener una gran oportunidad para crear, en principio para los vehículos de carga y de transportes de pasajeros, la placa o matrícula de la Comunidad Andina que permita la libre circulación de los vehículos, es decir, sin ningún tipo de restricción, para fomentar el desarrollo económico.
Actualmente, el proceso de ingreso de un vehículo a otro país es muy limitado y engorroso, algo carente de sentido en tanto en las Decisiones 398 y 399 de 1997 establecen los lineamientos para facilitar la movilidad de pasajeros, carga y mercancía entre los países miembros de la CAN.
En el año 2006, Venezuela sorprendió a la comunidad internacional al comunicar su decisión de dejar de ser miembro de la Comunidad Andina de Naciones, hecho que tuvo unas repercusiones muy perjudiciales para el crecimiento económico de la región.
Es por este motivo, y basados en los buenos resultados que la CAN ha traído para Latinoamérica, que se debe invitar nuevamente a Venezuela para adherirse a la idea de un continente más integrado en muchas materias, que, para este caso, podría ser el tema de las fronteras abiertas y la posibilidad de una circulación más libre y menos restrictivas de los ciudadanos de cada país.
Debido a decisiones de sus gobernantes, Venezuela ha quedado aislada de la región, y con socios comerciales limitados a los mercados asiáticos, el país bolivariano ha visto cómo el suministro de comida y artículos de primera necesidad han subido considerablemente de precios y cada día es más compleja e ineficiente su importación.
Si se diera la apertura total de la frontera, en la práctica quiero mencionar, y se promoviera la libre circulación de vehículos de carga y pasajeros, se podría solucionar en gran parte esta situación, y todos los países miembros de la CAN se podrían beneficiar directamente de la venta, por ejemplo, de abonos y fertilizantes que, antes de su salida de la Comunidad, las transacciones ascendían a más de nueve mil millones de dólares anuales.
Un ejemplo claro es lo que ocurre hoy con la Comunidad Económica Europea en donde, tras el Acuerdo de Roma, se creó un mercado común de transporte con libre prestación del servicio y aperturas de mercados que han conseguido una competencia equitativa entre los países miembros de la Comunidad Europea. Estas medidas han tenido consecuencias magníficas para el desarrollo de las comunidades, no solo fronterizas, sino en las grandes capitales del Viejo Continente.
Hoy se tienen números de beneficiarios en constante aumento; los volúmenes de transporte de carga y pasajeros han logrado una verdadera integración, un crecimiento exponencial en las cifras de desarrollo y una liberación de los mercados de transporte que han permitido la creación de unos sistemas de producción y almacenamiento adecuados para cada uno de los países.
Desde 1958 los países centroamericanos tienen libertad de circulación de vehículos de carga y pasajeros, y desde 1990 se establecieron unos parámetros generales que les ha permitido facilitar el desarrollo del mercado de trasporte de mercancías entre todos ellos y que, fundamentalmente, están enmarcados dentro de los siguientes lineamientos: aplicación normas comunes para el tratamiento aduanero de bienes y vehículos, aplicación de medidas administrativas simplificadas y de costos reducidos en los puestos fronterizos, modernización de equipos de comunicación en los puestos fronterizos y suspensión de visa comerciales y de turismo para nacionales de Panamá y Centroamérica (algo que ya aplica en la CAN pero habría que sumar a Venezuela).
Estamos, pues, en el mejor momento de hacer una gran integración entre los países que fueron miembros del Pacto Andino para aplicar las buenas prácticas que hoy se utilizan en la Comunidad Económica Europea y en los países centroamericanos, que han permitido un crecimiento importante en sus relaciones comerciales y en la libre circulación del transporte de mercancías y pasajeros.
Si entre nosotros, en principio hablo de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, estableciéramos una placa única para los vehículos de carga y de pasajeros, de una forma armónica y sencilla, estaríamos garantizando no solo el crecimiento de las importaciones y exportaciones, sino también el desarrollo en el transporte especializado de la región, por ejemplo, en el tema del control de emisiones.
En un futuro podríamos vincular al resto de países de Sudamérica a la iniciativa y ese sueño de integración económica se podría cumplir.
El presidente Petro y sus ministros de Transporte y Comercio, Industria y Turismo son los llamados a invitar al Gobierno de Venezuela y a los países miembros de la Comunidad Andina a que este sueño sea realidad; a corto plazo para el transporte de mercancía y pasajeros, y a mediano plazo para todo tipo de vehículos.
La apertura con Venezuela, y las buenas relaciones de Petro y Maduro, pueden permitir, de una buena vez, quitar el escollo que no permitía que este sueño de integración se diera, y que permitiría, sin lugar a duda, un crecimiento sin precedentes en las economías de los países miembros de la CAN y Venezuela.