OPINIÓN
Una prueba más
Nadie mejor que Néstor Humberto Martínez que fue superintendente bancario y asesor estrella de Luis Carlos Sarmiento, para entender que es imposible que Melo hubiera actuado solo.
En el juicio contra José Elías Melo salió a la luz otra prueba que demostraría cómo Corficolombiana sí estaba al tanto del soborno que se le pagó al exviceministro García por 6,5 millones de dólares en 2010, pero que ha sido menospreciado hasta ahora por la Fiscalía de Martínez Neira.
Se trata de un concepto jurídico pedido por el exviceministro de Transporte Gabriel García Morales al entonces presidente de Odebrecht en Colombia, Bueno Junior, que le habría sido entregado de manera extraoficial y furtiva por un asesor de Corficolombiana.
García Morales le habría pedido ese concepto a Bueno el 14 de diciembre del 2009 en un reunión clandestina, una de las tantas que tuvieron para acordar el pago de la coima y para fijar las condiciones en las que García se comprometió a “no permitir ningún tipo de flexibilización de la mesa evaluadora a la hora de evaluar las ofertas”.
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Nervioso porque en el Inco se había iniciado la audiencia de adjudicación y ya tenía tomada la decisión de excluir a OHL, el único competidor que le quedaba al consorcio liderado por Odebrecht y el Grupo Aval, García le exigió a Bueno un concepto de un abogado reconocido para que avalara la decisión que había tomado. Él mismo escogió el nombre de Hugo Palacios Mejía quien según García prestaba sus servicios a Corficolombiana.
A las tres de la tarde del otro día 15 de diciembre, a tan solo unas horas de que se reiniciara la audiencia de adjudicación en la que se iba a declarar como ganador al consorcio presidido por Odebrecht y el Grupo Aval, Pedro Valencia un asesor de Corficolombiana le entregó al viceministro un sobre con el concepto que él ocultó porque nunca lo radicó ni registró sobre la mesa.
Nadie mejor que Néstor Humberto Martínez que fue superintendente bancario y asesor estrella de Luis Carlos Sarmiento, para entender que es imposible que Melo hubiera actuado solo.
García hizo esta revelación en su aceptación de cargos como prueba de su colaboración con la justicia en febrero de 2017 y con el propósito de demostrar que “efectivamente tal y como lo asegura el señor Bueno y como yo pude corroborar, las conversaciones que de manera extraoficial sosteníamos, eran del conocimiento de los socios del consorcio”.
En otras palabras, García dejó claro que al recibir el concepto jurídico por parte de Corficolombiana constató que ellos estaban al tanto de que Bueno y él estaban cuadrando el soborno y que eso lo dejó tranquilo. La SIC consideró en su fallo que este concepto es una prueba más de que Corficolombiana sí sabía de la coima y además establece que el propio José Elías Melo fue quien lo tramitó. Sin embargo para la Fiscalía de Martínez Neira este hecho ha sido irrelevante.
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El lunes de la semana pasada Bueno junior volvió a hablar de ese concepto en su testimonio dentro del juicio contra José Elías Melo y reveló un dato nuevo. Dijo que el concepto había sido pagado por Corficolombiana.
Soprendentemente no hubo ninguna contrapregunta ni del fiscal, ni del procurador delegado ni del juez y el tema se quedó sin desarrollar.
¿Por qué no le llamaron la atención a la Fiscalía las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se hizo ese pago? ¿Acaso no les produjo curiosidad saber quién en Corficolombiana lo pudo haber ordenado y autorizado? ¿No les llamaría la atención saber cuál era el propósito del concepto pedido en una reunión clandestina, la víspera de la adjudicación de la obra, que además no debía ser radicado formalmente en el Inco?
¿No ameritaría preguntarse por qué Corficolombiana siendo parte interesada en el resultado de la licitación le pidió a un abogado respetable un concepto que reafirmaba la decisión de excluir al único competidor y que fue entregado por debajo de la mesa?
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No hay duda de que Melo está metido hasta el cogote, pero también es cierto que sería imposible que fuera el único involucrado. En el mundo corporativo ningún funcionario cuenta con el nivel de autonomía para actuar por cuenta propia como parecería ser la tesis de la Fiscalía, sin someterse a los controles y cadenas de autorización típicos de una entidad de la importancia de Corficolombiana. Nadie mejor que Néstor Humberto Martínez que fue superintendente bancario y asesor estrella de Luis Carlos Sarmiento, para entender que es imposible que Melo hubiera actuado solo.
Corficolombiana y su controlante el Grupo Aval han dicho que solo conocieron los sobornos por las revelaciones hechas por los exdirectores de Odebrecht en diciembre de 2016. Sin embargo, existen pruebas e indicios suficientes para adelantar una investigación sobre el conocimiento previo que podría haber tenido Corficolombiana en el pago de sobornos para adjudicar la Ruta del Sol II.
El problema es que el señor fiscal no tiene interés en desatar esa madeja.