OPINIÓN
Correa: por ahora tres mandatos…
Cuando la campaña electoral de nuestro vecino Ecuador está en su punto culminante, no obstante, los problemas que ha afrontado la sombra de Correa será definitiva en las próximas elecciones ecuatorianas
El Ecuador se caracterizaba hace algunos años por su inestabilidad política permanente. Existía una sucesión ininterrumpida de golpes militares y de confrontaciones entre los congresos de turno y el presidente que detentaba el poder. Cada protagonista daba una justificación diferente para derrocar al mandatario en ejercicio. Incluso el país alcanzó a tener en cuatro años, ocho presidentes.
En medio de este caos surgió Rafael Correa, hombre de origen modesto y sin ancestros presidenciales, que después de graduarse de economista, se especializó en Bélgica y en los Estados Unidos. Fue ministro de economía y artífice de la dolarización, que salvó al Ecuador de lo que parecía ser la irreversible ruina.
Durante sus mandatos, aprovechó la “bonanza” petrolera y renovó al Ecuador. Muchos de sus opositores tuvieron que aceptar de mala gana la transformación del país. Igualmente, en un hecho sin precedentes, destituyó a todo el alto mando militar a raíz de un pronunciamiento público realizado por los militares alrededor de una disputa sobre las propiedades de la Caja de Seguro Social de las Fuerzas Armadas. Una medida semejante hubiera sido impensable años atrás.
Correa sin ocultar su admiración por Fidel Castro y su amistad con Chávez evitó plegarse abiertamente al socialismo del siglo XXI, no quiso ser parte del fallido proyecto del ALBA promovido por Cuba y Venezuela y, no utilizó el lenguaje insultante antinorteamericano de Evo Morales en Bolivia.
No obstante retiró la base norteamericana de Manta, que motivó la negociación entre los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos de un controvertido acuerdo sobre la utilización de bases colombianas por aeronaves militares de los Estados Unidos.
Correa incurrió en el error de los que se enamoran del poder: trató de perpetuarse en él, patrocinando una reforma constitucional para permitir la reelección indefinida que, no obstante, posteriormente fue descalificada por un referendo.
Lo que no implica que no pueda ser elegido nuevamente después del próximo período, para el que la fórmula constituida por dos de sus más cercanos colaboradores, amparados por la favorabilidad del mandatario de cerca del 60%, cuentan con la mayor intención de voto en las próximas elecciones del 19 de febrero.
Uno de los capítulos más complejos de las relaciones colombo-ecuatorianas durante el mandato de Correa fue el ataque de un destacamento de las fuerzas armadas colombianas a un campamento de las FARC, en la margen ecuatoriana del río Putumayo, frontera común entre los dos países. El rompimiento de relaciones diplomáticas, sendas demandas ante la Corte Internacional de Justicia y ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como el rechazo de muchos Estados, fueron las consecuencias de la acción, que contó sin embargo con apoyo mayoritario en Colombia.
La presencia de las FARC en territorio ecuatoriano se derivó de la proliferación de los cultivos de coca en el sector colombiano de la frontera, pero también del abandono en que se encontraba la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, que no obstante ser la gran productora de petróleo, base de la economía del país, carecía de todos los servicios incluyendo los de salud, acueducto y alcantarillado. Estaba además contaminada por la corrupción y adolecía de la ausencia casi absoluta de autoridad: definitivamente la bonanza petrolera no llegó a Sucumbíos.
Ahora estamos pendientes del inicio de la segunda parte de las negociaciones con el ELN. Aunque no siempre es aconsejable adelantar un proceso de este tipo en un país vecino, que con frecuencia está de alguna manera implicado en el conflicto, es de esperarse que la dilatada fase inicial haya servido para superar esas dificultades.
(*) Profesor de la facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.