OPINIÓN

¿La fusión entre Enel y GEB, un atajo para evitar al Concejo de Bogotá?

El 28 de junio se llevó a cabo la Asamblea Extraordinaria de accionistas del GEB para aprobar el nuevo Acuerdo Marco de Inversionistas (AMI) entre Enel y GEB que tiene como resultado crear por medio de una fusión una nueva empresa: Enel Colombia, es decir ¿un cambio de estrategia para evitar el procedimiento por el Concejo de Bogotá? Sin embargo, la fusión de las empresas sí presenta cambios en la participación accionaria, por lo tanto, se debe contar con la autorización del Concejo de Bogotá, de conformidad con el Decreto Ley 1421 de 1993 (Estatuto Orgánico de Bogotá).

29 de junio de 2021

Antes de la fusión, las acciones de GEB en Emgesa con derecho a voto eran el 43,5 % y el 7,95 % sin derecho a voto (estas últimas son tenidas en cuenta para distribución de dividendos) para un total de 51,32 % y en el caso de Codensa el 42,8 % de las acciones son con derecho a voto y 8,5 % sin derecho a voto, esto suma el 51,51 %. Ahora GEB tras la fusión va a tener el 42,5 % de las acciones, supuestamente esta reducción de participación accionaria se justifica porque es aproximadamente el mismo porcentaje de las acciones con derecho a voto, pero entonces ¿por qué se perdió el porcentaje de acciones sin derecho a voto si estas son tenidas en cuenta en la distribución de dividendos?

Llama la atención que pasen por la faja a los concejales de esta ciudad, que no le pase al doctor Ortega cuando estuvo de secretario de Hacienda en la administración del exalcalde Samuel Moreno que no vio nada y no tuvo responsabilidad en ninguno de los acontecimientos irregulares de esta administración.

Alcaldesa deje su silencio que GEB es una empresa emisora de valores y el accionista mayoritario es la Alcaldía de Bogotá con el 68,5 % y nada puede decidirse en la empresa sin su visto bueno. Así que usted que se ufana de cumplir las reglas, cumpla con el Estatuto Orgánico de Bogotá y no tome atajos. La invito a seguir el ejemplo de los exalcaldes Antanas Mockus y Enrique Peñalosa de respetar al Concejo de Bogotá, consultando de manera oportuna y clara sus proyectos.

Explicando con verdad y suficiente sustentación técnica, financiera y social esta fusión de empresas. Contará seguramente con el apoyo de todos porque la única finalidad es proteger el patrimonio público para el bienestar de los ciudadanos y accionistas. Se supone que con este nuevo acuerdo los socios italianos Enel no tienen espacio ni argumentos para incumplir como lo hicieron desde el 2016. Si no hay garantías para cumplir con dicho acuerdo los problemas se pueden agudizar dejando a la empresa y a la ciudad en dilemas difíciles de superar y afectando a usuarios de Codensa y Emgesa y especialmente a las firmas financieras y funcionarios que valoraron negocios y firmaron el acuerdo.

Antes de conocer esta fusión se conocía que se planteaba realizar ajustes en la participación accionaria por medio de una enajenación, decisión que debía pasar por el Concejo de Bogotá como lo establece la Ley 226 de 1995 que establece que los procesos de enajenación deben ser autorizados por el Concejo de Bogotá como se hizo en la administración de Enrique Peñalosa que bajo el Acuerdo 656 de 2016 se autorizó los procesos de enajenación de la participación accionaria del 0,11 % con el Banco Popular, 1,67 % de ISAGEN, 0.00004 % de Nutresa y 15,64 % de Promigas.

Adicionalmente, el Acuerdo Distrital 001 de 1996 por medio del cual Grupo de Energía de Bogotá (antes Empresa de Energía de Bogotá S.A. E.S.P.) se transformó de empresa industrial y comercial del Estado del orden distrital a una sociedad por acciones establece que en el artículo 2º “La sociedad transformada podrá tener la participación de capital privado, máximo en un 49 % de las acciones, el cual podrá ser suscrito y pagado en el momento de su transformación o con posterioridad, caso en el cual tendrá el carácter de Sociedad de Economía Mixta”.

Por lo tanto, está establecido el límite máximo, actualmente Enel Américas tiene participación del 48,3 % en Codensa y en el caso de Emgesa tiene 48,5 % porcentajes que están cerca al límite que establece dicho acuerdo ¿Por qué optaron por la fusión y no por un proceso de enajenación? Si al fin y al cabo hubo modificación en la participación accionaria que la quieran maquillar con argumentos de rentabilidad, es un asunto diferente.

A pesar de este cambio de planes, el Nuevo Acuerdo Marco de Inversionistas según el documento de GEB “Redefinición de las inversiones del GEB en Emgesa y Codensa” y los pronunciamientos de Juan Ricardo Ortega subsanan los puntos que llevaron que se generará el conflicto entre ambas empresas en 2016:

  • Reglas claras para mayor pago de dividendos a futuro (asociado a nivel de apalancamiento) con niveles iniciales esperados de 90 % y se distribuyen los dividendos y las utilidades acumuladas 2016-2020 en Emgesa y Codensa.
  • Se fortalece la relación con el socio estratégico, el cual tiene alta escala y capacidad técnica en el mercado de energías renovables no convencionales.
  • Se facilita la concreción del desarrollo conjunto de proyectos estratégicos para la ciudad (alumbrado inteligente, movilidad sostenible, entre otros).

Tras conocer la creación de la nueva empresa Enel Colombia quedan dudas que serán respondidas a través de la gestión y rendimientos financieros de GEB para evaluar si este fue el mejor acuerdo posible en el cual GEB queda con 42,5 % de la participación con derecho a voto y Enel tendrá 57,3 % de las acciones de Enel Colombia, adicionalmente se estima que cada año GEB recibirá adicionalmente $185.000 millones por la nueva política de distribución de dividendos. Asimismo, se debe supervisar participación justa para GEB en los mercados de ENRC y las inversiones deben asegurar calidad de servicio y que Bogotá pueda contar con infraestructura para avanzar en aspectos de ciudad inteligente.

Sin embargo, la entrega de dividendos retenidos entre 2016 y 2019 será por plazos sabiendo que fue una decisión unilateral de Enel no distribuirlos y aun así se les permite que paguen con sus condiciones, pues el vicepresidente financiero de GEB Jorge Andrés Tabares informó que los dividendos no distribuidos por Enel entre 2016 y 2019 son $965.000 millones y que el 50 % será pagado en diciembre de 2021, y para finales del primer semestre de 2022 el otro 50 %. Adicionalmente, preocupa que por medio de una proposición pregunte al GEB el monto exacto que debía Enel a GEB por concepto de dividendos y afirmaron que la cifra se acercaba a $1.843 billones de pesos ¿qué negociación hubo sobre este tema que ahora el vicepresidente financiero afirma que se pagarán $965.000 millones?

Con tantas dudas, no cree el presidente de GEB que es apremiante su aclaración ante el Concejo de Bogotá.

Los dividendos que genera la actividad de Emgesa y Codensa no son recursos superfluos porque en el proyecto de acuerdo de rescate social y económico que radicó la administración distrital se explica que, para el presupuesto de 2021, se incluyeron $953.764 millones de los dividendos que GEB recibió por las utilidades del ejercicio de 2020.

Los $953.764 millones son un valor menor a lo que efectivamente va a recibir el distrito porque como se informa en el proyecto de acuerdo la asamblea general de GEB, en marzo de 2021, aprobó la distribución de $1,63 billones, en este sentido le corresponden al distrito $1.070.000 millones por concepto de dividendos, es decir, que se van a recibir $119.236 millones más de los presupuestado, y ¿aun así se pretendía buscar un nuevo acuerdo con Enel y hacer borrón y cuenta nueva sabiendo que los 1.8 billones de pesos son más que necesarios para proyectos y programas de inversión social?

La alcaldesa Claudia López y el presidente del GEB, Juan Ricardo Ortega deben explicarles a los ciudadanos, accionistas minoritarios, accionistas como los fondos de pensiones, accionistas de todo tipo, por ejemplo, los municipios de Cundinamarca accionistas de Condesa, a los grupos de interés de la ciudad y del país ¿Qué pasó con las pretensiones del GEB en el Tribunal de Arbitramiento? ¿La marca Codensa y Emgesa la desaparecen y nos pagan $4.000 millones? ¿Y qué pasó con los proyectos de energías renovables no convencionales que está desarrollando Enel Green Power sin permiso? ¿Ahora sí nos devuelven los dividendos de los últimos cinco años?

Los árbitros de ese Tribunal de la Cámara de Comercio de Bogotá tienen gran responsabilidad y deberán estudiar estos acuerdos con lupa y con base en las autorizaciones de las Superintendencias: Financiera, Servicios Públicos Domiciliarios, Industria y Comercio e indudablemente el visto bueno de la Procuraduría General de la Nacional como vigilante del patrimonio público, de la Contraloría Distrital y Contraloría General de la Nación.

El tiempo y los resultados mostrarán si este cambio de planes y el nuevo acuerdo entre Enel y GEB protege el patrimonio público de los bogotanos. Hay escepticismo en esta fusión por las tensiones que ha generado Enel en Latinoamérica, por ejemplo en Chile, la empresa Endesa Chile acordó comprarle energía a Enel Green Power (EGP) posterior a esto, para 2016 los inversionistas de Endesa propusieron que esta compañía pudiera adquirir el control de EGP para desarrollar negocios en el mercado de energías no convencionales (ENRC) ante lo cual el Grupo Enel se opuso.

Además, hay coincidencias con lo ocurrido en Chile pues la reorganización en este país también se dio por medio de la fusión de Enel generación Chile con Enel Green Power, lo que se conoció como el proyecto Elqui, es decir que la estrategia de trabajar en conjunto es que sus empresas lideren o que sean ellos quienes tengan mayoría en participación accionaria, como lo muestra la creación de la nueva empresa Enel Colombia.

En Panamá, Costa Rica y Guatemala Enel ha estado en tribunales de arbitramiento, es un socio que no teme a las disputas legales con tal de garantizar la rentabilidad de sus negocios.

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