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Jorge Eduardo Barón Columna Semana

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La guerra contra el cambio climático

La política pública debe enfocarse en la protección del medioambiente, la reducción de gases de efecto invernadero y la regulación de contratos con algunas multinacionales que abusan de los ecosistemas, pero también debe darse con una transición paulatina que evite cambios bruscos en las instituciones.

Jorge Barón
28 de febrero de 2024

Hace más de un mes, Colombia sufrió uno de los eventos más trágicos de su historia reciente en materia ambiental: la destrucción de los bosques y páramos pusieron en jaque a las administraciones municipales y al mismo Gobierno nacional.

No obstante, el nexo causal de estos eventos catastróficos no solo se encuentra en el vandalismo realizado por varios personajes faltos de empatía y humanidad, sino por una crisis que afecta al mundo entero. Me refiero al cambio climático.

Este hecho alarmante, que afecta la existencia misma de la humanidad, es un problema que nos compete a todos nosotros. Por eso, esta columna sirve como una reflexión del valor de la naturaleza y cómo, desde la política pública y la comunidad, podemos aportar un granito de arena en contra de esta amenaza.

La filósofa Caroylin Merchant describió en su libro La muerte de la naturaleza a las sociedades humanas previas a la revolución científica, que veían la naturaleza como una madre cuidadora, pero también como una fuerza indomable que tenía el poder de arrebatarles todo, por lo cual merecía respeto.

Sin embargo, con la llegada del siglo XVII, emergió un nuevo pensamiento en el que, mediante la ciencia y tecnología, le dieron una nueva función teleológica a la naturaleza: convertirla en un proveedor del ser humano, para que este pudiera “progresar”. De esta forma, la humanidad adquirió una cosmovisión dualista, considerando la naturaleza como un ente carente de alma, al servicio de la explotación económica. Esta concepción instrumental ha sido la causante de los muchos problemas que vive el mundo actualmente.

Ciertamente, el cambio climático ha sido el nexo causal que ha perjudicado a 277 millones de personas entre el año de 1998 y 2020, generando afectaciones en la naturaleza que, a su vez, le han traído a la humanidad nuevas enfermedades. Asimismo, el aumento de la temperatura de 1.1 grados Celsius entre el año 2011 y el 2020 desencadenó desastres naturales como inundaciones, daños a cultivos e incendios forestales que aniquilan la fauna y la flora nativas.

Justamente, los expertos descubrieron que, en los últimos años, se han registrado las temperaturas más altas de la historia de la humanidad, encontrando así una causal determinante al sinfín de desastres naturales que hemos vivido en los últimos años.

A pesar de que muchas de las grandes potencias del mundo hayan firmado convenios internacionales enfocados en la protección del medioambiente, como es el caso del Acuerdo de París, existen Estados que han incumplido dicho pacto internacional, como es el caso de China. En julio de 2023, el gigante asiático tomó la decisión de alejarse de dicho pacto, debido a su falta de compromiso para alcanzar el objetivo de emisiones cero. Por ello, decidió elaborar su propio acuerdo ambiental.

Ahora bien, la protección del medioambiente también es responsabilidad de las empresas, puesto que, según indica el biólogo Sergio Federovisky, “solo 100 multinacionales son responsables del más del 50 % de las emisiones de C02 en el mundo”. Por lo anterior, la política pública tiene que estar enfocada en regular las actividades comerciales de estas corporaciones y evitar que su comportamiento sobrepase la autoridad de los Estados nacionales.

Ahora bien, centrándonos en Colombia y Latinoamérica, es muy importante que nuestros dirigentes enfoquen su política pública en la protección del medioambiente y la reducción de gases de efecto invernadero, al igual que la regulación de los contratos con algunas multinacionales que abusan de los ecosistemas del continente. Asimismo, es deber del Estado promover e invertir en emprendimientos amigables con el ambiente para la generación de empleo y el cuidado de los ecosistemas.

Pese a ello, estas políticas deben darse con una transición paulatina, para evitar cambios bruscos en las instituciones y terminar en un proyecto fallido, como menciona la politóloga Katherine Bersh.

Ahora bien, una de las políticas más efectivas resulta ser la destinación de recursos para la producción de fuentes de energía alternativa. Esta transición se puede hacer mediante la inversión en sectores que están desarrollando envolturas biodegradables, proyectos eólicos y el uso del famoso hidrógeno verde o renovable, el cual se realiza mediante un proceso de electrólisis con la ayuda de energía solar. Esta última apuesta en la energía renovable tiene la capacidad de reducir los gases de efecto invernadero, la diversificación de la matriz económica y la creación de nuevos empleos.

En segundo lugar, es importante cambiar la noción de “progreso” que domina la mente del ser humano, impartiendo una política educativa que busque el equilibrio entre la protección del medioambiente y la producción de bienes y servicios. Dicho programa tiene que realizarse desde la primera infancia, para que los más pequeños, mediante acciones como el reciclaje o el ahorro del agua, sean conscientes de la importancia del medioambiente. Por otra parte, es trascendental que, como ciudadanía, apoyemos a los pequeños emprendedores con negocios que busquen reducir la huella de carbono y el uso de plásticos en la vida diaria de las personas.

De esta forma, aparte de las posibles respuestas en materia de política pública en contra del cambio climático, nosotros, como comunidad, tenemos el deber moral y ciudadano de cuidar nuestro planeta y cambiar esa cosmovisión equivocada que concibe los ecosistemas como una fuente de extracción, y llevar nuestro pensamiento a respetar y cuidar a esa Madre Tierra que queremos que nos acompañe mucho más tiempo.

Referencias:

Duque I. (2023). “Nuestro futuro: Manifiesto Verde para América Latina y el Caribe”. Editorial planeta Colombiana, Bogotá, Colombia

Merchant, C. (1989). “The Death of Nature. Women, Ecology, and the Scientific”

Harper & Row, “Revolution”. San Francisco, EE. UU.

Bersh K. (2019). “Cuando las democracias cumplen”. Editorial Cambridge University Press, Reino Unido

Ted Talks (2015) " Atreverse a incidir sobre las políticas ambientales | Federico Kopta |recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=j10YQwTGYQw

Ted talks (2018) “Para cuidar el ambiente, la conciencia no alcanza | Sergio Federovisky https://www.youtube.com/watch?v=CLq6tykbIrk

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