Opinión
La narcodictadura Maduro tiene que caer
La comunidad internacional debe rechazar con contundencia este nuevo golpe de Estado al constituyente primario venezolano. No deben aceptar este resultado fraudulento. La democracia debe regresar a este país que ha vivido bajo el yugo de una tiranía violadora de los derechos humanos y deben respaldar a toda costa a María Corina Machado y a Edmundo González.
Nicolás Maduro lo volvió a hacer: se robó las elecciones presidenciales el pasado domingo con la ayuda de un Consejo Nacional Electoral (CNE) arrodillado al régimen y pasando nuevamente por encima de la voluntad popular. A eso los izquierdosos le llaman democracia. Hubo algo muy importante y diferente en estas elecciones, y fue que María Corina Machado y su equipo lograron la hazaña inexplicable de sacar acta por acta con los votos reales para demostrarle al mundo cómo una bandola de narcos se roban la presidencia y se burlan del pueblo venezolano para mantenerlo doblegado y sumiso.
Para nadie es un secreto que las elecciones en Venezuela han sido objeto de controversia y acusaciones de fraude, especialmente en los últimos años. Aquí hay algunos ejemplos y detalles clave:
1. Elecciones presidenciales de 2018: esta elección, en la que Nicolás Maduro fue reelegido, fue ampliamente criticada por la comunidad internacional. La oposición y varios gobiernos y organizaciones internacionales alegaron que hubo manipulación del voto, falta de observadores internacionales imparciales, intimidación a los votantes y otros abusos que comprometieron la integridad del proceso electoral. Muchos países, incluyendo Estados Unidos, Canadá y varios de la Unión Europea, no reconocieron los resultados.
2. Elecciones parlamentarias de 2020: estas elecciones también fueron denunciadas por irregularidades. La oposición liderada por Juan Guaidó boicoteó las elecciones, alegando que el Consejo Nacional Electoral (CNE) estaba controlado por el gobierno de Maduro y que no había garantías de un proceso justo. La participación fue extremadamente baja y la Asamblea Nacional resultante fue dominada por el partido de Maduro y sus aliados.
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3. Elecciones regionales y locales: también ha habido alegaciones de fraude y manipulación en varias elecciones regionales y locales, con denuncias de uso indebido de recursos del estado, control sobre los medios de comunicación y coacción a los votantes. Estas acusaciones de fraude han exacerbado la crisis política y económica en Venezuela, contribuyendo a la polarización y la inestabilidad en el país. La situación sigue siendo compleja y controversial, con distintos actores nacionales e internacionales tomando posiciones diversas sobre la legitimidad del gobierno y sus elecciones.
Queda claro que la narcodictadura venezolana no cae con votos. Llevan dos décadas robándose las elecciones y todavía muchos políticos cándidos creen que unos narcotraficantes patrocinadores, protectores y cómplices del narcoterrorismo por los que el Departamento de Estado de Estados Unidos les tiene precio a sus cabezas, van a soltar el poder así tan fácil. Para ellos, entregar el poder implicaría entregar su libertad y mientras la cúpula militar (que también es narcotraficante) esté con el régimen, el chavismo no caerá.
La comunidad internacional debe rechazar con contundencia este nuevo golpe de Estado al constituyente primario venezolano. No deben aceptar este resultado fraudulento. La democracia debe regresar a este país que ha vivido bajo el yugo de una tiranía voladora de los derechos humanos y deben respaldar a toda costa a María Corina Machado y Edmundo González. Mujer valiente.
El chavismo controla todas las instituciones, incluyendo el CNE. Ellos no van a entregar el poder porque son un narcoestado, su cúpula militar es completamente narcotraficante y eso implicaría que si caen sus jefes, caen todos. Son unos pusilánimes entregados a una tiranía que no les importa el bienestar de su pueblo que hoy muere de hambre y vive en la miseria. ¿Por qué creen que Diosdado y los poderosos del chavismo nunca salen de Venezuela? Están presos en su propio país.
Ahora, los países de la región, de no caer la narcodictadura, se deben preparar para un segundo éxodo de los venezolanos que tenían la esperanza de salir de ese yugo en el que llevan sometidos hace más de 25 años, el cual les robó la libertad, los sueños, las esperanzas y separó a las familias, ¿Qué más tiene que pasar en Venezuela para que la comunidad internacional reaccione y tome decisiones contundentes para liberar a este pobre pueblo de estos bandidos?
En Venezuela tiene que pasar lo mismo que en Panamá con el dictador Manuel Noriega, que –por una invasión militar de Estados Unidos– lograron liberar a esta gran nación de un narcotraficante que no tiene diferencia alguna con Hugo Chávez, Diosdado Cabello y Nicolás Maduro. Para el mundo entero es más que claro que son un gobierno narcotraficante que vive de la coca que producen los narcoterroristas de las Farc y ELN en Colombia, manejada por el Cartel de los Soles que son los militares venezolanos.
Por otra parte, el doblegamiento del gobierno de Joe Biden ante la narcodictadura de Maduro después de que la presidencia de Trump persiguió, atacó y la sancionó, es el fracaso más grande de los demócratas que tiene indignada a la comunidad latina en Estados Unidos, que representa más del 25 % de la población y que hoy exige de nuevo mano dura contra estos bandidos.
Adicionalmente, es también indignante que en estas elecciones fraudulentas hayan nombrado observador al narcoterrorista impune de Timochenko, quien legitimó el golpe de Estado al pueblo venezolano. Sigan creyendo que en Colombia estos hijos de Castro van a entregar el poder que tienen con su camarada Petro así tan fácil. Una vez suben al poder, se atornillan. Estamos advertidos. El poner a este sinvergüenza como “observador” de unas elecciones, es como poner a las Farc y al ELN a cuidar los cultivos de coca que ellos mismo controlan.
Ñapa: Gustavo Petro estuvo dos días desaparecido después del fraude en el hermano país y cuando apareció, fue solo para pedir que le quiten las sanciones a una bandola narcotraficante y violadora de los derechos humanos que tiene sumida en la miseria al pueblo de Venezuela. Lo que hizo la narcodictadura fue darle un verdadero golpe de Estado a la voluntad popular. Y sí, le hablo a usted, señor Petro; a usted no le importa el pueblo, sino ayudar a sostener a una tiranía de pacotilla para lograr el objetivo de llevar a nuestro país por ese mismo camino. El haberse abstenido de votar en la OEA la resolución que pedía a Venezuela revelar las actas con los resultados de las elecciones es un acto de complicidad y de oxigenar a un régimen mientras terminan de fraguar el fraude. Sos un miserable.
A los colombianos les digo que lo de Venezuela es muy importante. Si cae la narcodictadura se quedan Petro, Cuba y Nicaragua sin piso. Sería un efecto dominó. Lo importante es no olvidar ni dejar a un lado los temas tan graves que suceden en Colombia, como el peor escándalo de corrupción de nuestro país: la UNGRD.
Lo que hay alrededor de ese grave suceso es oscuro y maquiavélico, como la desaparición de la información del celular de Olmedo López, donde están todas las pruebas, y el robo de los computadores.
Tampoco olvidar que la fiscal general de bolsillo está haciendo todo lo posible para salvar a Nicolás Petro, aun sabiendo que están todas las pruebas de la presunta entrada de dineros ilícitos a la campaña presidencial de Petro y violación de topes. Los audios de Benedetti y la confesión de su hijo en la Fiscalía son claves. También quienes tienen en sus manos, en la Comisión de Acusaciones, el tema de la investigación que, de acuerdo con la matriz de Olmedo López, a Wadith Manzur lo compró el gobierno como presuntamente a otros congresistas. Debemos resistir y no permitir que lleven a nuestro país por el camino de Cuba; hay que frenar al exguerrillero que ocupa la Casa de Nariño para no sufrir ese trágico destino llamado socialismo del siglo XXI.
Tampoco olvidar a los personajes que están en el cónclave señalado por López; el ministro Bonilla sigue en su cargo burlándose de los colombianos.
No me queda más que pedir a través de esta columna de opinión, que llegará a miles de lectores y con mi mano en este corazón adolorido, libertad para mis hermanos venezolanos. Fuerza y fe, que no hay mal que dure mil años. ¡Que viva Venezuela siempre libre!