Miguel Ángel Herrera

OPINIÓN

La pataleta del Centro Democrático

Es cuestión de tiempo para que tengamos una sola opción de derecha para la consulta del 19 de marzo. De no ser así, la factura política la tendrán que pagar Char -por su egoísta cálculo político- y Zuluaga con Uribe y sus alfiles políticos, por su precipitada e inapropiada pataleta.

20 de enero de 2022

La extrema izquierda que representa Petro y la centro izquierda -congregada en la Coalición Centro Esperanza- se deben estar frotando las manos tras el sorpresivo show que protagonizó el Centro Democrático (CD) al anunciar que Óscar Iván Zuluaga iría solo, sin el Equipo por Colombia, a la consulta de elección de candidatos únicos el 19 de marzo.

La politiquera Claudia López trinó que la decisión del CD era una estrategia de Uribe para tener dos candidatos en primera vuelta. Uno dentro del Equipo por Colombia (Peñalosa-Fico-Char) y otro representando al partido directamente (Zuluaga). Sinceramente no creo que haya sido una jugada estratégica, sino todo lo contrario: una pataleta emocional de dignidad del partido, liderado por Paloma Valencia y María Fernanda Cabal. Pataleta que fue acogida por Uribe y Zuluaga, irresponsablemente.

Celebré en su momento la elección de Zuluaga como candidato del CD, precisamente por su talante conciliador, racional e incluyente, pensando de paso que la elección de Cabal, por el contrario, llevaría al CD a tener que presentarse en solitario en la primera vuelta de las presidenciales. Pero Zuluaga terminó actuando como lo hubiera hecho Cabal ante el rechazo de algunos de los precandidatos del Equipo por Colombia. Ese no es Zuluaga.

La decisión del CD de seguir la contienda por fuera de la coalición podría convertirse en un hito en la historia, no solamente del partido, sino del país, porque podría convertirse en el factor propulsor de un eventual triunfo de Petro. La infortunada decisión divide al electorado que se opone a la llegada de la extrema izquierda al poder, con todo lo que eso implica: confusión, desmotivación y confrontación entre grupos que son afines ideológicamente.

El CD podría ser el principal perdedor tras la primera vuelta porque podría quedar en evidencia, tras ir a las urnas en solitario, que ha perdido gran parte de su capital electoral. Reputacionalmente quedaría en la lona a merced de quien gane la consulta en el Equipo por Colombia o de cualquier oportunista electoral, como Rodolfo Hernández, si llegara a obtener más votos en la primera vuelta, como es altamente factible.

Pasada la calentura, Zuluaga podría mostrar su talante al llamar a su partido a replantearse la decisión pensando en la patria y no en el ego del partido y sus líderes. Zuluaga tiene el liderazgo necesario para retomar las conversaciones que venía adelantando con cada uno de los precandidatos del Equipo por Colombia. La jugada de Char de rechazar al CD -porque teme que Zuluaga termine siendo la fórmula vicepresidencial en un eventual triunfo de Fico- requiere una gestión que se ponga por encima de los sentimientos personales. Zuluaga debe archivar e ignorar el rechazo que ha recibido de Char y Dilian Francisca y priorizar que el país, en definitiva, necesita unidad frente a la amenaza que representa Petro.

El Equipo por Colombia, si es tal, también debería promover la unidad más allá de sus precandidatos actuales. Tras la salida de Juan Carlos Echeverry y de Dilian Francisca Toro, el escenario es más favorable para la llegada de Zuluaga a la coalición. Char se quedó prácticamente solo con su oposición al CD, por lo cual Uribe y Zuluaga deberían promover una nueva ronda de diálogo, dejando atrás la pataleta. Sería una gran demostración de humildad y patriotismo.

Por otro lado, no comparto la idea de quienes afirman que el CD no sumaría, sino restaría si llega Zuluaga como precandidato del Equipo por Colombia. Es obvio que el partido vive una crisis de imagen sin precedentes, pero no ha dejado de ser una de las fuerzas políticas más importantes del país. Tiene un importante tejido de líderes políticos en casi todos los departamentos y ciudades que inciden en las decisiones electorales nacionales; tiene en Zuluaga al más preparado -como líder de Estado- de los precandidatos presidenciales y mantiene una importante capacidad legislativa que se requiere para cogobernar.

Char y Zuluaga deben reconocer, como buenos patriotas, que por más diferencias que parezcan tener, representan a fuerzas que se complementan y que unidas configuran la posibilidad de ganarle a la izquierda y a la centro izquierda. Fico debe ejercer su liderazgo para acercarlos y promover reglas claras y principios comunes que hagan del Equipo por Colombia un verdadero equipo.

Estimo entonces que es cuestión de tiempo para que tengamos una sola opción de derecha para la consulta del 19 de marzo. De no ser así, la factura política la tendrán que pagar Char -por su egoísta cálculo político- y Zuluaga con Uribe y sus alfiles políticos, por su precipitada e inapropiada pataleta.

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