Columna de opinión Marc Eichmann

OPINIÓN

La red neutra de la ETB

Pase lo que pase lo importante es que la Superintendencia de Industria y Comercio dé rápida aprobación a esta alianza, que en ninguna circunstancia coarta la competencia.

29 de junio de 2021

La Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) ha anunciado una nueva estrategia empresarial para monetizar su red de fibra, desplegada en Bogotá en el mandato de Saul Kattan, bajo la alcaldía de Gustavo Petro.

Bajo la gestión de Claudia López, la ETB ha aumentado los clientes atendidos por fibra del 45 al 70 % de sus clientes de banda ancha fija totales, migración que tiene sentido para disminuir su rotación de usuarios. La caída en la inversión necesaria para atender un cliente en fibra hace que esta tecnología sea hoy la apropiada para proveer banda ancha fija.

Financieramente, la ETB muestra a marzo de 2021 una utilidad operacional de COP 14.000 MM sobre ingresos de COP 344.000 MM, comparados con de COP 7.000 MM sobre ingresos de COP 339.000 MM para el mismo período de 2020. En el 2020, sus ingresos fueron de COP 1,37 billones, cayendo un 10 % frente a los ingresos del 2019 en tiempos de pandemia. Sus resultados netos están cercanos a cero, lo cual refleja el complicado entorno actual de las compañías de telecomunicaciones.

La ETB ofrece más que servicios de banda ancha fija. ETB tiene además servicios corporativos que suman el 50 % de los ingresos totales y, servicios móviles y de televisión. Estas dos líneas de negocio, en especial la línea de móviles ha sido golpeada, con 320.000 usuarios al finalizar 2020, comparado con los 390.000 usuarios a final de 2019, tendencia que se puede ver agravada con la entrada de WOM al mercado. En la industria, se reconoce que una operación virtual como la de la ETB, con menos de un millón de usuarios, tiende a ser deficitaria.

La televisión en la ETB, tampoco genera valor significativo, lo cual, dada la baja rentabilidad de este servicio y la amenaza proveniente de las plataformas de video estilo Netflix, no es necesariamente malo. Mientras la participación de la ETB en banda ancha ronda el 9 %, en televisión ronda el 2,3 %. Es por esto que el negocio de la red neutra de fibra es crítico para la ETB.

Por las declaraciones dadas, se entiende que la red neutra de fibra óptica consiste en una alianza con Ufinet, filial de Enel que:

  1. Duplicará la red de fibra óptica de la Bogotá con potencial de atender 2.4 millones de hogares, partiendo de los 1.2 millones potenciales actuales.
  2. Pondrá a disposición de los demás operadores la red neutra resultante.

Bajo el arreglo propuesto ETB mantendría la titularidad de su red de fibra y Ufinet sería el propietario de la red complementaria, similar en tamaño. Las dos compañías aportarían los derechos de uso a la nueva filial de la ETB, sin que aun esté claro cómo será la distribución de utilidades y de riesgos entre socios.

La red que construirá Ufinet podrá hacerse a bajo costo en la medida que gran parte de la infraestructura necesaria para el despliegue, que normalmente corresponde al 70 % de la inversión, ya existe y pertenece a Enel Codensa, que cuenta con Enel y con Bogotá, por medio del GEB, como socios. Esos postes y ductos hoy no generan su potencial de ingresos por uso en telecomunicaciones. Los detalles del acuerdo no están disponibles públicamente y una vez lo estén, será interesante analizar cómo se reparten ingresos, costos y riesgos entre Enel y la ETB.

Segundo, la red más grande de Bogotá, fácilmente actualizable a fibra, la tiene Claro. En la medida en que el alquiler de la red neutra sea más oneroso que sus costos actuales, no tendrá incentivos en migrar. Movistar también ha desplegado una red en alianza con American y Andean Tower, y le quedaría difícil salirse totalmente de los acuerdos firmados. Por lo tanto, además de los eventuales operadores fijos virtuales, Tigo Une parece ser el cliente más probable de la nueva red, en aquellos barrios no cubiertos por su operación. En otras palabras es muy probable que la red neutra coexista con un par de redes privadas competidoras.

Los sectores con mayor potencial comercial ya siendo cubiertos actualmente los operadores, lo cual implica que el llenado de la nueva red debería ser lento, dado el bajo ingreso disponible de los potenciales clientes. Es así como el despliegue de la nueva red tiene sus riesgos, ya que la inversión se hace anticipadamente a la consecución de clientes y los ingresos no están garantizados. Otro riesgo consiste en que, al alquilar la red actual de fibra de la ETB, los demás operadores capturen clientes actuales de banda ancha de la ETB, canibalizando sus márgenes.

Existe también un factor tecnológico a considerar. Si bien la banda ancha por fibra es hoy el medio de preferencia, la llegada de la tecnología móvil 5G y el despliegue por parte de Elon Musk y China, de banda ancha satelital, puede hacer que la inversión de largo plazo en fibra tenga una vida útil menor a la anticipada.

A nivel Bogotá, la iniciativa tiene todo el sentido, atrayendo capital, creando empleos y trabajando por la igualdad de oportunidades. Sin embargo la ETB, por su participación de socios privados, tiene la obligación de optimizar sus resultados y garantizar que los beneficios le lleguen por igual a todos los socios.

En resumen, la iniciativa de la ETB tiene como gran ventaja poner en uso activos subutilizados como la red de fibra desplegada en la alcaldía Petro e, infraestructura de Enel Codensa de la cual se podrían optimizar los ingresos. Los riesgos de la propuesta vienen desde la estrategia comercial, ya que no será fácil conseguir clientes finales para la nueva red y generar el retorno necesario para pagar la inversión. Pase lo que pase lo importante es que la Superintendencia de Industria y Comercio de rápida aprobación a esta alianza, que en ninguna circunstancia coarta la competencia.

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