OPINIÓN

Las audiencias públicas virtuales: una herramienta que se augura muy exitosa

La Anla debe mostrar con detalle la eficacia de esta herramienta, ya que es necesario que los jueces de tutela entiendan que tener conectividad no significa solo contar con señal de internet y una plataforma para hacer reuniones virtuales.

Angélica Raigoso Rubio
28 de mayo de 2020

Un importante mensaje le han dado al país la Anla y la Policía Nacional, con las reuniones informativas realizadas el 7, 9 y 11 de mayo, previas a la audiencia convocada para modificación del PMA para la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato, hoy suspendida, vía tutela, por una juez de Familia de Pasto.

Por primera vez se realizan este tipo de reuniones de manera virtual y los resultados son muy positivos. Según lo reporta la Anla, cada reunión duró nueve horas, con transmisión en directo en 76 emisoras de radio que cubren todos los municipios del área de influencia, vía streaming por redes sociales y canales digitales; y con líneas telefónicas gratuitas y un chat, disponibles para la participación activa de los ciudadanos.

Este evento que parecía complejo, ya que cobija veredas y municipios de 14 departamentos del país, resultó muy exitoso. Los funcionarios de la Anla que dirigieron las reuniones guardaron meticulosamente los protocolos de seguridad impuestos durante la pandemia del coronavirus. 

La ciudadanía estuvo muy activa y las cifras hablan por sí solas. Se hicieron 98.546 reproducciones de la transmisión; se atendieron más de 570 inquietudes; 1.869 espectadores pudieron seguir la transmisión por radio; y el micrositio dispuesto en la página web de la Anla a la fecha ha recibido más de 4.035 visitas.

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Una participación así no tiene antecedentes en la historia del Sina y demuestra que el uso de la tecnología, además de ser alternativa frente al aislamiento impuesto por la covid-19, permite llegar a muchas más personas y ampliar la participación ciudadana. 

Tales hechos no le caen bien a quienes se han casado con la tesis de la falta de conectividad, para oponerse a la virtualidad de las audiencias públicas.

La Anla, al responder la avalancha de tutelas que se están radicando para frenar el mecanismo, debe mostrar con detalle la eficacia de esta herramienta, ya que es necesario que los jueces de tutela entiendan que tener conectividad no significa tan solo contar con señal de internet y una plataforma para hacer reuniones virtuales. 

La conectividad involucra un concepto más amplio, que implica el uso combinado de los medios de comunicación que se tengan a disposición, como son radio AM y FM, televisión abierta, por suscripción o DTH, telefonía fija o móvil, sean de alcance nacional, regional, local o comunitario, de carácter público o privado; y por supuesto internet si se tiene, que proporciona el acceso a chat, plataformas tecnológicas y redes sociales.

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La eficacia de la conectividad se mide por el uso adecuado de los medios tecnológicos disponibles, para llegar efectivamente a las comunidades, informarlas adecuadamente, recibir de ellas sus opiniones y aportes, y resolver en derecho.

Resulta por demás curioso que todos aquellos que alegan la falta de conectividad como impedimento para participar en las audiencias virtuales, poseen al menos un número telefónico, un celular y una cuenta de correo electrónico de consulta forzada vía internet.

No más engaño. Detrás del supuesto interés por defender el ambiente y las comunidades más vulnerables, no hay más que la acción sistemática de unos pocos que se oponen a todo arropados en la bandera del ambientalismo, usan los medios de comunicación y las redes para hacernos creer que son la voz del pueblo, y que buscan generar caos y hacer que el país sucumba en la pobreza, para sacar réditos económicos y políticos de ello.