Las tablas de Pizano

Dentro de los posibles sobornos de Odebrecht para la construcción de la Ruta del Sol II, es mencionada una empresa a la que están vinculados familiares de un reconocido y cuestionado activista de la campaña presidencial de Iván Duque. Como si fuera poco, de la misma compañía son socios dos exdirectivos del Instituto Nacional de Concesiones, Inco, durante el gobierno Uribe.

La mención de la compañía está en un documento que Jorge Enrique Pizano, el auditor de la Ruta del Sol, muerto en circunstancias que no han sido aclaradas por una investigación independiente, le entregó al periodista Iván Serrano de Noticias Uno.

Se trata de dos cuadros de Excel que señalan nombres de empresas, fechas de órdenes de trabajo o contratos y valores pagados que Pizano no encontró justificados y que, a su juicio, eran tapaderas para pagar sobornos.

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Varias de estas empresas, como Presoam y RGQ Logistics, ya han salido a flote durante la investigación por el escándalo de Odebrecht. Sin embargo, hay una de ellas, registrada en la última línea de la relación, que no había sido mencionada hasta ahora.

Se llama Gestora de Proyectos de Ingeniería e Infraestructura SAS. También opera bajo el nombre de Gespín. Según la tabla de Jorge Enrique Pizano, esa sociedad recibió un desembolso de 699.709.100 pesos el 10 de junio de 2014, pocos días después de la segunda vuelta de la elección presidencial de ese año.

La empresa fue constituida en enero de 2012 por Julio César Arango Garcés, quien fuera el último director del Inco del gobierno de Álvaro Uribe; Alfredo Pérez Santos, asesor principal de Arango Garcés y también exgerente de estructuración y adjudicación del Inco. El tercer fundador de la compañía se llama Luis Fernando García Arizabaleta y actúa como representante legal de otra empresa llamada Zona Local SAS, de la cual son socios él y varios familiares suyos entre ellos su padre Daniel García Chávez. Aquí empiezan otras sorpresas.

Luis Fernando García Arizabaleta es hermano de Daniel García Arizabaleta. Para quienes no lo recuerden, Daniel García Arizabaleta fue destituido de la dirección del Invías por usar documentos falsos para acreditar experiencia que no tenía –entre ellos una certificación firmada por su padre Daniel García Chávez– y por cambiar manuales de funciones en beneficio propio.

García Arizabaleta recibía pagos de Odebrecht como contratista y durante el gobierno Uribe visitaba la Casa de Nariño en fechas casualmente cruciales para los negocios de la corrupta multinacional.

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Él fue quien organizó y asistió en Brasil a la reunión del publicista Duda Mendonça con el entonces candidato presidencial Óscar Iván Zualuaga, su hijo David y el actual presidente Iván Duque.

Duda ha declarado ante las autoridades de su país que 1,6 millones de dólares de sus cuentas por la asesoría a Óscar Iván Zuluaga le fueron pagados por Odebrecht.

El presidente de Odebrecht en Colombia, Eleuberto Martorelli, reconoció en una declaración que García era su hombre en la campaña de Óscar Iván Zuluaga: “Yo vi una oportunidad muy clara de aproximarse a ese eventual gobierno, ya que tenía una persona conocida y muy próxima en Daniel García trabajando en la campaña del candidato principal de la oposición”.

Curiosamente, estos hechos sacaron de la carrera presidencial de 2018 a Zuluaga, quien tuvo que ver pasar de largo a Iván Duque, otro de los asistentes a la reunión.

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Daniel García Arizabaleta cambió pronto de caballo. Una foto de campaña, publicada en Twitter, lo muestra haciendo proselitismo para Iván Duque.

A los que salen en la foto con él les ha ido bien: Alicia Arango es la ministra de Trabajo, María Paula Correa es la secretaria privada del presidente, Gloriza Ramírez es la embajadora en Italia, Carolina Villegas es alta directiva del ICBF y por cierto ahora está casada con un sobrino de García Arizabaleta llamado Juan José Malvehy, a quien Duque también le dio un alto puesto en Coldeportes.

Sin embargo, al que mejor le ha ido es a Daniel García Arizabaleta. A pesar de las evidencias acumuladas hasta ahora ha logrado salir, sin despeinarse, del escándalo de Odebrecht. n