Sofy Casas

Opinión

Laura Sarabia: de paseo de olla a raspar la olla

Señora Sarabia, ¿cuánto gana usted para comprarse de un tacazo unos zapatos tan costosos? ¿Podría mostrar su declaración de renta, la de su esposo, hermano y papás también? Por aquello de posible incremento patrimonial.

Sofy Casas
25 de junio de 2024

No hay un solo día en que este gobierno no esté metido en un escándalo. No termina de cerrar uno para ya estar metido en otro. No sale de ese círculo vicioso. De nuevo es el turno para la mujer más poderosa del Gobierno, Laura Sarabia, la señora del polígrafo ilegal a la exniñera Marelbys Meza y la de las maletas millonarias, en que hasta un muerto hubo: el coronel de inteligencia Óscar Dávila. Ahora reventó el escándalo del supuesto negocio millonario que tiene montado con su hermano, Andrés Sarabia, dizque un ‘empresario’ con fuertes influencias en el Congreso.

Antes de empezar con esta historia hay que retrocederse al 2017, en que una muchachita de 29 años ha logrado llegar al círculo más cercano de Gustavo Petro y a ser hoy su mano derecha, su persona de confianza. De cómo una dizque cristiana de derecha y con ideas conservadoras pasó de ser del Partido de la U a las filas del petrismo (a la izquierda radical), de clase media que iba a paseos de olla con su familia a raspar la olla del erario con tremendo negocio de presunta contratación estatal con el hermano.

Laura Sarabia llegó a la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) de Armando Benedetti a través de un proceso en el cual ella demostró su capacidad y experiencia en el ámbito político. Sarabia, quien es politóloga de la Universidad del Rosario, comenzó a trabajar en la UTL de Benedetti en 2017, tras haber trabajado en otras áreas del Congreso de la República de Colombia y haber acumulado experiencia en gestión legislativa y política pública. La UTL es una oficina esencial para los congresistas en Colombia, encargada de apoyar el trabajo legislativo mediante la investigación, la redacción de proyectos de ley y la asesoría en temas técnicos y políticos. Sarabia, con su formación académica y experiencia previa, se integró a este equipo, contribuyendo al trabajo legislativo de Benedetti hasta llegar al punto de ganarse su confianza y ser su mano derecha. Así logró crecer hasta que empezó la campaña presidencial de 2022, en que Armando Benedetti era el jefe de la campaña de Petro y, al ser ella su mano derecha, la metió de lleno. A donde Benedetti se moviera, ella estaba ahí; era su sombra.

A medida que iba avanzando la campaña presidencial, ella se fue ganando la confianza de Petro y su esposa, Verónica Alcocer, pero empezó a generarle desconfianza a Benedetti, como revelaron los audios que publicó Revista Semana sobre las conversaciones entre ellos dos, en las que este le decía que gracias a él ella había llegado a la posición que tenía. Lo planeado era que Benedetti iba para un ministerio y a ella la pondrían como jefe de gabinete de Petro para él poder estar más cerca del presidente. Poco a poco se le fue saliendo de las manos a medida que iba ascendiendo y esta empezó a darle la espalda a su amado jefe, a quien defendía y protegía a capa y espada cuando era su asistente, hecho que calificó Benedetti como traición.

Cuando reventó el peor escándalo de la historia del país (el de las chuzadas y el polígrafo ilegal practicado en los sótanos de la Casa de Nariño a su exniñera), la retiraron de su cargo como jefe de gabinete de Petro mientras el presidente, en vivo y en directo, la defendía y decía que ella era impoluta, y por el otro lado el excanciller Álvaro Leyva tachaba de borracho a Benedetti porque era insostenible, pero así y todo Petro los siguió premiando. ¿Qué tanto saben Benedetti y Laura de Petro hasta llegar al punto de ser intocables a pesar de los líos con la justicia que tiene este par y de todos los escándalos?

Al ser retirada de esa posición, Petro la nombró en un cargo clave del Gobierno y en el que se manejan billones de pesos. La ubicó al mando de la cartera más ostentosa, el Departamento de la Prosperidad Social (DPS), y puso en sus manos más de 30 billones de pesos a pesar de sus líos judiciales. Con este cargo logró un fuero constitucional para no ser investigada por la Fiscalía y su caso debe pasar a la Corte Suprema de Justicia. Petro la protegió de una posible imputación. Después, con su aterrizada como directora del Dapre, ahora la inteligencia del país quedó en sus manos y continúa hablándole al oído al inquilino de la Casa de la Nariño.

Con esta historia ya se puede entender por qué su hermano pasó de ser un muchachito bachiller cristiano de clase media que no mataba un mosco, que empezó trabajando en la UTL de un congresista, a ser un millonario de la contratación estatal. Un lobbista. Tiene acceso a todo gracias a ella. Por los pasillos del Congreso corre la ola de que este cobra hasta un 30 % de comisión por cada contrato que consigue, ¿Quién le consigue los contratos? ¿Su hermana?

Este muchachito se da una vida de lujos sin medidas. Viajes en avión privado, ropa costosa, entre otros lujos. Pasó de vivir en un apartamento nada que ver en Chapinero a un apartamento en una de las mejores zonas de Bogotá, donde el metro cuadrado es uno de los más caros de la ciudad y con muebles refinados. Andrés Sarabia se reúne con poderosos empresarios, tiene una estrecha relación con Andrés Calle (señalado en la matriz de Olmedo López en el robo a la UNGRD para la supuesta compra de congresistas y quien recibió presuntamente 1.000 millones de pesos para este trabajito) y también se reúne frecuentemente con el presidente de la Comisión de Acusaciones, Wadith Manzur, quien lleva la investigación de Petro y también mencionado en la matriz de López, quien afirma que este se vendió al Gobierno.

Por otro lado, la hermanita se adelanta a los hechos interponiendo una denuncia en la Fiscalía argumentando que hay un “complot de desinformación en su contra y que usan su nombre para infamias”, mientras se compra zapatos Ferragamo de 4,3 millones de pesos.

Montaron una compañía entre los dos y son los que presuntamente tienen el control de la contratación estatal. Señora Sarabia, ¿por qué no responde a las preguntas que le hizo en su columna del domingo María Jimena Duzán? ¿Cuánto gana usted para comprarse de un tacazo unos zapatos tan costosos? ¿Podría mostrar su declaración de renta, la de su esposo, hermano y papás también? Por aquello de posible incremento patrimonial.

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