OPINIÓN
Los elefantes de Palacio
Mientras ellos niegan todo, surgen nuevas evidencias de que la campaña de Duque pudo ser financiada con dineros ilícitos.
Lavarse las manos se está convirtiendo en este Gobierno más que en una medida de prevención sanitaria. Duque, el presidente que no gobierna, se las lava pero como Pilatos; es decir, se las lava no por el temor al coronavirus, sino para rehuir la responsabilidad que le cabe en todos los escándalos que cada semana le estallan en sus narices.
Duque no supo de la Operación Gedeón contra Maduro, ni tuvo conocimiento de que esta se preparó desde una base de La Guajira. Tampoco se enteró de la Operación Bastón ni de cómo su comandante del Ejército, Nicacio Martínez, intentó sepultarla y no supo que la inteligencia colombiana estaba utilizando la ayuda de Washington para espiar a periodistas y a políticos de oposición.
Con la Ñeñepolítica, Duque no solo se ha lavado las manos, sino que ha negado haber sido cercano al Neñe Hernández, un ganadero del Cesar que les lavaba los dineros a las mafias de La Guajira y a Goyo, su hermano menor, con quien Duque parece haber tenido una relación mucho más estrecha. Eso dice María Claudia Daza en un audio que no ha sido desmentido y que publiqué hace unas semanas. En este se oye a la entonces asesora de la UTL del expresidente Álvaro Uribe confesarle a Goyo Hernández que en la campaña Duque mandó decir que lo que dispusiera Goyo era prácticamente una orden. Según un informe del portal La Nueva Prensa, Goyo Hernández figura como miembro y beneficiario de las principales empresas que lavaban el dinero de varias organizaciones criminales de la región.
Mientras ellos niegan todo, surgen nuevas evidencias de que la campaña de Duque pudo ser financiada con dineros ilícitos.
Esos audios también muestran cómo los Hernández habrían sido una pieza clave para armar una coalición electoral en la segunda vuelta a favor de la candidatura de Duque con cuestionadas figuras de La Guajira y el Cesar, muchas de las cuales tienen vínculos con la mafia. Esta coalición en la sombra, que ahora nadie reconoce, habría pagado costos de propaganda y “pegatones” –los eventos en los que se empapela un pueblo con los afiches y propaganda del candidato–.
Hasta ahora, tanto el presidente Duque con su silencio como su gerente de campaña han escurrido el bulto y solo han abierto la boca para decir la pendejada de que si eso ocurrió fue a sus espaldas. Sorprende que un Gobierno que habla de cero tolerancia con la corrupción reivindique tanto la tesis del elefante.
Mientras ellos niegan todo, surgen nuevas evidencias de que la campaña de Duque pudo haber sido financiada con dineros ilícitos, los cuales también habrían ido al partido Centro Democrático. Así se desprende de un nuevo audio que hoy publico, en el que se escucha a María Claudia Daza hablando con uno de sus hermanos en vísperas de la segunda vuelta electoral.
En la conversación, él le cuenta a ella la buena nueva de que el Ñeñe ha hecho una vaca para recoger dinero con destino a la campaña de Duque en la que habría participado Jaime Pineda, el cuestionado dirigente deportivo, socio del Once Caldas, quien en ese entonces era miembro de la Federación Colombiana de Fútbol.
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–“El Ñeñe me dijo que ayer había recogido con los amigos de Medellín que estaban en su casa ¡mil barras!”. Le dice su hermano a María Claudia (mil barras en la costa pueden ser 1.000 pesos o 1.000 millones. Y se cae de su peso que se trate de la primera opción).
–“¿Y qué va a hacer con eso?”. Le pregunta, interesada, la exasesora del senador Álvaro Uribe a su hermano.
–“Dice que se va para Bogotá a reunirse con 20 empresarios para recogerles otro billete”.
–“Sí –le contesta en tono de lamento María Claudia–. Pero él no puede abrir su boca, porque aquí no están recibiendo plata, imagínate tú. Eso es para el partido”. (Se refiere al partido Centro Democrático).
–“Por eso tienes tú que ponerte de acuerdo con él”, le insiste el hermano.
–“Que me llame… dile”.
–“Tú sabes que él habla todo. A mí me lo dijo el otro día que estaba bebiendo. Tienes que ponerte de acuerdo con él a ver por qué lado se entrega esa vaina para ver si queda algo –le vuelve a decir de manera vehemente su hermano–. Me dijo que había levantado con los manes que estaban ahí, con Jaime Pineda y dos más, ¡mil barras!”.
–“Ojalá –le dice la Daza–. Yo quisiera”.
Si esa plata era para el partido, como dice María Claudia Daza, esta no aparece registrada.
Es importante saber si la campaña de Duque y su partido fueron financiados con dineros non sanctos. La mafia no suele apoyar a ningún candidato sin que este lo sepa y el Ñeñe y su combo provienen de una mafia poderosa que se mueve por esa parte del Caribe con toda la frescura del caso, porque tiene un pie en la política y otro en la ilegalidad.
CODA: Hablando de coincidencias, me dicen mis fuentes que en el nombramiento del hijo de Jorge 40 tuvo que ver Daniel Palacios, actual viceministro del Interior y director encargado de la UNP. Palacios aparece en los audios en que María Claudia Daza habla con el Ñeñe y con Goyo Hernández, como el coordinador de la agenda del expresidente Uribe en la costa, y por lo que dicen las conversaciones sería una persona cercana al Neñe. Fuentes periodísticas que me generan toda credibilidad me aseguran que los esquemas de protección se estarían utilizando para espiar a los protegidos en la UNP. ¿Será que el presidente tampoco sabe lo que está pasando en la Unidad Nacional de Protección?