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Nicole Levy. Columna Semana

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Los mensajes del Gobierno

Estos mensajes crean gran discordancia e incertidumbre y es de vital importancia que se les ponga fin.

22 de diciembre de 2022

Los últimos días no han sido los mejores para el Gobierno. De manera preocupante, se han dado mensajes equivocados que no han sido explicados satisfactoriamente y han causado gran conmoción entre los ciudadanos, la oposición, y algunos integrantes del mismo Gobierno. Hace algunos días, durante el Encuentro de Dirigentes del Occidente Antioqueño, hablando sobre las vías 4G, el mandatario dijo: “Se van y se tiran un poco de plata en unas 4G que solo sirven para importar productos de los puertos que solo sirven para matar la producción nacional en las grandes ciudades de Colombia. Quienes van por esas autopistas son las tractomulas cargadas de las mercancías de los dueños del gran capital en Colombia”. Este discurso ocasionó múltiples críticas, especialmente las del exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa. El mensaje transmitido por el presidente es verdaderamente grave.

No solamente se le negaría al país y a sus habitantes la posibilidad de estar más y mejor conectado con vías enormes que aportarían a un desarrollo económico, social, y turístico, sino que también estaría insinuando que las carreteras en Colombia solo sirven para llevar productos importados.

Las preguntas son: ¿por dónde transitan los productos de exportación? ¿Por dónde transitarán los millones de turistas que quiere traer el Gobierno a Colombia? Pues por las mismas vías. Es obvio que se tienen que incentivar y apoyar las exportaciones, pero sin crear un discurso de división de clases y haciendo énfasis en que tanto los importadores como los exportadores son de vital importancia para la economía.

Durante la primera asamblea de organizaciones cocaleras del Catatumbo, hablando sobre los cultivos de coca, el presidente mandó un mensaje que dejó a algunos atónitos: “los campesinos pueden seguir sembrando coca mientras prueban con cultivos sustitutos”. Más adelante agregó: “se debe idear el programa para que los campesinos puedan cultivar aún hoja de coca mientras van plantando el cultivo sustituto, hasta probar que el cultivo sustituto funciona, porque si funciona ya no hay necesidad de lo otro”. Es una declaración gravísima que permitiría sembrar coca legalmente, lo que hoy en día está comprensiblemente prohibido. Le sumaria un agravante a la situación y es que ningún mandatario puede tomar este tipo de decisiones. El tema tendría que ser presentado y aprobado ante el Congreso, lo cual difícilmente se lograría. Para agravar las tensiones, hace unos días el Gobierno informó sobre la compra de aviones para reemplazar los Kfir que se utilizan hoy en día. Esta compra sería de alrededor de 25 billones de pesos.

Esta es una cantidad exorbitante de dinero que podría ser invertido en temas sociales que ayudarían a mejorar las condiciones de vida de un sinnúmero de ciudadanos, se podría invertir en educación y en salud, pero tristemente se invertirá en la compra de aviones de guerra que realmente no se necesitan. Resulta absurdo que cuando Iván Duque proponía hacer esta misma compra, los ahora gobernantes fueron sus más grandes críticos. Es incoherente y surge la pregunta: ¿por qué ahora sí quieren comprar esos aviones? Tanto el exsenador Jorge Enrique Robledo, como los senadores David Luna y Miguel Uribe han sido grandes críticos de llevar a cabo esta compra; a ellos se les suma Nicolás Petro, hijo del presidente.

Estos mensajes crean gran discordancia e incertidumbre y es de vital importancia que se les ponga fin. El presidente Gustavo Petro y su gabinete tienen todos los materiales y las capacidades para llevar a cabo un excelente mandato, pero deben tener en cuenta que solo se logrará manteniendo la unión entre el Gobierno y los ciudadanos, respetando las instituciones, y más que cualquier cosa, cumpliendo promesas de campaña y manteniendo la coherencia en sus actos.

“La identidad de un hombre consiste en la coherencia entre lo que es y lo que piensa”, Charles Sander Peirce.

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