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Columna de opinión Marc Eichmann

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¿Marchas democráticas?

Es altamente probable que las marchas sean las que están ocasionando los picos de la pandemia, por mucho que los defensores e incitadores del paro nieguen las consecuencias mortales de apoyar las manifestaciones.

Marc Eichmann
6 de julio de 2021

Recientemente han surgido diferencias entre diferentes políticos sobre cuál es la causa del tercer pico de la pandemia en Colombia, que nos tiene como el país con el tercer peor índice en el mundo a nivel de muertes causadas por el coronavirus sobre la población total del país, solo detrás de Paraguay y Namibia (ver este enlace).

Las posibles variables que se han barajado como causas de este pésimo indicador son las marchas, la apertura económica que ha iniciado en el país, el auge de nuevas variantes más agresivas de la covid-19, el avance de la vacunación y el uso extenso de la vacuna Sinovac.

El Gobierno central, por medio del presidente Duque, ha declarado que las marchas son el primer factor que incide en los picos de la pandemia. Tiene sentido deducir que si Colombia está dentro del top 3 en las marchas populares que se realizan en sus diferentes ciudades en los países del mundo y que estamos en el top 3 de los países con mayores muertes potenciales, exista no solo una correlación, sino una relación de causalidad entre las dos variables.

Los demás factores que han esgrimido desde la oposición el senador Petro poco explican el pico. Las diferentes variantes como las agresivas variantes delta y delta plus han ingresado más agresivamente a otros países y no los han puesto en el tope de la lista de decesos, situación que sí ocurre en Colombia. El porcentaje de población vacunada tiene a Colombia en la mitad del ranking mundial, por lo que tampoco podría explicar el top 3 en la lista de decesos.

En cuanto a la apertura económica, Colombia está lejos de ser el país que más ha abierto su economía en la pandemia. Es más, podría argumentarse que las decisiones tomadas por las autoridades locales de abrir la economía están en parte originadas en las marchas, ya que el impacto económico en la gente por la pandemia es causa de la insatisfacción, por lo que los alcaldes locales han relajado las medidas de protección a la vida.

Por lo tanto, es altamente probable que las marchas sean las que están ocasionando los picos de la pandemia, por mucho que los defensores e incitadores del paro nieguen las consecuencias mortales de apoyar las manifestaciones.

Paralelamente a las secuelas de las marchas en las tasas de defunción en Colombia, estas también obligaron al Gobierno central a acelerar el gasto público, lo cual a pesar de ser necesario, golpeó las finanzas del Estado, hecho que seguramente ayudó a la calificadora de riesgo Fitch a quitarle el grado de inversión a Colombia.

Las marchas, tan vanagloriadas por unos, terminan siendo una expresión válida de los inconformes, pero no necesariamente la más democrática. En realidad, además de causar el pico en los decesos por coronavirus y golpear las finanzas del Estado, y de muchos de los colombianos, son una forma de expresión basada en incomodar al resto, sean negros o blancos, ricos o pobres, paisas o caleños, para hacerse oír. No son un ejercicio neutro, sino el aprovechamiento de una rendija en nuestra legislación, que permite poner el derecho a manifestarse por encima de los derechos de los demás.

La verdadera expresión democrática no le permite al más violento, o al que vulnere más los derechos de los demás imponer su agenda al Gobierno. Pasa más bien por conseguir los votos para escoger un ideario en el poder que responda a las convicciones que defiende cada persona. Un joven de la “primera línea” seguramente tiene más poder de hacerse ver y oír por medio de sus actos que una trabajadora cercana a jubilarse, pero esto no le debe dar más poder para definir el rumbo que debe tomar el país, como sí lo hace el voto.

Nota: hablando de correlaciones, la buena noticia es que históricamente sí hay una correlación positiva significativa entre el crecimiento del producto interno de Colombia y los precios de los bienes básicos, fuente de gran parte de nuestras exportaciones. El índice de precios de los bienes básicos ha crecido alrededor del 20 % en el último año y sigue con esa tendencia positiva, lo que permite augurar una mayor creación de riqueza en Colombia. También vale la pena mencionar que la disminución de la pobreza ha ido en línea con el crecimiento del producto interno bruto, lo cual presagia mejores tiempos en los años por venir, en la medida que la situación política lo permita.

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