OPINIÓN

Nuestra hincha

La señora Guarín –que siempre ha negado el conflicto de intereses y sostenido que su papel en el proceso fue más bien modesto– mandó un correo al Gobierno pidiendo reducir las garantías para los licitantes. Un mes después los requisitos cambiaron.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
7 de julio de 2019

María Victoria Guarín, alta funcionaria de la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial, será investigada dentro del caso Odebrecht. El juez que condenó a 11 años de prisión a José Elías Melo, quien fuera presidente de la empresa Corficolombiana del Grupo Aval, asociada con Odebrecht en la concesión, pide establecer si la señora Guarín cometió algún delito.

El juez se basa principalmente en el testimonio del sobornado y condenado exviceministro de Transporte Gabriel Ignacio García Morales. El exviceministro declaró que Luiz Antonio Bueno de Odebrecht le dijo que “su grupo a través de Corficolombiana tenían (sic) un contacto que era un funcionario de IFC (o sea la empresa que se encargó de estructurar el proyecto Ruta del Sol II y los pliegos), que era María Victoria Guarín esposa de un alto funcionario del Grupo Aval…y ahí fue que empezó a entender que ellos en el pasado habían tenido alguna influencia en el pliego”. 

Además de ese testimonio existen varias pruebas recopiladas por la Superintendencia de Industria y Comercio.

En el año 2017 una de esta columnas tituladas ‘De principio a fin‘ señaló que el nombre de María Victoria Guarín aparecía en varios momentos claves del caso Odebrecht.

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Primero participando en la estructuración y diseño de la controvertida licitación de la Ruta del Sol. En la audiencia de introducción de los pliegos, celebrada en abril de 2009, la señora Guarín y Ari Skromme, otro funcionario de IFC, fueron presentados como el equipo asesor del Gobierno a cargo de “la presentación magistral de las características generales y técnicas del proyecto, así como la estructura del proceso licitatorio en términos de requisitos y condicionamientos de participación”. 

La segunda mención de la señora Guarín ocurrió cinco meses después en una audiencia de aclaraciones, que presidió el entonces ministro de Transporte Andrés Uriel Gallego. Allí, el hoy condenado viceministro Gabriel García Morales leyó en voz alta una comunicación anónima enviada por la “Sociedad de veedores colombianos” que aseguraba:

“a) La Doctora Victoria Guarín integrante del grupo estructurador del proyecto Ruta del Sol es la esposa del señor Diego Solano.
b) El señor Diego Solano es Vicepresidente Financiero del Grupo Aval.
c) El Grupo Aval a travé de Corficolombiana junto con Odebrecht está preparando propuesta para Ruta del Sol”. 

La señora Guarín –que siempre ha negado el conflicto de intereses y sostenido que su papel en el proceso fue más bien modesto– mandó un correo al Gobierno pidiendo reducir las garantías para los licitantes. Un mes después los requisitos cambiaron.

Después de la lectura de la comunicación, el ministro Andrés Uriel Gallego tomó la palabra para solicitar que no se filtrara a los medios: “La doctora María Victoria Guarín está emparentada, casada es, con un funcionario del Grupo Aval.... Eso depende de cuantos años de casada, bueno eso se debe tratar. No tiene que ser de anónimos ni llevado a los medios de comunicación, aquí la tratamos”.

El potencial conflicto de intereses estaba marcado por el matrimonio de la miembro del equipo estructurador con el ejecutivo de Aval y no por los años que llevaran casados. Copia de la misma denuncia fue remitida al procurador Alejandro Ordóñez que tampoco hizo nada al respecto. 

Cuando SEMANA publicó la columna, la IFC emitió un comunicado que no aclaraba el conflicto de intereses de la señora Guarín, ni siquiera hacia referencia a eso. Aseguraba, en cambio, que ella no participó en la adjudicación que estuvo a cargo del Gobierno colombiano, pero olvidaba mencionar que había participado en el diseño y estructuración de la licitación. 

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El Grupo Aval, por su lado, dejó saber que su vicepresidente financiero Diego Solano, esposo de la señora Guarín, se había marginado del proceso por delicadeza.

Así -y con el respaldo de un trino del expresidente Uribe- creyeron que el tema había quedado enterrado. 

Sin embargo esta semana el periodista Joshua Goodman, de la agencia AP, publicó un artículo titulado ‘Filial de Banco Mundial implicada en el escándalo de Odebrecht‘. Entre muchas revelaciones hay dos que me llaman la atención. 

Opinión: Volver

La señora Guarín -que siempre ha negado el conflicto de intereses y sostenido que su papel en el proceso fue más bien modesto- mandó un correo al Gobierno pidiendo reducir las garantías para los licitantes. Un mes después los requisitos cambiaron. El artículo asegura que María Victoria Guarín: “Alegó que fue informada en privado por un ejecutivo de Odebrecht de que las condiciones suponían un ‘factor no negociable‘”. 

La segunda es un correo electrónico enviado por José Elías Melo a Diego Solano, cabeza financiera del Grupo Aval y esposo de la señora Guarín. Allí le manda “Un saludo también a María Victoria, quien en secreto siempre ha sido hincha nuestra”. 

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